Por Guillermo Cherashny.-

Enero fue otro mes de caída de la imagen presidencial y algunos encuestadores dicen que fue del 6 puntos sumado al 8/10%, lo que significa que la caída sigue, pero podría recuperase como pasó en marzo del 2017 con el caso del correo y julio del ese mismo año, cuando recién se venia la reactivación. Pero esta vez el recorte del aumento semestral que les toca a los jubilados seguido por el audio del ministro Triaca y la designación en cargos en la intervención en el SOMU, que se trató de tapar con un decreto para que 40 parientes de ministros abandonaran sus cargos no parece acallar las críticas, porque Triaca sigue en su cargo y seguramente es apoyado por ser el autor intelectual junto a los servicios de inteligencia de las caídas del «Pata» Medina, Marcelo Balcedo y Humberto Monteros, a todos los cuales se les encontraron millones de dólares en sus domicilios particulares, especialmente en los dos últimos, que sirvieron para desprestigiar a todo el sindicalismo, el chivo expiatorio que el presidente Macri encontró para disimular que no puede bajar la inflación.

En efecto, la inflación es el tema de la mesa familiar todas las noches y, si bien el gobierno logró algunos éxitos en el segundo semestre del 2016 y en varios tramos del 2017, el número final del 24,7% seguido de los aumentos post electorales del gas, luz, agua, transporte, combustibles, prepagas, etc., que predicen un primer trimestre del 2018 con un posible 7%, demuestran que no sólo no era tan fácil bajar la inflación, sino que el gobierno no la puede bajar, a tal punto que el 27 de diciembre tuvo que cambiar la previsión del 12 al 15%, aunque todos los economistas dicen que será del 20%. Pero que los números de este trimestre nos dicen que pude ser igual a la del 2017 y nunca llegaría a un dígito en el 2019, como había prometido el presidente.

El viernes pasado se le sumó una nueva preocupación al gobierno que puede ser un punto de inflexión de su hasta ahora marcha triunfante, como fue la caída de la bolsa de comercio argentina por la suba de la tasa de los bonos del tesoro americano, que el llegaron al 2.85%, lo cual, si se confirma en los mercados el lunes y martes, puede ser el comienzo del encarecimiento de la tasa del endeudamiento que necesita el país, que es del orden de los 30.000 millones por año y que a este paso durará hasta el 2020. Pero parece ahora que el año clave será el 2019, cuando habrá elecciones presidenciales.

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