Por Agustín Monteverde.-

  • Preocupado por la escalada del dólar, el gobierno decidió la semana pasada hacer uso de toda la artillería del Banco Central y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema de Seguridad Social.
  • El Central estuvo abasteciendo el mercado oficial a lo largo de toda la semana.
  • El Fondo Jubilatorio salió el jueves a vender $ 300 MM de su cartera de bonos en dólares (BONAR 17 y BONAR 24) para provocar una caída en el contado con liquidación y así frenar al blue; el día anterior había intervenido en el mercado desprendiéndose de $ 200 MM de ambas especies.
  • Esta semana volvieron a vender bonos por debajo de su valor de mercado.
  • Las ventas representaron 70% de lo negociado en esos bonos.
  • Eso no impidió que se mantuvieran las colas de espera para comprar contado con liquidación.
  • Lo más preocupante de este crecimiento de la demanda de moneda extranjera es su origen: en julio comenzó a hacerse sentir un paulatino retiro de depósitos -particularmente, mayoristas- en el sistema bancario.
  • Se estima que en las últimas semanas unos $ 7000 MM de depósitos se habrían volcado al mercado cambiario, sea a través de variantes bursátiles o informales.
  • Al 17 de julio -últimos datos oficiales de depósitos- las imposiciones a plazo fijo del sector privado crecían 0,4% frente al cierre de junio y 1% en los últimos treinta días.
  • Si se toman en cuenta las tasas pasivas, se advierte inmediatamente que no alcanzaron a capitalizarse los intereses: julio dio inicio a un retiro -hasta el momento modesto- de depósitos.
  • Esta lectura se ve agravada si se toma en cuenta la desbocada expansión de la liquidez en los últimos días.
  • Al 22 de julio -últimos datos oficiales para esa serie- la base monetaria trepa 41% frente a un año atrás y 11% en 30 días.
  • Tan sólo entre el 16 y el 22, el salto superó los $ 17000 MM.
  • Esto quiere decir que la mayor liquidez no se está dirigiendo al sistema bancario y busca otros destinos.
  • Dadas estas circunstancias, el Banco Central no pudo seguir haciéndose el distraído y decidió elevar el piso para las tasas de interés pasivas, incentivando las colocaciones a plazos más largos.
  • La tasa mínima para depósitos a plazos menores de 90 días, tanto minoristas como mayoristas, es ahora 23,6%.
  • Para los plazos que van desde 90 a 120 días, las tasas mínimas se ubican entre 25,6% y 26,2%, respectivamente.
  • La medida significa un alza de los rendimientos de entre 1% y 2,1% nominal anual para personas físicas y de entre 4,7% y 7,6% para las jurídicas.
  • La decisión significa un aumento de los costos de fondeo para los bancos y, consiguientemente, elevará las tasas activas.
  • El Central también ajustó el retorno de las operaciones de pases.
  • Para los pases pasivos a un día, la tasa pasó de 13% a 18%; para los a 7 días, subió de 14% a 20%.
  • En pases activos a un día la tasa es ahora de 23%; y para 7 días, de 24%.
  • Nuestra primera impresión sobre estas medidas no es favorable.
  • En primer lugar, creemos que la suba de tasas -al menos en esta magnitud- no logrará que cambien de opinión quienes ya pretendían dolarizar su cartera y huir del riesgo pesos.
  • Consideramos incluso que, en cierto grado, es contraproducente porque implicó un reconocimiento explícito de lo delicado de la situación y el agotamiento de otras herramientas (al punto de recurrir a una medida ortodoxa), lo que podría incentivar el retiro de depósitos y la fuga al dólar.
  • Las propias declaraciones de los funcionarios no fueron precisamente felices en este sentido.
  • Fue el mismo Vanoli el que admitió que la resolución se tomó debido al retiro de plazos fijos y “para evitar que se convaliden tipos de cambio que no corresponden”.
  • El jefe de gabinete, en tanto, llamó a “no amedrentarse frente a los especuladores”.
  • Insólita fue la respuesta con que el titular del Central intentó dar tranquilidad ante una consulta sobre el pago del BODEN 15, confundiendo deuda soberana con deuda de la entidad.
  • “Cuando caen las reservas por pago de deuda se tiene un menor activo pero a la vez un menor pasivo”.
  • Las reservas son un activo del BCRA mientras que la deuda correspondiente al BODEN no es del Central sino del gobierno nacional.
  • Hay otros factores que se suman a los antes apuntados y que nos hacen pensar que las tensiones continuarán in crescendo.
  • En primer lugar, téngase presente el feroz salto de la base monetaria -consistente, por cierto, con las estimaciones que vinimos anticipando en este Informe- y los consiguientes efectos sobre la demanda de moneda dura y deterioro del tipo de cobertura.
  • En segundo lugar, recordamos que -en la medida que nos acercamos a las elecciones- la suba de tasas requerida para compensar el riesgo cambiario se exponencia.
  • Un problema no menor es Brasil, cuya moneda.
  • El peso se ha apreciado 47% contra el real brasileño en los últimos cinco años.
  • La fuerte valorización que vivió el real hasta 2011 había sido clave para aminorar el atraso multilateral del peso; su actual debilidad tiende ahora a potenciar ese atraso, con obvias y funestas consecuencias para nuestra caja de divisas.
  • La única solución para eludir un devenir de otra forma inevitable -y que aquí nos atrevimos a anticipar, a contramano de un consenso social que daba por triunfante la pax cambiaria- es que aparezcan más dólares.
  • Y en ese sentido -lo hemos señalado repetidamente- es hacia China, a donde debe dirigirse la mirada.
  • Los chinos tienen la única llave que puede librar al kirchnerismo de los fantasmas que lo atormentan. O clausurar sus esperanzas.
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