Por Guillermo Cherashny.-

El lunes pasado el FMI le tiró un salvavidas a un Mauricio Macri, que se hundía en el vaso de agua de sus propias incapacidades para gobernar. En efecto, si el FMI no le autorizaba a vender reservas diarias por encima de los 60 millones de dólares acordados, era bastante probable que el actual presidente no terminaba su mandato. En efecto, el dólar había superado los 47 pesos y parecía que era imparable; pero con esta ayuda del fondo se paró la corrida con una tasa altísima de 74% de las LELIQs y la amenaza de vender más de 200 millones dólares por día e idéntica cifra de la liquidación de la cosecha gruesa. Así lograron estabilizarlo apenas por debajo de los $ 46 porque la dolarización de carteras que se esperaba para el 23 de junio, un día después que cristina confirmara su candidatura, se adelantó para principios de mayo, porque la corrida cambiaria que comenzó a fines de abril de 2018 todavía no paró, porque una tasa de política monetaria semanal del 74% y una nominal anual del 110% no es detener una corrida sino sólo postergarla y nadie puede garantizar que no siga las próximas semanas porque de los 71.000 millones de dólares de reservas sólo 17.000 millones son las netas que el Central puede vender. Pero se puede imaginar que, si antes del 22 de junio se gastan 5 o 6.000 millones para parar la subida, es inimaginable lo que puede ocurrir entre el 23 de junio y el 12 de agosto, la fecha de las PASO y mucho menos si Cristina sale primera en las PASO y quedan 40 días para la primera vuelta, que significan una total incertidumbre económica, política y electoral, porque 17.000 millones de dólares no son ninguna garantía de evitar una dolarización de carteras.

Share