Por Guillermo Cherashny.-

La derrota de Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores jugada el domingo en Madrid puso de mal humor al presidente y le provocó un bajón que durará unos cuantos días. Y así lo expresó públicamente: «estamos golpeados», en el día que festejaba -si así se puede decir, estos tres años difíciles del presidente, que Sergio Massa calificó como: «fracaso Macri». Pero volviendo al club que el presidente lideró durante muchos años y donde lograra grandes triunfos deportivos como copas mundiales, hace tres años que pierde todos los partidos y eliminatorias con su adversario River Plate. Pero ahí no terminan sus problemas, porque el año que viene Daniel Angelici, su amigo y sucesor, no tiene reelección en el club y tenía su favorito, que ganaría caminando hasta ayer; se trata de Christian Gribaudo, presidente del Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires. Pero Macri quería a Andrés Ibarra, gerente general del club durante sus mandatos y hoy ministro de modernización. Pero la derrota del domingo abre las puertas para un ex jugador, Juan Román Riquelme, máximo ídolo del club, que ya dijo hace un tiempo que aspira a ser presidente de Boca. Pero no es del agrado de Macri ni de Angelici, porque en sus últimos tiempos de jugador, en el final del kirchnerismo, Angelici, respaldado por Macri, le pagaba al dólar oficial, cuando el ídolo quería dólar billete.

Como se dice en muchos lugares, la venganza es un plato que se come frío, y Riquelme podría tomarse revancha. Y no hay que descartar que Macri y Angelici intenten seducirlo y convertirlo en su candidato. Pero dependerá del jugador y de los meses que vienen hasta agosto del 2019 si se juega solo y no arregla con el poder o se deja seducir y puede pasar que Macri se quede sin Boca y sin reelección.

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