Por Luis Alejandro Rizzi.-

“Claro que, si los inversores no llegan, ni desde afuera ni desde adentro, hasta después de las elecciones legislativas de 2017, cuesta persuadir a los canuteros. Para que blanqueen el dinero negro. El canuto que tienen clausurado en el exterior, o tabicado debajo de la cama. “¿Y si estos señores ejemplares de Cambiemos pierden en 2017, y en 2019 vuelven los peronistas malos?”, pregunta un cauteloso, con nostalgias probables del tiempo perdido. “¿Qué van a hacer con mi guita los peronistas si saben adónde la tengo y tienen el número de mi cuenta?” Oberdan Rocamora en Jorge Asís Digital.

Creo que también Rocamora peca de optimista ya que allá por el 2014 y refiriéndose al futuro de la Argentina alguien muy vinculado a grupos multinacionales, me decía más o menos: “Mira Luis la Argentina es un caso serio, no creo que los “k”, como los llaman ustedes, puedan seguir en el poder y seguramente en 2015 ganará la oposición que seguramente encabezará Mauricio Macri. No vemos otro dirigente que les pueda ganar y habrá que ver…”

Recordemos que Macri ganó por solo un 2,6%.

Seguía este señor diciendo: “supongamos que Macri fuera el futuro presidente, las cosas empezarán a cambiar muy de a poco, no se animarán al shock, y el primer año de gobierno será muy difícil ya que necesitarán inversiones que todos prometemos pero no en lo inmediato. Mirá, Luis, ya la década del 90 nos sirvió de experiencia y suponiendo que Macri fuera el futuro presidente, por lo menos habrá que esperar hasta las elecciones del 2021 para vislumbrar si Argentina cambia de rumbo… Esta vez la cosa será difícil si llegara a ganar Macri y si llegara a ganar el oficialismo la cosa será imposible porque Kristina seguirá siendo la Presidente…”

Traigo a colación esta conversación con un funcionario de una alta segunda línea de un grupo multinacional, porque me cuesta creer en la sinceridad del optimismo de varios funcionarios del gobierno que creían que ya estaríamos inundados de dólares, euros, yuanes y rupias, que lucen con buenos títulos, pero que, como diría Rolando Hanglin, son “chicos de departamento”.

El mejor psicólogo fracasa si el paciente no tiene un mínimo de voluntad para mejorar, lo mismo ocurre con los países, los inversores potenciales lo primero que miden es el modo en que reacciona la gente ante las medidas de gobierno necesarias y muy dolorosas para salir de un largo proceso de atraso, por no llamarlo de fracasos.

En el caso del gobierno de Macri, la clave fue el verano, que se desaprovechó, nosotros habíamos escrito en este medio “Hay que pasar el verano”. Luego se tomaron medidas del modo que hubiera horrorizado a Nicolás Maquiavelo, de a poco, mal instrumentadas y dejando una sensación de desaprensión social y desconocimiento de la realidad.

Macri es un presidente que no llegó ni con sus propias armas, en la primera vuelta solo tuvo el 25% de votos, ni por su virtud, llego más bien por las “armas ajenas”, votos prestados para echar al kirchnerismo y la fortuna, la diferencia fue solo un 2,6 por tanto a estos príncipes las dificultades les aparecen todas de golpe, el mismo día que asumen el ejercicio del poder.

Como lo explicaba Maquiavelo, los príncipes que llegan de ese modo al poder deben demostrar que tiene la suficiente virtud, diría cultura, para conservar lo que la fortuna ha puesto en sus manos y sean capaces de asentar después los cimientos que los otros pusieron antes de convertirse en príncipes”.

Pues este lapso que mi interlocutor lo fijaba más que en seis años en las tres siguientes elecciones, 2017, 2019 y 2021 es lo que aguardan las inversiones posibles para pasar de un simple rocío a una lluvia intensa. En ese lapso Macri debería construir su fuerza política o mejor dicho su alianza estable y ganar esas tres elección con reelección incluida, lo que no quiere decir que el propio Macri sea su propio sucesor, lo ideal sería que no.

Macri no puede constituirse en garante del cambio tan ansiado, ese garante debemos ser nosotros, la sociedad y eso se demuestra por el modo de votar.

Oberdan Rocamora cree que hay que esperar al 2017 para recibir inversiones. Podría ser un comienzo, pero los más pesados y prudentes querrán ver qué pasará en las próximas tres elecciones para tomar decisiones serias.

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