Por Jorge Luis Vitale.-

El kirchnerismo manejó a su antojo la coparticipación federal durante doce años y los gobernadores guardaron silencio y obediencia debida. Parte de lo que no se le dará a la provincia de Buenos Aires saldrá de lo que maneja de más el Estado Nacional.

Así, la coparticipación de Capital (que ahora es de 3,75%) está sobre la de Chubut (1,38%), Jujuy (2,95%), La Pampa (1,95%), La Rioja (2,15%), Catamarca (2,86%), Río Negro (2,62%), San Luis (2,37%), San Juan (3,51%), Santa Cruz (1,38%), Neuquén (1,54%) y Tierra del Fuego (0,7%).

Por su parte, las provincias que aún tienen mayor coparticipación son Córdoba (9,22%), Corrientes (3,86%), Chaco (5,18%), Entre Ríos (5,07%), Formosa (3,78%). También Mendoza (4,33%), Misiones (3,43%), Salta (3,98%), Santa Fe (9,28%), Santiago del Estero (4,29%) y Tucumán (4,94%). La que recibe un mayor porcentaje es la provincia de Buenos Aires, con un 19,93% para el 37% de la población, según la ley 23.548.

De esta forma, la decisión de Mauricio Macri implicó que la Ciudad ascendiera varios puestos en el ranking. Si antes de esta medida, solo tres distritos percibían en porcentaje por debajo de la Ciudad, ahora son 11, sobre un total de 24.

El Gobierno Nacional derogó el decreto de participación que había firmado Cristina Kirchner dos días antes de terminar su mandato dejando otra bomba y el cual disponía el cese de la retención del 15% de los fondos coparticipables que efectuaba el Estado sobre las provincias.

La coparticipación, que son los impuestos que cobra la Nación y luego distribuye a las provincias, en el año 1951 era el 48,8% para la Nación y el 51,2% para las provincias. En 1963, 58% Nación y 42% provincias; en 1973 -ley 20.221-, 50% Nación y 50% provincias; en 1988 -ley 23.548-, 42,34% Nación y 54,36% provincias, 1% A.T.N. (Aportes del Tesoro Nacional) A partir del 1° de marzo de 2002 -ley 25.570-, Nación 42,34% y provincias 56,66%. Durante la gestión del kirchnerismo, 75% para la Nación y 25% para las provincias. Por eso ese 25% de más históricamente que la Nación se quedó a voluntad y discreción del ex y la ex presidenta fue con lo que domesticaron a las provincias y luego a las intendencias.

La coparticipación federal de impuestos es el mecanismo a través del cual la Nación les gira dinero a las provincias. Es un acuerdo que existe en nuestro país desde la década del ‘30 y que se va renovando cada diez años, o que debería hacerlo, ya que en realidad actualmente no se renueva desde el ‘85. La coparticipación establece en qué proporción el dinero que recauda el Estado a través de impuestos va a ser luego transferido a las provincias. Cuando decimos impuestos, nos referimos a todos los impuestos internos, ya que no se coparticipan los impuestos aduaneros, o sea, aquellos impuestos producto del comercio exterior. Esos quedan enteramente en manos de la Nación. Entonces, la Nación es quien recauda ese dinero del cual luego un porcentaje se distribuye entre las provincias.

Esta distribución, la coparticipación, se da en varios pasos: primero, al volumen total coparticipable se le van quitando determinadas sumas de dinero que se giran a objetivos específicos, como por ejemplo a contribuir a la ANSES, o para el famoso fondo de reparación histórica del conurbano bonaerense, etc. Luego de quitadas esas sumas se hace el reparto; en un primer paso se hace la división de cuánto va de esa masa total de dinero al Estado Nacional y cuánto va a las provincias. Actualmente la nación se queda con el 52% del total, los estados provinciales con el 47% aproximadamente, y el 1% restante va como aporte al tesoro nacional. Luego, en un segundo paso, se determina cuánto de ese 47% que va a las provincias le corresponde a cada una de ellas.

Sólo los fondos recaudados por impuestos nacionales que no provengan del comercio exterior; los impuestos municipales como el ABL, patente, etc., los cobran los municipios y quedan en los municipios. Lo mismo ocurre con los impuestos provinciales como: ingresos brutos, impuesto al sello, entre otros. Los recaudan las provincias y se los quedan las provincias. Los impuestos nacionales, que son los que se coparticipan, son el IVA, los impuestos a las ganancias, el impuesto a los combustibles, por ejemplo.

En el año ’85 fue la última vez que hubo un acuerdo de coparticipación, y se hizo en base a tres criterios: la población total de cada provincia, la densidad de población y la brecha de desarrollo; o sea, la idea es darle mayor cantidad de dinero a las provincias con mayor densidad de población, con mayor población total y con menor desarrollo. Así es como, por ejemplo, la Provincia de Buenos Aires, que aporta un porcentaje muy grande de los recursos tributarios, recibe alrededor del 20% de la coparticipación, le siguen Santa Fe y Córdoba con algo más del 9%, y así va bajando provincia por provincia, teniendo en cuenta esos tres criterios.

