Por Alexis Di Capo.-

En medios financieros de Nueva York circulan distintas evaluaciones sobre la evolución de la economía en los próximos meses, sobre todo en relación a la negociación pendiente con los holdouts.

Hay fundados motivos para ser pesimista en la evolución de la economía a partir de marzo. Este gobierno heredó un Banco Central sin reservas disponibles, un déficit fiscal record y una Base Monetaria que es un 2200% mayor que la existente en mayo de 2003, inicio del kirchnerato. El gradualismo del ajuste no podrá compensar el aumento de la emisión. En el segundo trimestre comenzará la liquidación de la cosecha gruesa. 50 millones de toneladas de soja forzarán al BCRA a emitir el equivalente en pesos de U$S 11000-11500 millones. Aun con la quita de los contratos a futuro deberá emitir más de $ 30.000 millones y si la inflación proyectada supera la tasa de las LEBAC, caerá el stock de esas letras y, para devolver el dinero, el BCRA tendrá que emitir. Si a esto le sumamos las discusiones paritarias y la estacionalidad inflacionaria de marzo, el crecimiento de los precios superará ampliamente las pautas previstas (25% anual). Como la conducción económica no da ningún indicio de cómo mantener o reducir la Base Monetaria a pesar de la emisión, no se puede aventurar ninguna hipótesis de cómo “estabilizar” la economía controlando la inflación.

Demora pero jamás ruptura

En cuanto a la estrategia que se den los holdouts ante el nuevo gobierno argentino, las recientes palabras de Macri remarcando que la negociación no avanza tan rápidamente como se había previsto dicen mucho. Todo hace prever no sólo que la ronda de conversaciones en Nueva York se extenderá mucho más de lo previsto, sino que al alto costo del acuerdo posible impulsaría en el Congreso Nacional una fuerte resistencia a la derogación de las leyes cerrojo y de pago soberano.

En síntesis, lo más probable es que los demandantes negocien durante un par de meses pero luego terminen aceptando la oferta argentina, ya que luego de tanto tiempo de gastar millones y no cobrar tendrá vigencia el dicho popular “plata en mano, c… in terra”.

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