En un extenso reportaje de Carlos Tórtora, Roberto Cachanosky penetra con agudeza en la trama de la nueva realidad del poder.

CAT: En 48 horas ha habido demasiadas señales distintas, ¿qué impresión te causó el gabinete económico?

RC: Comparado con lo que tenemos ahora, es la gloria. El tema es si alcanza o no para arreglar el lío que dejan, pero es mejor por lejos. Las personas en sí no te cambian todo; hay que ver qué hacen y más en este caso en que se puede intuir para dónde van pero no se puede saber muy bien.

CAT: No hay gente de alta definición ideológica.

RC: Son mas social-demócratas, me parece, por llamarlos de alguna manera.

CAT: Vos decís eso y la gente puede entender que son iguales que Jesús Rodríguez o Mario Brodersohn.

RC: ¿Pero qué título le ponés, si no? Andrés Ibarra fue compañero mío y no es que tiene una ideología política muy fuerte. Tal vez podría definirse como desarrollista pero no tiene una ideología muy marcada. Por ahí Frigerio Nieto tiene más ideología pero tampoco es su abuelo. Prat Gay estuvo con Duhalde, con Carrió, con Donda, con todo el mundo, tipo Martín Redrado. Hernán Lombardi, al igual que Pancho Cabrera, fueron alumnos míos, muy buenos tipos, capaces. Al resto no los conozco bien pero hay que ver para dónde salen disparados. Además, está la incógnita del Ministerio de Trabajo, que implica una cartera importante.

CAT: ¿Macri parece más descentralizador, no?

RC: En el sentido de delegar, sí. Su estilo es armar equipo y delegar funciones de trabajo. Una especie de Menem, aunque él delegaba más. Decía: “vayan para allá y después me dicen cómo salió” y se iba a jugar al golf.

CAT: También creaba Súper Ministros, cosa que no creo que Macri haga…

RC: No, no creo. Pero sí, Macri trabaja más en equipo. A Marcos Peña no lo conozco; Patricia Bullrich es todo terreno; Aranguren viene del mundo empresarial, así que habría que ver. No es lo mismo manejar una empresa que el Estado. Dietrich parece que puede andar. Estuvo en ese cargo en la Ciudad. Hizo la bicisenda y esas cosas pero ahora hay que encargarse de trenes, rutas, aerolíneas.

CAT: Está muy bien provisto el gabinete pero se ven pocas muñecas políticas…

RC: Me parece que tienen más gente técnica y no tiene tanto político. Creo que debería ser una mezcla, a mi entender, pero en realidad todavía no anunciaron nada así que quiero esperar. Con lo que tienen que lidiar no es para ser gradualista ni hay margen para tomarse mucho tiempo.

CAT: Ha habido una especie de reflujo hacia el gradualismo, la idea de que hay que sacudir toda la mesa en un día no está, ¿no?

RC: Yo no la veo. Mirá, el cuatro es la calificación mínima en política económica para aprobar; si llegás al diez, sos un súper hombre porque en un mandato cambiar 70 años de decadencia, bueno… Para sacar el cuatro, para aprobar, tienen que lograr desactivar el cepo en forma inmediata sin que se les dispare a cualquier lado, bajar la inflación y los impuestos.

CAT: ¿Cómo desarticulás el cepo?

RC: Lo tenés que soltar sí o sí, porque no tenés reservas para administrar el tipo de cambio. Sin reservas no podés hacer nada; tenés que dejarlo flotar libremente. Para que no se vaya al diablo, hay que tener un plan económico integral, de confianza, y eso significa presentar una primera reducción del gasto público que haga pensar que no hay que huir del peso. Porque el déficit fiscal te lleva a la emisión monetaria, la emisión te lleva a la inflación y a la disparada del dólar, un círculo vicioso. ¿Y cómo logras equilibrar las cuentas del sector público? Si además tenés que bajar impuestos, por ejemplo las ganancias, retenciones, etc., yo te diría que lo mínimo que tenés que hacer es soltar el cepo dentro del contexto de una política económica muy consistente para generar confianza; tenés que bajar el gasto, tenés que bajar impuestos, eliminar los derechos de importación, salvo la soja, a la cual le podés bajar 5 puntos mínimo, total, al soltar el tipo de cambio va a ser más. El 30% sobre un tipo de cambio alto te va a dar la misma recaudación, 35% sobre un tipo de cambio que se atrasa, así no perdés tanta recaudación pero creás una expectativa y un movimiento en el sector agropecuario fenomenal. A eso agregale el turismo.

