Por Guillermo Sandler.-

La teoría de los precios constituye la esencia de la ciencia económica, sus otros elementos que la conforman son más bien “técnicas” más que ciencia. La teoría de los precios (teoría del comportamiento humano individual) establece que la intersección de las curvas de oferta y demanda indica el precio de equilibrio en un mercado libre. El precio libre tiene 3 funciones: 1. equilibrar oferta y demanda, 2. señalar la escasez relativa de los bienes y el cambio de la misma, 3 orientar la producción hacia la demanda (Política Económica, Ernst Dürr/Mónica Escher, Unión Editorial).

Los aumentos que se anuncian en los servicios públicos en el periodismo son sinceramente ridículos. Por ejemplo, el subte pasa de $ 5 a $ 7.50; el colectivo de $ 3 a $ 6 y el tren de $ 2 a $ 4, en un país con una inflación de por lo menos el 30% anual. Sin un mayor análisis, el boleto del subte en un inicio debería costar $ 20, ya que puedo recorrer toda la ciudad; el boleto mínimo del colectivo y el tren $ 10. El periodismo-con buena o mala fe, generalmente más producto de la ignorancia que de la mala fe- cofunde a la población destacando los porcentajes en vez de los valores nominales de lo que va a pagar el ciudadano por cada servicio. Ninguno de esos aumentos debería tener efectos inflacionarios como dicen los economistas que estiman una inflación para abril del 5 ó 6% mensual, expertos que pululan como pan caliente.

En primer lugar, los incrementos significan que se traducirá en una menor cantidad de subsidios, esto a su vez en un menor déficit fiscal, en menor emisión monetaria por el BCRA y finalmente menor inflación. La única causa eficiente de la inflación es la emisión monetaria del BCRA para financiar a la Tesorería General de la Nación. La consecuencia, eso si es cierto, será el efecto sobre los salarios nominales, pero en esto se debe ser muy claro: el efecto que indefectiblemente se producirá será la merma del salario real porque la fiesta de estos 12 años alguien tiene que pagarla y lamentablemente la pagaremos todos los argentinos de bien que vivimos con el producto de nuestros ingresos. En cuanto a los subsidios a los servicios mencionados limitarlos a casos muy específicos, ya que los que vivimos en esta sociedad observamos que desde la persona más humilde hasta al ejecutivo más encumbrados se los ve en la calle, en el transporte, en las casas con artefactos electrónicos cuyos valores oscilan entre 3.000 a 20.000 pesos, lo que muestra que cuentan con una capacidad económica que no tengo yo que cuento con un celular de 100 pesos. Menos hipocresía y más responsabilidad individual y social. En cuanto a los colegas recomiendo menos lectura de manuales de Macroeconomía y volver al viejo “Teoría de los Precios” de Milton Friedman, como se llamaba antes lo que hoy se llama subliminalmente Microeconomía.

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