Por Guillermo Cherashny.-

Al final, 45 días después de la famosa conferencia de prensa en la que Marcos Peña, Dujovne y Caputo obligaron a Sturzenegger a recalibrar la meta de inflación del 10 al 15% y bajar la tasa de interés para mejorar el crecimiento de la economía, la jefatura de gabinete tiró la toalla. Ayer, el comité de política monetaria del BCRA con Federico Sturzenegger decidió mantener la tasa de los pases en el 27,25%, contra una inflación esperada del 15%, como se corrigió a fines de diciembre y que nadie cree posible.

Es más, el REM -es decir la encuesta que el Central hace con consultoras económicas y bancos- dio una inflación esperada del 19,4%, es decir que la tasa de interés está más del 7% de la inflación que espera el mercado y en la que tampoco nadie cree, porque se teme que se acercará al 24% del 2017.

Es evidente que la lucha contra la inflación que se impuso como prioridad el Gobierno de Macri fracasó y, como dicen los economistas, el proceso de desinflación está abortado, lo que motiva que los diferentes sectores del peronismo se animen al 2019, cuestión que hasta el 28 de diciembre pasado era una quimera.

Hay que descartar los pronósticos de Zaffaroni y otros personajes en el sentido de que este Gobierno no terminará este mandato, lo cual es un verdadero disparate, ya que el aumento de la tasa de diez años de los bonos del Tesoro americano se disparó al 2,90%, pero de ninguna manera significa una crisis para el gobierno argentino sino que se le encarece el endeudamiento externo y es un peligro grave recién para el 2020, o sea que Macri cumplirá seguramente los cuatro años y tiene serias chances de ser reelegido si el peronismo sigue dividido.

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