Por Eduardo Difonso.-

Lo que está pasando hoy en la Argentina ya lo viví; no me lo contó nadie.

Los que tenemos algunos años vividos recordamos como funcionó y, los terribles resultados que nos ocasionaron, como país, las medidas económicas adoptadas por aquel entonces el ex ministro, Domingo Cavallo.

A pesar del tiempo transcurrido y los hechos graves que tuvimos que superar la actual gestión de gobierno PRO -RADICAL parece no tener memoria o creer que puede obtener resultados diferentes utilizando el mismo procedimiento ya conocido por sus nefastos resultados para los argentinos.

El problema básico de origen es el abultado gasto publico, sobre todo lo que se afecta a gastos corrientes, y hoy ese gasto, al igual que hace algunos años, se está cubriendo con deuda externa, deuda que tarde o temprano tendremos que pagar y no vemos que se realicen inversiones que generen recursos para poder afrontarla.

Un dato importante a tener en cuenta es que las necesidades financieras para el año en curso son de U$S 56.700 millones de dólares, que se conforma con el déficit fiscal de U$S 25.270 millones de dólares al que debe sumarse los vencimientos de capital e intereses por U$S 31.430 millones de dólares, la carga de los intereses de la deuda publica pasaría de 2,1% del PBI en 2017 a 2,7% del PBI en 2019, suponiendo que se cumpla en tiempo y forma con los vencimientos.

El problema que generan estas medidas, tal como ya nos pasó, es que llegará el momento en que la tasa no será suficiente para compensar el riesgo crediticio creciente para cubrir gastos corrientes en la moneda que emite un estado gastador compulsivo, como el estado argentino que se endeuda cada vez mas en dólares.

Tal es hoy el exceso y descontrol que ha llevado a que el gasto público sea 40% superior a la totalidad de los recursos (impuestos y Seguridad Social) que se generan, no obstante ser la presión tributaria la mayor conocida en su antecedente histórico.

El desequilibrio fiscal generado necesita de financiamiento, aun dando por válidas las optimistas proyecciones oficiales, de más de US$ 40.000 millones de dólares anuales.

De acuerdo a lo anunciado en materia económica y las medidas adoptadas, todo indica que se mantendrá el criterio sobre la política del gasto publico corriente por lo que seguirá recurriendo al endeudamiento externo para sostenerlo. No esta contemplado en las cifras mencionadas las inversiones en gastos de capital que se anunciaron para obras publicas, que necesitan también financiamiento estatal.

A partir del inicio de esta gestión PRO- RADICAL, diciembre deL 2015 a la fecha, se ha tomado deuda por unos US$ 85.000 millones de dólares y el total de deuda, incluyendo lo emitido para cancelar obligaciones con holdouts, supera los US$ 260.000 millones de dólares, ello representa más del 50% del PBI.

No podemos dejar de contemplar en este calculo que los estados provinciales se han sumado, con la autorización del estado nacional, al festival de emisión de títulos públicos, también para cubrir gastos corrientes. Ya emitieron deuda por mas de US$ 3.376 millones de dólares.

MECANISMO CONOCIDO COMO «BICICLETA FINANCIERA»

El BCRA (Banco Central de la República Argentina) mantiene las tasas de interés nominales altas con lo que seduce a los inversores por su alto rendimiento en dólares, ya que mantiene dicha moneda subvaluada para que no se le dispare el índice inflacionario, quienes eligen la compra de títulos públicos (Lebacs) a una tasa del 26,5% obteniendo así una ganancia anual que ningún otro negocio o inversión en otro rubro lo puede asegurar. De esta manera hemos reemplazado -aunque en forma parcial- la emisión de moneda propia por la emisión de obligaciones en dólares.

A esta la bicicleta financiera me refiero cuando afirmo, sin temor a equivoco, que esto ya lo vivimos los argentinos y nos significo una sangría de dólares que eran girados al exterior, como pasa actualmente, y que debimos afrontar entre todos para cubrir un negocio de pocos capitalistas que, con recursos disponibles y con buena información oficial, obtuvieron grandes ganancias.

Tampoco podemos descartar, pensando con cierta duda sobre los funcionarios de turno, que no estén ellos practicando esta bicicleta financiera con el conocimiento anticipado de las medidas a tomar y en que momento. Algunos ya lo demostraron con la compra en la operatoria de venta de «dólar futuro», implementada por el gobierno anterior y que con el cambio de gobierno participaron, como funcionarios, en la determinación del valor de recupero de esos dólares contraviniendo la ley de ética publica e inmersos en un notable conflicto de intereses.

La colocación de deuda (nacional, provincial y corporativa) es la que provee una oferta continua de dólares pero cuando la tasa de los créditos internacionales sube, por el riesgo país, es cada vez menos fluido el ingreso de estos capitales especulativos al sistema financiero y comenzará a precipitarse una devaluación drástica de nuestra moneda y, como ya nos pasó en tiempos no muy lejanos, al no hacer los ahorros correspondientes ni tampoco fomentar el crecimiento de la economía, no vamos a tener los recursos para afrontar las obligaciones de pagos asumidas.

Entonces nos volveremos a preguntar, ¿QUÉ PASÓ CON AQUEL INGRESO DE DIVISAS? y la respuesta, como ya sabemos, será que esas inversiones no fueron para acrecentar la economía ni la industria nacional que agregaran valor a la producción nacional y mas fuentes de trabajo sino que fueron directo a la timba financiera (especulación financiera, en términos económicos correctos) y que el gobierno de turno, hoy el del ing. Macri, está usando para financiar gastos corrientes del sector publico.

Hoy el nivel de endeudamiento ya esta casi en el 53% del PBI y casi el 90% de se total corresponde al sector publico, tan es así que solamente el servicio de esa deuda alcanza al 10% del gasto publico.

Si nos comparamos con otros paises de la región veremos que presentan una participación inferior de la deuda estatal:

-Chile: la deuda externa representa el 65,4% del PBI, pero menos del 7% corresponde al gobierno, el resto es para inversión privada.

-Colombia: su deuda externa representa el 41% del PBI y solo el 5,9% de ese total corresponde al sector publico.

-Perú: con el mayor endeudamiento publico de la región, tiene una deuda del 90% del PBI pero al sector publico le corresponde solo el 16% de ese total.

-Brasil: tiene una deuda externa del 18% de su PBI.

Sin dudas necesitamos corregir el camino de manera urgente porque de lo contrario corremos aceleradamente hacia el abismo socio-político-económico; sólo es cuestión de tiempo, que cada vez es más exiguo.

Es difícil pensar que este esquema no lo conocen los inteligentes funcionarios que componen el gabinete nacional, lo que preocupa es si lo están haciendo conociendo de antemano el resultado.

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