Por Guillermo Cherashny.-

Nunca en la historia de Boca Juniors, el club de fútbol más popular del país, se desató una lucha política como en estos días. En efecto, cuando en noviembre del 2019, después de las elecciones presidenciales que consagraron a Alberto Fernández, en el club de la ribera, Juan Román Riquelme, el último ídolo de los hinchas, le ganó la elección a Daniel Angelici, el entonces presidente y el hombre que manejaba la justicia porteña y nacional para Mauricio Macri, quien ganó las elecciones de Boca en 1995 y que dejó una sucesión hasta Riquelme cortó esa seguidilla y luego obtuvo dos campeonatos locales. Pero el ex presidente Macri, ahora dedicado a la política del país y de Boca, utilizó a su quintacolumnista Carlos Tevez, el otro ídolo boquense, que lo considera como un padre a Macri porque le aconsejó cómo manejar la fortuna que amasó jugando en Inglaterra e Italia.

Después de la eliminación de Boca en la Libertadores, Carlos Tevez declaró en contra de la directiva encabezada por Riquelme, acusándolo de destrato de algunos jugadores a los cuales se les vencía su contrato y ponían condiciones para renovarlos. Es muy común en los clubes de fútbol «colgar», es decir impedirle jugar a esos jugadores que se ponen duros, para quedar en libertad de acción y nunca los equipos se plantan contra los directivos; pero Tevez tiró la primera piedra en declaraciones explosivas luego de sacarse una foto en Pinamar con Daniel Angelici. Es decir que Macri, Angelici, Tevez y Claudia, Dalma y Gianinna Maradona integran este grupo desestabilizador de la comisión directiva de Boca Juniors, especialmente Gianinna, quien confesó en declaraciones periodísticas que fue ella la que dio por terminado el velorio de Diego las 19 hs., que ocasionó los incidentes desde las 16 hs. de ese día, cuando los hinchas no pudieron despedir a su ídolo.

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