Por Guillermo Cherashny.-

La semana pasada, Axel Kicillof, en una cena empresarial en el hotel Alvear convocada por el CICYP a la que asistió el establishment en pleno, señaló que, si el candidato de su partido, Daniel Scioli, ganaba las elecciones, en el plano económico haría más o menos lo mismo que se está haciendo ahora. Esta verdadera expresión de deseos fue tomada con preocupación por empresarios y banqueros. A esto se le agrega el reportaje de Horacio Verbitsky a Carlos Zannini en Página 12 el domingo pasado. El Secretario Legal y Técnico y eventual futuro vicepresidente respondió que no se les pagaría a los holdouts pero que, si Scioli tiene por caso una postura diferente, tendría espacio para plantearlo, aunque remató diciendo que las leyes lo impiden. La realidad es que la ley cerrojo ya fue suspendida en su aplicación dos veces y las otras dos que legislan sobre la cuestión se pueden modificar. Sería la forma de salir de este pantano que impide que la Argentina tenga libre acceso a los mercados. Con la nueva política de endeudamiento que hizo Kicillof los últimos meses y las altas tasas que pagó, es más barato ahora acordar en buenas condiciones con los buitres.

Salidas hay

Está claro que la sentencia del juez Thomas Griesa a favor de los holdouts NML y Aurelius es usuraria. Sin embargo, la república debe negociar como lo hace Grecia, cuyo gobierno ganó el referéndum y el lunes siguiente cambió el ministro de economía y acordó con los demás partidos políticos presentar una propuesta que evite la baja de sueldos y la caída de su producto bruto interno. El gobierno nacional elogia al presidente Alexis Tsipras pero no actúa como él, más bien se niega a cualquier tipo de negociación alegando que la sentencia es usuraria. Lo que es evidente es que el próximo presidente argentino no podrá desconocer la sentencia, como hizo hasta ahora Cristina, aprovechándose de que está en tiempo de descuento. Si Scioli es presidente, uno de sus asesores, Miguel Bein, anticipó que va a pedir una quita del 30% de la sentencia de Griesa, pero de acuerdo a cómo termine la negociación entre Grecia y la Unión Europea, se pueden abrir distintos horizontes. Por ejemplo, si los futuros representantes argentinos se sientan con el mediador Dan Pollack y propone una quita quizás del 50% de la sentencia pagadera en bonos 2024, es probable que el FMI y el gobierno de los EEUU influya sobre Griesa o sus superiores, la Corte de Apelaciones, conocida como la «mother court» porque es anterior a la Corte Suprema de Estados. Lo importante es tomar en cuenta el ejemplo de Tsipras para sentarse a negociar con el mediador con una propuesta seria que puede ser bien considerada por la corte de apelaciones. En cuanto a la expresión referida de Kicillof, “más o menos lo mismo”, éste no entiende que hay actualmente un superdólar y que todas las monedas de los países emergentes se devaluaron, empezando por el real brasileño, todas menos el peso argentino. Si es Scioli el que asume el 10 de diciembre, con la cancha marcada por Kicillof, sabe que tiene que atacar la negociación con los buitres, el retraso cambiario, la quiebra de las economías regionales y los impedimentos para exportar y eliminar retenciones al trigo. Simplemente no podrá seguir los consejos de Kicillof de hacer más o menos de lo mismo, porque entonces se estrellaría contra la pared.

Share