Por Guillermo Cherashny.-

Durante la campaña presidencial, el duranbarbismo, para convencer a parte del electorado que resistía la figura de Macri, inventó el llamado «círculo rojo», es decir, le puso un nombre distinto al establishment, para que el jefe de gobierno se mostrara como un candidato que se oponía a los ricos como él. Después que ganó la presidencia, sigue la misma tónica. En la última reunión en Olivos, donde convocó a los empresarios pidiéndoles que inviertan, hizo acordar a Juan Carlos Pugliese, que les habló con el corazón y le contestaron con el bolsillo.

La semana pasada, Macri coincidió con el círculo rojo en negar el desempleo y repudiar la ley antidespidos pero el fin de semana pasado, Francisco Cabrera y Elisa Carrió atacaron a los empresarios por subir los precios diciendo que los iban a multar. Pero ayer el gobierno cambió de idea, los convocó y les pidió que no despidan gente por 90 días.

Estas marchas y contramarchas obedecen a que en el gabinete actual hay siete ministerios que tienen que ver con la economía y el trabajo y así como Macri decía que cuando llegaran iban a llover las inversiones y con él se iba a terminar la inflación, ahora les exige a los empresarios que inviertan y que bajen los precios y que no despidan, como si el gobierno no tuviera nada que ver con esta situación.

Hay una confusión entre el público en general, ya que se cree que las tasas del 38% en las LEBAC son para bajar la inflación pero, en realidad, esas tasas altas son para que el dólar no se escape ya que, si la divisa sube, de nuevo suben los precios. Pero el gobierno decidió aumentar las naftas el 10%, con lo cual retroalimentaronn la inflación. Y en pocos meses, cuando se termine la liquidación de la cosecha, se volverá a devaluar y la inflación volverá a aumentar, por lo cual en el gobierno dicen que la economía se va a reactivar en el segundo semestre pero en realidad recién lo esperan para marzo del 2017.

Pero da la impresión de que el gobierno está como el perro que se muerde la cola, ya que retraso cambiario y tarifario y las tasas altas terminan consolidando la estanflación, como le pasó al gobierno de Fernando de la Rúa.

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