CAT: El número de ministerios es grande, ¿no hay una inflación de la burocracia central?

RC: Yo personalmente no tendría un Ministerio de Modernización, de Energía ni de Agricultura, etc., etc. No sé si tiene que haber un Ministerio de Producción, porque la producción es un asunto del sector privado, donde sólo hay que regular. Sí me parece bien el Ministerio de Hacienda, que haya un tipo que maneje la caja. Entra tanto, sale tanto. Además, armaría un Ministerio de Regulación, alguien que saque trabas a los que producen y, cuando termine de regular, que se disuelva. El de producción me suena más a intervenir en la economía. Es una opinión mía, en la Ciudad lo tuvieron con el mismo Pancho Cabrera.

CAT: Era una cuestión más bien de centros de inversión en zonas menos privilegiadas. Pero hay un gran programa político subyacente que va creciendo y el radicalismo no está de acuerdo plenamente ni con los nombres. A partir de lo de Sanz y Carrió, siento que ya no hay una identificación plena con el PRO. Me parece que están sumidos en el silencio…

RC: Tienen cuatro cargos: Defensa, Proyecto Belgrano, Agricultura y Turismo puede ser. No sé que pasó con Sanz. Dicen que tuvo un problema personal pero, de ser así, no se hubiera presentado como candidato a presidente en las PASO.

CAT: Hizo declaraciones que, lejos de aplaudir, eran tomas de distancia, aludió a que debía haber alternancia. ¿Ves un síndrome de la alianza?

RC: Por ahora no lo veo. Vamos a reconocer que el radicalismo no tiene tanto peso pero sí en la cantidad de diputados que te puede aportar.

CAT: ¿El PRO tiene mentalidad de partido chico?

RC: No sé si es mentalidad o es un estilo. Lo que te diría es que me parece que son bastante cerrados. Ellos ganaron las elecciones y tienen los votos, se entiende.

CAT: Cuando vos sos cerrado, lo sos por muchos motivos pero también podés serlo porque te falta saber hacer política…

RC: No lo sé. No estoy adentro como para decirte. Tal vez puede ser que Peña es muy joven y muy político, pero tampoco viene de una tradición política muy extendida. Eso no es ni bueno ni malo; es un dato. Cuando ellos dicen cosas que políticamente no se pueden hacer, habría que ver. No sé si ellos saben qué es políticamente posible y que no. Además, está cómo manejarse con los sindicatos y la Provincia. Macri, en la ciudad de Buenos Aires, se manejó bien pero tuvo el kirchnerismo en contra los ocho años y se manejó bien. Vamos a ver si lo logra a nivel nacional. Ahora, manejar la Ciudad es más complicado que Santa Cruz. Menem vino de La Rioja, que era más chica que Santa Cruz. El hecho de que vengan de Capital es una ventaja. Ahí se te concentran todos los quilombos de manifestaciones, tenés dos millones de habitantes más todos los que vienen de Provincia de día. Tal vez sea una tema de logística pero en Santa Cruz no había mucho más que hacer. Si uno compara, Macri tuvo más ejercicio en la administración, un lugar más grande que el que tuvo Kirchner. Ahora, si tiene la capacidad de estadista o no, lo vamos a ver en el tiempo. Por ahora, tienen mi respeto y mi apoyo, tampoco un cheque en blanco.

