Por Guillermo Cherashny.-

Cada día que pasa hay un convencimiento de que en los meses de septiembre y octubre la economía tuvo un segundo derrumbe después del que tuvo el último trimestre del 2015 y esta caída inesperada para el gobierno y para la mayoría de los analistas tiene su explicación en la alta presión impositiva nunca vista en nuestro país.

Generalmente, cuando asume un nuevo gobierno que está integrado por empresarios y economistas supuestamente liberales y se produce una gran devaluación, a los pocos meses, por la confianza que genera, se produce una gran reactivación. Pero por la alta presión impositiva, este fenómeno no se produjo. Es más, la economía, que venía cayendo desde agosto del 2015, profundizó su caída con el advenimiento del macrismo, que se jugó todo a la reactivación del segundo semestre que no ocurrió sino que se hundió y, según Francisco Cabrera, el ministro de la producción, el comienzo de la reactivación es un misterio.

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