Por Gonzalo Carranza.-

A unos días de votar, creo que sería bueno saber sobre el Fallo Olmos. El 13 de julio de 2000, meses después de la muerte de Olmos, el juez Ballesteros dictamina, en un fallo sin precedentes en la historia mundial, que la deuda externa de la Nación “ha resultado groseramente incrementada a partir del año 1976 mediante la instrumentación de una política económica vulgar y agraviante que puso de rodillas al país…” El fallo declara la deuda como “ilegal, inmoral, ilegítima y fraudulenta”. Este fallo, en resumidas palabras, explica cómo Argentina está pagando una deuda externa ilegal que se contrajo en la dictadura, con Martínez de Hoz a la cabeza. Hoy en día dicha deuda sigue siendo pagada «serialmente», como dijo nuestra presidenta.

Entendamos esto. Ningún político va a hablar o hará una investigación sobre dicha deuda, ya que todo el sistema político argentino es cómplice de este silencio. Ya no se trata de ser de derecha u izquierda o de centro. Se trata de darnos cuenta que como argentinos estamos siendo estafados. La sociedad tiene que saber de dónde vino esa deuda. Es un tema relevante para el presente y para el futuro del país. Por acción u omisión, todos los políticos han legalizado la deuda.

El día que haya un gobierno que realmente quiera enfrentar a la usura internacional y planee resolver el problema de la deuda externa deberá, tener claros tres puntos:

1- Ilegitimidad: La deuda debe ser investigada. Se debe realizar una auditoría para saber claramente cuál es la deuda, ya que si no, seguiremos en este sistema de re-endeudamiento. El sistema político legítimo una deuda ilegítima.

2-Insolvencia: El país tiene que blanquear su insolvencia. Estamos ante un cúmulo de deuda impagable, donde la totalidad del capital que vence se paga con nueva deuda y se toma, además, deuda adicional.

3-Responsabilidades: No puede ser que en este caso, como en tantos otros, haya delito y no haya delincuentes; nadie paga por nada. Los funcionarios que intervengan en éstos u otros delitos deben ser sometidos a juicios, condenados duramente.

El sistema político tiene bien claro estos tres puntos pero jamás serán puestos en debate. No nos creamos el verso. Investiguemos y prestemos mucha atención a nuestros políticos. Exijamos la verdad. Aprendamos de nuestra historia. Abramos los ojos. Estamos a tiempo. Mientras tanto, seguiremos siendo «pagadores seriales».

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