La coparticipación se gira automáticamente. Los fondos coparticipables se depositan en cuentas del Banco Nación y de ahí se giran automáticamente, y eso se está cumpliendo. Pero sí hay algunas otras cuestiones que se podrían analizar. En principio, las provincias han sido históricamente deficitarias por la estructura misma del aparato que tienen que mantener; las provincias no recaudan mucho por sí mismas, la única que tiene una recaudación propia relevante en comparación con lo que recibe del Estado Nacional es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; el resto es altamente dependiente de lo que el Estado Nacional les gira, sea por coparticipación o por otros conceptos. Pero ocurre que las provincias tienen gastos que estructuralmente exceden lo que pueden recibir de coparticipación y de cualquier otro concepto, ya que a las provincias se les ha girado en las últimas décadas muchos gastos y responsabilidades sin que se les giren los recursos necesarios para que puedan cumplirlos, los más relevantes son los ocurridos en los ‘70 y en los ‘90 con el traspaso de la educación y la salud a las provincias, sin darles los fondos necesarios para afrontar estos gastos.

Sí es cierto que en los últimos años las provincias han gozado, como en general todos los niveles del Estado, de una situación muy favorable, con ingresos bastante elevados (en términos históricos), y teniendo déficits bajos o superávits en algunos momentos. Pero esta situación se ha venido deteriorando en estos últimos siete años, con el menor crecimiento económico que se está evidenciando, viene repuntando y en los últimos tres meses Argentina, incluso con crisis incipientes en algunos sectores productivos, la recaudación total cayó mucho, y sobre todo cayó en los rubros que son coparticipables, o sea, no cayó tanto la recaudación por comercio exterior, pero si cayó la recaudación por impuestos internos, es ahí entonces donde los recursos que le llegan a las provincias se desaceleraron mucho más que los que le llegan a la Nación.

En los últimos años la nación tuvo algunos gestos como para aliviar las cajas provinciales. Uno de ellos fue el fondo solidario de la soja, donde una parte de lo recaudado por el Estado Nacional en concepto de derechos de exportación de soja se gira a las provincias. Otro fue el fondo federal de desendeudamiento argentino donde se fueron refinanciando las deudas que las provincias tenían con la nación, y a tal punto se siguen refinanciando que aún hoy no se han empezado a pagar.

Igualmente, en lo que sí hay un acuerdo casi general entre economistas es que es necesario rediscutir la coparticipación de forma general. Lo que ocurre aquí es que, para que alguna provincia reciba más dinero, alguna otra o el mismo Estado Nacional tiene que recibir menos, por lo tanto hay intereses que impiden que esa discusión se abra, por más que la constitución del ´94 obliga a renegociar nuevos acuerdos.

De la masa total coparticipable, antes de ser distribuida, se quitan partes para diferentes objetivos, una de esa partes es dinero que se destina a la ANSES y que representa el 15% del monto que debería ir a cada provincia; a eso se le llama Pacto Fiscal. El reclamo de algunas provincias es polémico, ya que se estaría pidiendo que, para financiar a las provincias se desfinancie la seguridad social. Igualmente lo más probable es que esta batalla legal no desemboque en nada ya que para aplicarse cualquier cambio al régimen de coparticipación hacen falta las 25 firmas de los Estados Autónomos de la Nación, o sea, las 23 provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Estado Nacional. La más castigada durante estos doce años fue la provincia de Buenos Aires, porque en una cifra que es reparación histórica se le está pagando ala provincia la misma cifra que el año 2002, sin que se le actualice esto, reclama hoy la gobernadora ante la Suprema Corte de Justicia.

En el siguiente cuadro puede sintetizarse el porcentaje correspondiente a cada jurisdicción de acuerdo a la Ley 23.548 de Coparticipación Federal de Impuestos, sus modificatorias y complementarias. Éstos son porcentajes actuales:

PROVINCIA

 % LEY 23.548 Y MODIF.
Capital Federal – Ciudad de Buenos Aires 3,75
Provincia de Buenos Aires 19,93
Provincia de Catamarca 2.86
Provincia de Córdoba 9,22
Provincia de Corrientes 3.86
Provincia del Chaco 5,18
Provincia del Chubut 1.38
Provincia de Entre Ríos 5.07
Provincia de Formosa 3.78
Provincia de Jujuy 2.95
Provincia de La Pampa 1.95
Provincia de La Rioja 2.15
Provincia de Mendoza 4.33
Provincia de Misiones 3.43
Provincia del Neuquén 1.54
Provincia de Río Negro 2.62
Provincia de Salta 3.98
Provincia de San Juan 3.51
Provincia de San Luis 2.37
Provincia de Santa Cruz 1.38
Provincia de Santa Fe  9,28
Provincia de Santiago del Estero 4.29
Provincia de Tucumán 4.94
Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur 0,7

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