En un extenso reportaje, el Director Ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso desarrolla con Carlos Tórtora los laberintos que se le abren al gobierno a partir de la renegociación externa.

CAT: ¿Qué enfoque tenés de la apertura de la negociación con los holdouts?

AA: Mirá, a mí me parece obviamente muy positivo y creo que este tema hay que cerrarlo, ya que hemos llegado a esta instancia en la que lamentablemente la Argentina ha quedado mal parada porque, de hecho, el juicio lo perdimos. Es una realidad irrebatible que, nos guste o no, los holdouts tienen una demanda firme contra la Argentina y eso es una deuda que hay que cumplir. Vos podés negociar cumplirla o no, cómo la vas a cumplir, pero la vas a cumplir. Acá es sumamente importante para mí que salgamos de esta situación en la que nos encontramos. La disponibilidad de crédito internacional hacia adelante no va a ser más una lluvia como en los últimos años. Va a ser cada vez más escasa, con lo cual uno va a tener que ser más atractivo para que alguien esté dispuesto a invertir o prestarle a la Argentina. Es lógico que hayamos llegado a esta situación, porque es difícil que hayamos podido ganar un juicio cuando, suponé que vos sos juez y yo le debo plata a otro tipo y vos me llamás un día porque dice el otro que va a presentar la denuncia porque yo no le quiero pagar. Y entonces vos lo llamás a tu juzgado, vas con el otro señor que me reclama los fondos y los comprobantes de que yo les debo, y yo entro pateando la puerta diciendo que a este tipo no le voy a pagar nada, que lo que le debo no me importa, que desconozco absolutamente esa deuda y no me importa nada lo que vos falles. Yo no voy a cumplir, no voy a pagar. Entonces, obviamente, vos lo primero que vas a hacer es pensar: “bueno, si yo tengo que fallar en contra de este tipo, tengo que determinar algún método para que este señor cumpla”. Probablemente lo que hagas es embargarme mis cuentas. A nivel internacional, en definitiva, es condicionar la deuda de la instancia vieja al pago de esta deuda que fue determinada al momento de quedar saldada la plata a los holdouts. Entonces, la verdad es que estamos muy mal parados. Entonces, a ver qué negociamos. Las bases ya están dadas: el presidente dice que hay más dolor porque evidentemente esto nos va a costar en intereses una fortuna, sin hablar de los costos de los abogados. Pero hacia delante, la estrategia debe ser cerrarlo, cerrarlo en tres o cuatro tramos. Seguramente la negociación va a rondar entre el 20 y 40% que van a tener que aplacar de descuento y probablemente va a estar más cerca de 20%, en definitiva. Pero la entidad nos hace gastar, no me cabe duda de que este gobierno va a terminar cerrando el acuerdo pero hay que negociar con uñas y dientes, por dos motivos: primero, porque todos los argentinos queremos el mayor descuento y el mayor plazo de pago posible, y lo segundo, por el mercado, porque desde un punto de vista político creo que las dificultades más importantes que va a tener el gobierno van a ser atraer a los holdouts. Esto para que aquí al gobierno designe las dos leyes que hay que modificar. Eso, obviamente, más tus acciones; le estás entregando la patria a los holdouts para su beneficio. Ahora no va a ser fácil derogar las leyes cerrojo y de pago soberano, porque en el Congreso Cambiemos no tiene mayoría propia. Así que tal vez probablemente los factores de incertidumbre sobre esta negociación estén más acá adentro a la larga por tener que modificar estas dos leyes que afuera en la negociación con los holdouts.

CAT: Massa, evidentemente hoy es la pieza clave en la estrategia para sostener la postura del gobierno. ¿Lo ves a Massa coherente como para ir hasta el final?

AA: Sí. Yo lo veo razonable. Lo que pasa es que, ojo, suponete que con eso pases la Cámara de Diputados, pero después, en senadores, estás en problemas serios.

CAT: En el Senado estás en otras aguas y tenés el problema radical.