CAT: La luna de miel entre la sociedad y el gobierno antes duraba años; ahora, semanas. ¿Estás de acuerdo en que la gente pone a prueba y empieza a criticar rápidamente?

RC: La gente usa a los políticos más de lo que pensamos. Cuando la gente quiere sacarse a alguien de encima, usa a una figura para hacerlo y después se cansan y no tienen paciencia. A Macri le puede pasar eso; le bajan el pulgar y están fritos. Además, no parten de una base legislativa propia. Esas mayorías las podés ir legitimando con una buena administración.

CAT: Una cosa es tener que conservarla y otra tener que ganarla…

RC: Lo que tengo entendido es que sacó mucho más diferencia de lo que se está diciendo. Es por lo menos lo que me han dicho los que estuvieron en el recuento de votos. En el voto en blanco le afanaron 3 puntos mínimo; debe haber estado por lo menos 9 ó 10 encima.

CAT: Todo para permitirle a Cristina decir que tiene el 50%…

RC: No entiendo por qué. Aunque digan de ir a incendiar las urnas, yo no hubiera negociado. Eso te da otra legitimidad, no es lo mismo decir que gané por 3 que gané por 10.

CAT: Me llama la atención que Macri dejara que Cristina adquiera protagonismo. Ella lo criticó diciendo que el país no es una empresa y luego envió proyectos de ley con una mala fe absoluta. Macri, por algún motivo, está consintiendo que Cristina, con lo mal que está, vuelva a ser la jefa de lo que está enfrente…

RC: Tampoco los del peronismo se encargan de destrozarla.

CAT: Porque pasa algo. Yo, que conozco el paño, hubiera dicho que el domingo pasado iba a haber diez gobernadores lapidando al cristinismo. Y de diez pasamos a cero. Una razón, me imagino, es porque ninguno lo dijo antes, por lo cual, criticar a destiempo esa noche no tenía validez. Además, veo en el peronismo un consenso tácito, que incluye a Scioli, donde todos simulan que la crisis interna no va a estallar, cuando es inevitable. Hay una especie de simulación de que está todo normal. Pero el mismo Massa se ha retirado y dejado el campo a Cristina. Eso no es un tema de Macri sino del peronismo. ¿Por qué Cristina no está siendo aborrecida por la propia dirigencia de su partido?

RC: Scioli es un perdedor como ella. Para eso deberían haber tomado la escena con De la Sota, con Urtubey, con Massa, con el Frente Renovador, Reutemann, etc.

CAT: Lo lógico era que dijeran algo juntos y no han dicho nada…

RC: No es tanto que Macri la deja sino que el mismo peronismo lo hace.

CAT: Primero la dejaron que fuera su jefe, porque los premiaba con la chequera y los castigaba con el látigo. Ahora eso se acaba y la dejan igual que siga siendo su representante…

RC: No es Macri, es el peronismo, es justamente lo que te digo. El hecho de que hayan conseguido quórum con Victoria Donda, Pino Solanas y Lozano demuestra que éstos van a ser funcionarios del kirchnerismo siempre. Pero Urtubey quiere mostrar un peronismo más democrático y republicano, más distinto; les debe decir que lo que hacen no se puede hacer. No sé por qué no le dicen que no puede ser tan guaranga. Es una actitud muy difícil de explicar. ¿Adónde va el peronismo con esta pasividad? Ser solidario con una derrota y con una conducción que está repudiada por la mayoría del país es grave. Yo no lo entiendo, no tengo la más mínima idea. Tienen un comportamiento de pollerudo boludo. La verdad es que les falta mucho huevo.

CAT: La política a veces exige tomar decisiones. Si no, pasa como con Scioli, que perdés lo que tenías ganando.

