Por Guillermo Cherashny.-

Finalmente se conoció el dato de inflación de diciembre, que fue del 2,6% y que totalizó en el año el 47,6%, la más alta desde 1991 y lo más importante es que la inflación núcleo fue superior el 2,7%, lo que preanuncia números similares para el primer trimestre o quizás más, porque se anunciaron subas de transporte, luz, agua y gas y además subió el petróleo a 51 dólares, lo que preanuncia una suba fuerte de las naftas después de haber bajado poco y nada en diciembre.

Pero lo más grave es que la supuesta competitividad que se gana con la devaluación se pierde con el aumento de los costos y encima el dólar mayorista sigue en $ 37, unos 50 centavos por debajo de la banda inferior, pese a que el BCRA vendió en cuatro días 160 millones de dólares, unos 6000 millones de pesos que luego absorbe con deuda de corto plazo al 57% semanal, que anualizada significa el 90% anual, que provoca la quiebra de 20 pymes por día de todos los rubros generando una recesión que todavía no tocó piso, como anuncian los economistas que relevan los índices de la economía para el BCRA, que siempre tienen una visión optimista del futuro económico, que nunca se cumplen.

Lo único que logró el gobierno es exagerar la estabilidad cambiaria, porque en lugar de dejar el mayorista en 38/39 pesos, mediante esa alta tasa de interés lo fuerza abajar por debajo de la banda cambiaria inferior, mientras una inflación cercana al 3% mensual se viene para los próximos tres meses. Pero en marzo la demanda de dinero, que sube estacionalmente en diciembre, enero y febrero, se cae en marzo, lo que puede hacer que el dólar recupere lo perdido y llegue a los $ 40. Pero el gobierno quiere evitar esos saltos porque necesita atraso cambiario para tener competitividad electoral.

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