AA: Sí. Ahí te van a comer los tiburones. Yo creo que Cambiemos va a apoyarse en la gran mayoría, que ahí son peronistas y no son de Massa. Ahí tenés un problema serio: habrá que negociar seguramente todo, porque se va a sentir la presión de los gobernadores. Creo que va a ser la más relevante, porque algunos gobernadores han tomado deuda y hoy seguramente van a tener la oferta y demanda para tomar más deudas y que sean baratas. Creo que acá hay un argumento para presionar a los gobernadores para que presionen a sus senadores, pero la verdad, no sé cuán permeables son los senadores a las presiones de los gobernadores. Yo esa realidad la desconozco. Me imagino que no se la van a hacer fácil la negociación. Y, la verdad, desde el punto de vista de la negociación, por suerte, si bien esto puede llevar tiempo, justamente por el factor interno es una cosa que yo siempre planteé antes de saber que ganaba Macri. Es que hay algo que le juega a favor a éste que no le jugaba a favor a Scioli: primero que Macri está en un programa de ajuste fiscal y encaró, sobre todo, el problema del cepo y que también, incrementadas las necesidades de crédito externo, las necesidades de financiamiento que tiene, son menos creditorias, menos urgentes. Y la verdad que eso le da lo que no hubiera tenido Scioli. Eso le da a Macri tiempo para negociar y otra cosa que le da tiempo es la credibilidad. Si hubiera ganado Scioli, no sé cuánto hubieran confiado en el mundo en que iba a haber un acuerdo. Yo creo que se está demostrando en los hechos, en los hechos digo porque es en los mercados, cuando se demuestran los hechos, porque ahí no hablás, aportás plata, ya que eso es doloroso si te portaste mal, ya que hablar es gratis, pero poner plata en los mercados no es gratis. Lo que se está demostrando es que hay confianza en que hay voluntad de acuerdo. Eso es importante, porque permite adelantar estas posibilidades de crédito a su gente. Eso quiere decir que, si vos llegás a un acuerdo en un lapso razonable, voy a estar dispuesto a prestarte una tasa menor de la que te cobraría hoy si no estuviera tan seguro, aunque sea un poquito mayor a la que te podría cobrar cuando vos cierres. Aunque sea, te hace bajar hoy la tasa de interés y te aumenta la cantidad de crédito disponible para cuando vos vayas a tomar. Con lo cual, le juega de vuelta a favor a Macri para llegar a una negociación tanto afuera como acá adentro, en el parlamento.

CAT: Obviamente estamos hablando de que va a haber un acuerdo. ¿Vos ves qué variantes de acuerdo hay o necesariamente hay una sola?

AA: Para mí hay una sola. La única forma que veo para cerrar esto, dada la situación de hoy, es un pago inicial en efectivo. Se volvió a hablar del lado del gobierno algo así en algún momento. No me acuerdo quién lo dijo. La verdad es algo que no tendría que mencionarse nunca algo así, menos en la situación de crédito en que estamos hoy. Yo creo que la lógica es pagar en un tiempo con un bono y la verdad que la prioridad debería ser que el bono sea largo, aun a costa de un descuento menor, tomarnos el mayor tiempo posible para pagarlo. No priorizaría poner más plata en un corto plazo por un descuento mayor, porque la verdad que creemos todos que el mercado internacional privado va a ser menos líquido. Pero el crecimiento de esta masa de crédito va a ser más lento, por lo tanto vamos a tener que pelear un poco más para incrementarnos en la cantidad que nosotros tomamos que la que peleábamos cuando la masa de crédito era más abundante. Pero en eso nunca se sabe. En estas últimas semanas, la verdad que con el tema China y otros se generaron las peores incertidumbres, que llevaron a gente a hablar de una posible burbuja que puede explotar en cualquier momento, nunca se sabe. No estamos de momento en Hollywood en la Argentina como para andar apostando al mejor de los escenarios. Tenemos que estar de lo más prudentes por el momento. Hay una clave también pasajera, que es la necesidad de que la economía se recomponga. Si no, voy a pagar demasiado hoy eso y también te quita el crecimiento de la capacidad de financiar la demanda interna de la Argentina. Todo dólar que sale nos va a doler, sería la palabra. Hay que maximizar lo que entra y que se quede lo más posible. Pero para mí, ésa sería la prioridad para manejar la deuda en plazos lo más largos posible.

CAT: ¿Ves barreras políticas de gravedad?

AA: Yo creo que se van reformar ambas leyes. Lo que veo es que no se la van a hacer fácil; se la van a cobrar carísimo. Entonces, eso va a parecer que se fue todo al diablo y que las leyes no se van a reformar y que, obviamente, vamos a pagar en término de incertidumbre económica. Lo vamos a pagar seguramente en el término de baja en los mercados. La probabilidad que veo de que no se acuerde es baja, más allá de los sustos que tengamos en el camino. Yo creo que a nadie le conviene en este momento que el barco no ande bien, porque los gobernadores tienen que administrar sus provincias y, si tienen más crédito, les va a ir mejor que si tienen menos crédito. Eso es irrefutable. El gobierno va a estar más dispuesto a ayudarlos si tiene más crédito que si tiene menos crédito. Entonces, la verdad es que decir “¿viste qué mal le fue?”, cuando vos te estás ahogando en el mismo barco, no es el mejor de los negocios. No solamente no lo van a reelegir a él sino a vos tampoco. Creo que todos van a querer que más o menos el barco funcione, por lo menos al principio, para que vos puedas mostrar una gestión mejor.

