Por Guillermo Cherashny.-

60 centavos bajó el dólar a $ 18,85 en bancos y casas de cambio y $ 18,50 el mayorista, que había llegado a 19,20 pesitos. El motivo fue claro: se supone que intervino el BCRA o «manos amigas» para reviltalizar la oferta de dólares que hizo bajar abruptamente su cotización y la suba de estos días bajó al 7% contra el 10% del jueves.

De todas formas, los motivos fueron consignados hace diez días en este portal cuando señalamos que tanto Broda como Nielsen dijeron que en junio próximo del 2018 la recuperación se terminaba. Pero en Economía vieron signos de que en noviembre se había estancado el crecimiento. Para Broda, con este atraso cambiario y las altas tasas de interés, la economía de 2,8% de crecimiento en el 2017 bajaría al 2,3% el año 2018, es decir, menos que éste, que sería muy malo para el Gobierno.

Este eventual estancamiento se reproduciría por las reformas con sabor a poco que lanzó el presidente Macri, que no disminuyeron el déficit fiscal sino que lo aumentaron.

Si bien el Gobierno respiró por la baja del dólar, el futuro es incierto, ya que el atraso cambiario sigue. Ya el dólar se devaluó el 17% contra una inflación del 24% y tasas de interés del 28,75% y la baja dispuesta ayer al 27% puede ocasionar que, si no aparece la oferta del BCRA o manos amigas, el dólar podría subir, porque el atraso cambiario es grande, ya el dólar debería estar en los $ 25 pero los 56.000 millones de dólares que tiene el Central le permiten manejar el precio. Pero la combinación de tasas todavía altas, retraso cambiario y déficit fiscal persisten y son una bomba de tiempo en la economía.

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