RC: Scioli se dejó escupir, basurear, se arrodilló durante doce años para llegar a ser presidente, pero no llegó. El macrismo debería estar sorprendido por lo que debería ser una oposición. Una cosa es que Macri tenga que construir una mayoría en el Congreso. El otro día le decía a Graciela Barrionuevo que tenían que consensuar los temas legislativos en relación a las prioridades. Lo planteaba como una especie de cogobierno. Otro tema es el comportamiento de acompañar a Cristina con los proyectos de ley. Creo que no están los de Massa pero tampoco salen a decir que esto es una barbaridad, por lo tanto están consintiendo. Me parece un comportamiento bastante deplorable, porque no van a tener el mismo comportamiento con Macri. Le podrán objetar, pero él no los va a someter a una relación de obediencia como con Cristina. Encima tienen la mano de la Corte Suprema de Justicia, que les dio 15% para las provincias. Ahí tienen más caja y la que va a tener menos es la Nación, complica el flujo. Hoy leí una noticia donde los empleados jerárquicos de la AFIP se quejaban, porque les sacan este 15%; van a ganar menos.

CAT: ¿El frente externo va a poner condiciones y plazos?

RC: Los holdouts no van a joder. Si no lo hicieron con Cristina, no lo van a hacer ahora. ¿Quién invierte en la Argentina si no hay reformas de fondo? Yo destacaría que lo que hizo Cristina fue agarrar a todos los argentinos y meternos en el medio de un campo minado, activó las minas y se las dejó a Macri. Si por casualidad explota alguna, van a incriminar a Macri. El peronismo no le va a decir “Cristina, la culpa es tuya”. Pasa que lo que dijo Macri en las elecciones; no le sirve para gobernar. Quieras o no, tenés que bajar el gasto público. Y si no lo hacés, no equilibrás las cuentas. Entonces seguís emitiendo y sube la inflación. Pero si bajás el gasto público, te denuncian por recorte. Para bajar el gasto podés trabajar en la jubilación, los sueldos, los subsidios económicos y los subsidios sociales. De todo lo que estuve nombrando, los sueldos, out.

CAT: ¿Implica despidos?

RC: Y… a los de La Cámpora los invitás a que agarren el diario y busquen laburo. La contrapartida de bancar a estos tipos es que hay gente que tiene que pagar impuestos para pagar esos sueldos. Después tenés que revisar los subsidios y, por último, los planes sociales, porque hay muchos que los cobran y no los necesitan. Así empezás a reducir el gasto público. Además, sacás los derechos de exportación de las economías regionales, y podés bajar algo de los derechos de soja, cinco puntos como mínimo, porque como vas a liberar el mercado de cambio, lo que vas a cobrar es un 30% sobre un tipo de cambio más alto, por lo que vas a tener más ingresos. Hay que bajar el impuesto a las ganancias, para autónomos y relación de dependencia. A las empresas les permitís el ajuste de los balances. Sacás el cepo y, si no lo sacás, no te entra un peso. Llamás a licitación para hacer el Plan Belgrano, mejorar las rutas, los trenes, el sistema energético y esto va a generar trabajo. Obviamente, en el medio va a haber problemas. Estuvieron doce años de joda y, cuando se acaba, alguien va a protestar, seguro, pero hay que hacer docencia de la gestión pública. Por eso es importante un Ministro de Economía que sepa comunicar muy bien, alguien que explique cuál es el sentido de las medidas y su sentido de justicia.

CAT: ¿Creés que va a haber conflictividad social de otro tipo?