CAT: ¿Podría cerrarse el acuerdo en marzo?

AA: Yo creo que en el primer semestre vamos a tener novedades. Hasta apostaría que entre cuatro y seis meses tenemos que tener novedades sobre este tema, que no da para mucha más negociación. Como mucho, seis meses.

CAT: Porque acá se mezcla con la política y después, si esto se alarga mucho, el Congreso va a entrar en el clima ya preelectoral.

AA: Sí, pero esto no puede pasar del primer semestre, porque la verdad es que a nadie le conviene. Mantener altos niveles de incertidumbre implica lamentablemente que la economía va a recibir menos inversiones y que, por lo tanto, la capacidad de reacción que va a tener va a ser menor. Claramente, al gobierno le conviene arreglar mañana. Evidentemente, cuando antes arregle la capacidad de reacción de la economía, va a ser muchísimo mayor. Lo que pasa es que eso, desde un punto de vista económico, también tiene su perjuicio, pero en realidad, es que es más política porque si uno consiguiera patear a largo plazo la deuda, la verdad que es mucho más beneficioso recibir muchísimos más capitales hoy y después, con lo que produzcan esos capitales, pagar esa deuda en el tiempo, aunque sea el 100%. Pero también uno tiene que cuidar el frente político interno y ahí el costo político seria fenomenal. Ésa es una realidad que hay que tener en cuenta, o sea, tiene que haber una negociación y el gobierno tiene que negociar duro y tiene que conseguir ventajas. Claramente que los holdouts, por una razón política, son conscientes de qué necesitan, o sea, no es que es gratis sino que están pagando un costo en términos de reacción de la economía, y eso no es para nada gratis para este gobierno, porque esto implica que reaccionen lo antes posible y lo más fuerte posible, porque eso es lo que le va a permitir, primero, mejorar la recaudación y mejorar las cuentas públicas sin tanto esfuerzo en términos de control de gastos, pero segundo, llegar bien posicionado electoralmente al 2017. No se puede dar el lujo de tener un frente abierto que hace que la economía salga como una cañita en vez de como un cohete, llegar a las elecciones del 2017 apenas con una recuperación. Eso políticamente tampoco es sustentable. O sea que hay dos factores políticos que están en puja y yo creo que en la medida en que vos te acerques a mediados de año va a empezar a primar mucho más el costo político de no tener una recuperación económica que el costo político de cerrar con los holdouts.

CAT: Ahí quedó más claro, aunque políticamente el año de la elección que viene, la de medio término, tiene una característica muy especial, ¿no? Como el tema Vidal, se ha convertido en el centro de gravedad de todos los ataques al gobierno. Parece que la elección del primer senador nacional por Buenos Aires va a ser decisiva, ¿no? Todo pasa por ahí.

