Por Víctor Beker.-

A partir de diciembre, la inflación ha experimentado un notorio repunte, cualquiera sea el índice con el que se la mida.

La causa de dicha inflación se halla en el cambio de precios relativos que el nuevo Gobierno ha impulsado a partir de su asunción.

En primer lugar, la devaluación que, como señalamos en nuestro número anterior, estuvo destinada a producir un cambio en los precios relativos entre los bienes transables –aquellos susceptibles de ser comercializados internacionalmente– y los no transables, con el propósito de incrementar los precios de los bienes transables por sobre los de los no transables. De este modo, se busca reducir el consumo interno de los bienes exportables, lo que aumenta la disponibilidad para la exportación, al igual que el consumo de los bienes importados, que no se han incrementado. El resultado esperado es un aumento de las exportaciones y una contracción de las importaciones, mejorando así la balanza comercial.

Un segundo componente de los aumentos de precios es la eliminación del subsidio a las tarifas eléctricas. En este caso, el objetivo es eliminar una partida que, como también marcamos en nuestro número anterior, tiene un peso preponderante en el déficit fiscal.

Seguramente, la eliminación del subsidio al consumo de gas de red y al transporte, y el aumento en los precios de los combustibles serán otros factores determinantes para el aumento de precios.

En definitiva, se trata de una inflación generada por los cambios de precios relativos necesarios para reordenar la economía.

Debido a que los precios nominales son inflexibles a la baja, la única forma de cambiar los precios relativos es a través del aumento de aquellos que se pretende adelantar respecto del resto. Pero el hecho de que algunos precios aumenten y ninguno baje determina que también se eleve el nivel general de precios.

Si los precios nominales fueran totalmente flexibles, el aumento en el precio relativo de unos bienes se lograría en parte con un incremento en el precio nominal de estos y en parte con un descenso en el precio nominal de los restantes. De ese modo, el nivel general de precios permanecería inalterado. Pero si aquel descenso no ocurre, necesariamente aumentará el nivel general.

Por tanto, la actual inflación tiene su origen en los cambios de precios relativos que apuntan a mejorar el saldo de la balanza comercial y a reducir el déficit fiscal. Se trata de lo que en economía se conoce como inflación estructural. Esta se extenderá hasta que se terminen de ajustar los precios relativos de la economía y alcancen el nuevo equilibrio que la política económica desea lograr.

La crisis del INDEC: un condicionante para la política económica

Contrariamente a la expectativa general de que, con el cambio de autoridades, se iniciaría un proceso de recuperación de las estadísticas públicas, nos vemos ante un proceso de profundización de la crisis del INDEC.

Ello ocurre como consecuencia de no haber entendido la necesidad «de urgentes reformas de carácter institucional orientadas a generar un marco que garantice la mayor independencia de su accionar y la más alta excelencia técnica de sus productos», según lo recomendara el informe de la UBA de 2010 referido a dicho organismo.

La creencia de que bastaba con un par de nombramientos para revertir la situación llevó primero a una situación de parálisis y más tarde a un conflicto en su conducción, al que la ciudadanía asiste atónita.

Mientras tanto, se ha pasado de difundir cifras absolutamente carentes de verosimilitud a no producir prácticamente ningún dato.

La alternativa de trabajar a puertas cerradas y de no publicar información estadística se encuentra en las antípodas de lo que se espera del organismo rector de las estadísticas públicas del país.

Es cierto que se heredó una situación extraordinaria; pero este tipo de situaciones deben enfrentarse con remedios extraordinarios. Ello implica definir un mínimo de indicadores que inevitablemente deben producirse y afectar los recursos humanos necesarios para ello, mientras se trabaja en la reforma a mediano plazo del organismo. No se comprende cómo se aceptó postergar por varios meses la producción del Índice de Precios al Consumidor (IPC) cuando, por otro lado, se anunciaba la implementación de un acuerdo de precios y salarios como instrumento para hacer frente a la creciente inflación. ¿Cómo se puede celebrar tal tipo de acuerdo sin que exista un índice que mida la evolución de una de las variables objeto del IPC?

Sin índice de precios no puede haber acuerdo social; y sin acuerdo social se cae el enfoque gradualista y solo queda disponible la alternativa del tratamiento de shock. Esto implica un recorte abrupto en el gasto público, restricción monetaria, altas tasas de interés, caída en la inversión y el consumo, y la consiguiente alza en la desocupación.

El tema del INDEC no es una mera cuestión técnica. Tiene profunda incidencia en las alternativas de política económica.

ÍNDICES DE INFLACIÓN

Publicamos a continuación las variaciones mensuales y anuales disponibles del IPC provincial y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No se publica información del ámbito nacional, debido a la decisión del INDEC de discontinuar la publicación de sus estadísticas.

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Nueva mejora en el Índice de Confianza en el Sistema Financiero

El Índice de Confianza en el Sistema Financiero (ICSF) subió un 7,2% en febrero respecto de enero y un 27,9% con relación al mismo mes de 2015.

El avance experimentado en febrero refleja en su mayor parte el efecto de la contracción en la base monetaria, que se redujo un 10% en los dos primeros meses del presente año.

En este sentido, se mantuvo el cambio de orientación en la política monetaria del Banco Central que tiende a «secar la plaza», dejando de lado la orientación expansiva que se mantuvo durante la gestión anterior con el objetivo de financiar el déficit público.

Cabe recordar que el ICSF se construye dividiendo el monto de depósitos a plazo fijo del sector privado por el de la base monetaria. Se adoptó como valor 100 el que dicho índice tuvo en el año 1996, considerando el total de plazos fijos, esto es, en pesos y en dólares.

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