Por Guillermo Cherashny.-

Milei, la sorpresa electoral de las PASO, en sus actos de campaña para el domingo sube al escenario y corea la canción «se viene el estallido», que data del 2001 y fue escrita por la Bersuit Vergarabat, un conjunto rockero, y, si bien no se refirió a la explosión de la convertibilidad que se dio meses más tarde, quedó en la historia. Hoy por hoy, Milei señala que la Argentina está en una situación más grave que el rodrigazo de junio de 1975 y lo mismo dijo Domingo Cavallo. Por el atraso tarifario, cambiario y de precios pese a que la inflación anual en la Argentina, desde hace cuatro años, está en el 50%, lo que significa que, si se produce un estallido, las consecuencias serán tremendas para el país. En tanto, el presidente amaga con un arreglo con el FMI, pero antes exige que se eliminen las sobretasas que el Fondo le impuso al país cuando le dio el crédito de 57.000 millones de dólares al gobierno de Macri por superar el límite de la cuota que tenía la Argentina.

También pide que el organismo extienda el plazo de diez años como establece el préstamo de facilidades extendidas que exige Cristina y tampoco Martín Guzmán, el ministro de economía, presenta un plan económico sustentable, es decir que, pese a que el presidente dice que él y la vicepresidente quieren acuerdo, exigen unas condiciones que hacen imposible un acuerdo, por tanto, o el presidente aceptará lo que establecen los estatutos del Fondo o no hay firma, por lo cual es perfectamente posible un estallido, porque al país se le agotan las reservas.

Si a esta situación económica se le agrega el estado de inseguridad que agobia a la ciudadanía, como ocurrió en el crimen de Ramos Mejía, no caben dudas de que están dadas las condiciones económicas y políticas para un estallido, salvo que el presidente decida presentar un plan económico viable, que es lo único que puede hacer, ya que las anteojeras ideológicas que tiene le impiden combatir la inseguridad.

Share