AA: Claro, la verdad es que a la gestión de Vidal le tengo confianza. Creo que va a hacer una buena gestión. Pero acá lo más importante es la gestión a nivel nacional, porque si a la Argentina le va bien, a la provincia de Buenos Aires le va a ir mejor. Y eso es vital, porque estamos hablando de que los bolsillos de los argentinos van a llegar con corta recuperación. Ojo que ahora vamos a retraer el poder adquisitivo y eso no se puede sostener por mucho tiempo. La gente lo votó al gobierno y está dispuesto a apretar los dientes y, bueno, hay que pagar los costos de la gestión anterior. Para el segundo semestre no vas a poder andar con una banderita diciendo esto es culpa del gobierno anterior. Si vos no conseguiste que esto repunte, es culpa tuya, chau. Y ahí yo creo que es cierto que el factor político es fundamental. Yo creo que, increíblemente, en las elecciones la gente votó por hartazgos, por la forma en que nos trataba el gobierno. El hartazgo primó y ganó Macri. El hartazgo tomó la decisión de que ganara Vidal. Pero hacia delante, puede volver a primar el bolsillo. Creo en una preponderancia mayor del bolsillo, que quizás no fue tan fundamental en las últimas elecciones, o sea, que vos necesitás llegar con una economía que se recupere y, si llegan con una economía que sea más fuerte -que yo creo que puede llegar a crecer un 4% el año que viene- el gobierno está más que posicionado para hacer una buena elección. Y si hace una buena elección a nivel nacional, la va a hacer a nivel provincial también. Acá la parte más complicada va a ser la negociación con el Congreso. En eso estamos plenamente de acuerdo. Ahí van a estar las dificultades. Obviamente, por más que todos oremos por la institucionalidad, llegarás a entender que las medidas que se van tomando últimamente, que por ahí son por decreto, muchas la verdad que son decretos constitucionales. Pero bueno, yo hubiera preferido que se hicierra por otro camino, que se resolviera en el legislativo. Nosotros, hasta acá, venimos hablando fundamentalmente en términos de los holdouts y lo que eso significa para la Argentina en términos de un arreglo, pero si a mí me preguntás cuales son los dos factores más relevantes en términos de cómo proyectar escenarios hacia delante, uno es el factor internacional y el otro es la gobernabilidad. Porque Macri no va a tener gobernabilidad así nomás, sino que le va a costar tener gobernabilidad. Entonces, todo es tirar de un carro pesado, todo el tiempo. Es tirar de un carro pesado, entonces eso hace más lentas las decisiones. Cuando más pesado es el carro, las decisiones se van a tomar pero van a ser más lentas y eso tiene costo económico.

CAT: Sí, el gobierno se toma mucho del discurso de la guerra contra el narcotráfico y la corrupción, que ya está vista la complejidad y el mal posicionamiento del Estado en estos temas. Lo de la corrupción tiene que ver con lo que hablamos del Congreso y la negociación política. No va a ser tan fácil hacer una cruzada anticorrupción a ojos cerrados.

AA: Sí, ojo que también en la política hay otras herramientas para negociar. También existen esas posibilidades de negociación. De todas formas, cambiar toda una cultura de un día para el otro no va a ser tan fácil. Ése es otro tema.

CAT: Lo que quiero decir es que es la primera vez que un gobierno tiene entre sus grandes objetivos la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, que nunca fueron objetivos de primera.

AA: Sí, pero ahí ojo que yo creo que el gobierno tiene herramientas que puede utilizar y no necesariamente entregar las pocas moneditas de negociación que tiene porque, en la medida en que sepa manejar la opinión pública para que sea ella la que, en definitiva, exija las cosas, los políticos también bailan por los votos, ¿no? ¿Cuántos políticos van a estar si vos lográs presentar un paquete de leyes, por ejemplo, que faciliten la lucha contra la corrupción? Después discutimos que las cosas de verdad hay que incrementarlas, si no quedan en los anaqueles de la historia legal argentina. Pero o si querés aprobar un paquete de leyes, si lo presentás bien, es la demanda de la gente la que va a obligar a la lucha contra la corrupción o contra el narcotráfico. Debe estar bien presentado y sin que vos tengas que negociar simplemente. Porque, si no, lo hacés quedar en offside al tipo que votó en contra o simplemente no te apoyó y va a haber más conflictividad. En lo demás, en todo lo que sea cambio de modelo, ahí es donde yo veo que va a ser complicado. Ya lo estamos viendo en la provincia de Buenos Aires con la aprobación del presupuesto. A eso voy yo. Eso por ahí no pasa por el “luchemos contra la corrupción”; la verdad que al tipo que diga que no quiere luchar no lo votan. Ya es bastante difícil oponerse a algo así. Lo mismo que contra el narcotráfico. Pero cuando vos estés en estas cosas más finas que hacen al modelo anterior y gastemos muchas monedas, ahí yo creo que van a estar las mayores dificultades de hacer aprobar lo que se necesite. Por ejemplo, el cambio del Concejo de la Magistratura es más difícil de vender. Hay algunas cosas que implican cambio de modelo, que son necesarias y hacen más difícil movilizar a la gente en función del apoyo que vos necesitás para forzar a los otros y ahí sí va a haber una negociación que va pasar más por los instrumentos tradicionales de negociación.

CAT: Sí, aunque este episodio de la triple fuga de Alvear, si algo pone de manifiesto, es que las relaciones mafiosas contra la República ya no son tan excepcionales.

