Por Guillermo Cherashny.-

El gobierno se siente acorralado por la oposición cuando se materializó el tarifazo y tanto el FR, AF UC cuestionaron cómo se conforma la tarifa de gas, especialmente el valor del gas en boca de pozo, ya que el gobierno toma en cuenta el que les paga a los inversores en Vaca Muerta, cuyo precio paga es de 7,50 dólares, aunque todavía, como falta una actualización aproximada de un 30%, el precio que se calcula hoy estaría en 6 dólares. El problema es que muestro país produce gas natural cercano al 80% del consumo, en tanto el gas no convencional de Vaca Muerta sólo aporta el 3% del total. Por tanto, resulta muy ventajoso para las empresas de energía y para el gobierno, que le pone un 40% de presión impositiva. Es más, la producción de gas natural cae porque su precio es de menos de 4 dólares en boca de pozo contra los 7,50 dólares del shale gas.

Como la electricidad se genera mayormente en el gas, las distribuidoras eléctricas como Edenor, Edelap y Edesur ganaron el año pasado, junto a las gasíferas, 11.000 millones de pesos y el gobierno no quiere decirles a los opositores si las empresas destinan sus ganancias a inversiones, porque el servicio es malo.

La reacción popular se está viendo en las encuestas, que demuestran que el gobierno está en su pico más bajo de popularidad desde que Macri asumió el 10 de diciembre del 2015, porque el tarifazo hace que la plata no alcance para todo el mes en la mayoría de los hogares.

Pero sólo se castiga a la ciudadanía con tarifazos de luz, agua y gas con el argumento de que hay que eliminar subsidios, pero resulta que las reservas del BCRA sólo sirven para subsidiar el valor del dólar, que es tan nocivo como subsidiar tarifas.

El relato oficial celebró ayer que la economía creció el 5% en febrero en comparación con febrero del 2017, según el INDEC. Pero si se toma el índice desestacionalizado se verá que la economía cayó por primera vez en siete meses y que ayer el BCRA tuvo que vender más de 400 millones dólares para sostener el valor de la divisa. Así como están las cosas, van muy pero muy mal.

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