Por Guillermo Cherashny.-

En la Casa Rosada no saben cómo retroceder de las afirmaciones del presidente y Prat Gay en el sentido de que en el segundo semestre se reactivaría la economía, cuando ya hay señales claras de que eso sólo puede pasar, con suerte y mucho viento a favor, en el último trimestre. Pero en el gobierno creen que eso recién ocurrirá en marzo, pocos meses antes de las PASO de agosto, con lo cual no le alcanzaría a Cambiemos para ganar las elecciones clave en la provincia de Buenos Aires, donde se eligen tres senadores. Por eso creen que es necesario empezar a descalificarlo a Sergio Massa y mantener a la ex presidente en libertad, para que divida también al Frente para la Victoria entre los intendentes que ven con simpatía a Florencio Randazzo y que se enfrentan con La Cámpora. De ahí que todos los integrantes de Cambiemos, cuando no pueden defender sus políticas, digan resignados que, si hubiera ganado Scioli, estaríamos cerca de Venezuela. Esto significa decirle a la opinión pública que estamos mal pero, si hubiera ganado Scioli, estaríamos peor; por eso, hay que apoyar al presidente Macri y el que critica es un desestabilizador y quiere que la Argentina se convierta en la Venezuela de Nicolás Maduro.

Es la misma política que diseñaron en su momento Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa y Cristina Fernández. Y no extraña que el PRO pactara con el Frente para la Victoria para dejar mal parada a la incipiente alianza del Frente Renovador con el FAP del socialismo y Margarita Stolbizer. De todos modos, estas escaramuzas no tienen mucha importancia ya que, si el año que viene las esperanzas del gobierno se concretan y hay una sólida recuperación, el camino de Cambiemos se allanará fácilmente.

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