AA: A veces hay oportunidades de cómo presentás las cosas y la verdad es que la prensa presentó esto, desde el momento en que se fugaron, como una crisis de este gobierno, fundamentalmente de Vidal, ¿no? Yo creo que lamentablemente el gobierno compró eso, cuando no era una crisis de ellos. ¿Quién puede pretender que, a dos semanas de asumir, Vidal te hubiera resuelto todo el problema, que obviamente es de los otros, que no hicieron nada y dejaron que permearan la corrupción y narcotráfico en toda la estructura de los penales y toda la parte de la seguridad? Un absurdo. Sin embargo, lamentablemente, veo más la imagen de crisis que decir “bueno, acá se acabó la joda”, que es otra forma de presentar eso. “Se acabó la joda anterior; ahora vamos a ser firmes y a estos tipos los vamos a agarrar. Acá no hay ninguna crisis”. Podés aprovechar esto justamente para exigir los cambios que están planteando para la seguridad, la emergencia de seguridad. Ya se demostró que estamos todos permeados. Entonces, podemos hacer los cambios de fondo que son necesarios. “Estamos en una emergencia, dejamos que nos sigan copando los narcos o hacemos algo de fondo y urgente”. Y en la urgencia nos podemos tomar ciertas libertades y además podemos conseguir cierto apoyo, porque ésta es una gesta internacional.

CAT: Creo que se vieron sorprendidos, que no esperaban un hecho inmediato con tanta espectacularidad y que no tenían preparado tampoco algo más apropiado para el PRO, por su vocación de partido mediático. No tenían preparada una construcción mediática.

AA: Sí. En eso estamos de acuerdo, que, en definitiva, es un poco lo que estaba diciendo yo: no tenían un sistema de comunicación de emergencia, cómo reaccionar ante estas cosas que es obvio que pasaron y van a volver a pasar. Han terminado corriendo atrás de la noticia y de cómo los criticaron los medios.

CAT: Claro, hasta el manejo visual de la comunicación, ya que venimos de un gobierno que convertía todo en una especie de ópera o melodrama, todo muy montado, y acá pasamos a algo realmente improvisado, ¿no?

AA: Sí. Por eso de todas formas no todo va a ser posible movilizarlo desde la opinión pública y ahí obviamente veo mayores posibilidades de gestión hasta que consigan una buena cantidad de tropas en el congreso para sacar las cosas más importantes. Por ejemplo, Macri dijo “no vamos a privatizar Aerolíneas Argentinas ni YPF”. Mucha gente salió a criticarlo, mucha gente, como yo. Y yo me dije: “¿a un gobierno que va a asumir con moneditas de poder, vos le vas a serruchar las moneditas de poder para hacer eso, cuando no es lo más urgente ni lo que nos va a llevar a una crisis? Es un absurdo”. Si a mí me ponen de ministro de economía, si tuviera todo el poder, lo primero que haría seria privatizar las dos cosas juntas. Y no lo voy a hacer tampoco, porque tenés prioridades. Vos lo primero que tenés que hacer es usar esas moneditas de poder para multiplicarlas resolviendo problemas urgentes que tiene la gente. Multiplicar esas moneditas de poder y después, en todo caso, cuando tengas todo el capital ya acumulado, vamos por Aerolíneas, la privatizamos, le abrimos los cielos, hacemos lo que realmente consideramos que se tiene que hacer con ese sector. Pero ahora piloteala como puedas y para que no pierdan demasiada plata y resolvamos lo que es urgente, que es un poco lo que se está haciendo. Es una buena gestora y ahí ya tengo un frente cubierto y ahora me paso a ocupar el problema del cepo, cómo resolvemos el problema con los holdouts. Pero tengo otro problema que es más urgente: el tema del narcotráfico. Sin ir más lejos, el tema de la delincuencia y la inseguridad. Todo eso es mucho más urgente para la gente, ¿no?

CAT: Sí, si bien es cierto que el déficit de Aerolíneas tiene un volumen especial, ¿no?

AA: Sí, pero bueno, de vuelta, cuando uno toma decisiones no toma decisiones en términos de que no hay costos. Vos tenés incluido que las cosas tienen un costo. Ahora, ¿cuál es el costo mayor? ¿Tus moneditas de poder las vas a utilizar para resolver YPF, no para salir del cepo o para resolver otros problemas más importantes? Lamentablemente, los milagros en la gestión política y en la gestión económica no existen. Entonces, las cosas hay que irlas resolviendo en la medida que uno va pudiendo resolverlas. No hay que enamorarse tampoco de los gradualismos, porque a veces se vuelven un autojustificativo para no hacer cosas. Hay que exigirse el máximo para hacer el máximo posible con esas moneditas de poder y multiplicar lo máximo posible esas moneditas del poder. Pero sigue habiendo siempre un límite que no podés superar, que es lo que tenés de capital político.

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