RC: Bueno, en vez de subir mucho las tarifas de transporte público, trabajá primero sobre el número más gordo, que tiene que ver con luz y gas. Dentro de lo que son subsidios económicos, yo te digo, mirá, si lo de Aerolíneas Argentinas hay que corregirlo por una cuestión de principios, como lo de TELAM lo de ATC, bueno, en eso estamos de acuerdo. Lo que pasa es que cuando mirás el total de los subsidios económicos, ese número no es tan grande. Inclusive, si sumás el de TELAM, el número grande lo tenés en la energía. Ése es el básico. Después, el segundo en importancia, pero bastante más lejos, es el transporte público y, por último, son todos esos puchitos que tenés dando vueltas por ahí. Entonces tenés que agarrar eso, empezar a subir todo lo que tiene que ver con las tarifas de servicios públicos. Tenés la energía. Te estoy hablando de gas y luz. Obviamente, ahí vas a tener un impacto, pero todavía no avances sobre el tema de las tarifas del transporte publico, porque obviamente vas a tener un problema ahí. La gente, todos los días, cuatro mangos más de ida y 3 más de vuelta es guita, y lo que hacés es cobrarle menos impuesto inflacionario a la gente. La salida que tenés hoy, la única rápida para reaccionar es por el lado de las exportaciones y, en el mediano plazo, por el lado de la llegada de inversiones.

CAT: ¿Cuánto es mediano plazo?

RC: En menos tiempo -seis meses- podés estar recibiendo las primeras inversiones. Te diría que, trabajando en ese orden, el consumo va crecer. Hasta ahora, el motor de la economía del consumo funcionó e hicieron la fiesta populista. Por eso, entonces, el consumo va crecer, pero va crecer cuando esté consolidada la producción en el puesto de trabajo. Hay que trabajar en serio ahora y no hacer la fiesta que hicieron estos tipos. Ahora, obviamente, vos acostumbraste a la gente durante doce años a la joda y de golpe le decís: “bueno, se acabó la joda; ahora hay que laburar”, y a nadie le gusta.

CAT: Sobre todo, si del otro lado tenés a alguien que insiste -y nadie le lleva la contra- en que ella tiene el 50% de los votos y que el peronismo sigue soportando que ella sea la portavoz, esto se complica…

RC: Ahí viene mi propuesta, y los del PRO no me están dando bola. Ellos saben que la formulé públicamente y no me están dando pelota. Es más, te doy el título. Tomás una auditoria internacional, o sea, asumís el poder con una auditoría internacional. Esto ya lo averigüé afuera. Pregunté en el Banco Mundial si se puede hacer. Se puede hacer y lo tienen que hacer, y no el Banco Mundial precisamente. Vos agarrás y decís: Transparencia Internacional. Que vengan y hagan una auditoría sobre la situación de todo lo que tenga que ver con la transparencia de información, corrupción, etc. Pero no te pido gran cosa. Sí, haceme un primer pantallazo y que venga el Banco de Basilea y te diga cuáles son las reservas, cuáles son los números fiscales y en qué situación está el INDEC. Entonces le decís a la gente, a la población: “¿Ven? Esto es lo que dejó Cristina Kirchner”. A ver, cuando vos compras una empresa, llamás a una auditoría previa y ves que lo que dice en el balance; es cierto o no es cierto, si tenés pasivos ocultos o no hay pasivos ocultos.

CAT: Bueno, todo esto es un libro negro, dicho de otro modo…

RC: Bueno, lo que yo estoy proponiendo es: asumí el poder y, al mismo tiempo, ya estén hablando para que vengan hacer una auditoría. O sea, no te estoy diciendo que venga el Fondo Monetario Internacional, ni que vengan los fondos buitres, ni que venga el Club de París… No, no. Lo que estoy pidiendo es que venga el Banco de Basilea, que le dé señales a la Argentina, que, mejor dicho, fijen las pautas de acuerdos y, además, Transparencia Internacional, que es un organismo más o menos respetado a nivel mundial. Bien, miren lo que dejaron; se afanaron esto, dejaron las reservas. En tanto eso se esparce, le conviene a Macri. Y también es un derecho de los ciudadanos saber en qué situación está todo. Ni vos ni yo sabemos realmente cuál es la situación del Banco Central. Éste es un derecho republicano de la gente de conocer cuál es la rendición de cuentas que tiene que hacer el kirchnerismo, no el relato, o que venga otro de afuera y me diga si el relato es cierto.

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