Por Guillermo Cherashny.-

Desde el 10 de diciembre, cuando asumió la presidencia, Mauricio Macri decidió que él sería el superministro de economía, imitando a Néstor Kirchner, pero desde las antípodas del pensamiento económico y así dividió ese ministerio en varios más pero donde la supremacía la ejercía Federico Sturzenegger desde el Banco Central con su idea de que la Argentina sería como Israel, que derrotaría una inflación padecida en varios años, siguiendo la política de metas de inflación. Así fue que se manejó con altas tasas de interés, atrasó el dólar y produjo una recesión en el 2016 y una tenue recuperación en el 2017. Pero gracias a Cristina y pese a este pobre desempeño económico, con el marketing político de Durán Barba ganó las elecciones con el 41%. Pero era obvio que la economía necesitaba reformas profundas y, nuevamente asesorado por Durán Barba, optó por recetas módicas por miedo a la reacción popular como la reforma previsional y tributaria y también una reforma laboral acotada y menor a la brasileña. Sin embargo, pese a ser reformas con sabor a poco, que no reducen el déficit fiscal, la resistencia de los sectores políticos fue muy grande, como los demostraron el jueves 14 y el lunes 18 para que Diputados aprobaran un recorte a jubilados. De ahí que Prat Gay, el ex ministro de hacienda y finanzas que fue echado en diciembre pasado, festejara la conferencia de los cuatro hacedores de política económica del jueves pasado. Aunque en realidad el que planificó los cambios fue un compañero de Prat Gay en el JP Morgan. Se trata del economista Valdimir Werning, que le dio el libreto a Mario Quintana, el subjefe de gabinete, un empresario que se entiende muy bien con Jaime Durán Barba, el verdadero hacedor del gradualismo económico. Como Durán Barba hace ganar elecciones desde el 2007, la economía deberá subordinarse a lo que el planifique, porque cuando le señala a Macri «si ajustas, vas a ser el Sánchez de Losada argentino», en alusión al ex presidente boliviano que fue echado por una revuelta popular en forma parecida a Fernando de la Rúa. Como la intransigencia de Sturzenegger llevaba a una paralización de la economía antes del 2019, en el laboratorio Durán Barba, Mario Quintana y Vladimir Werning cambiaron la política económica y el resultado seguro será un dólar más alto y más inflación y el crecimiento una incertidumbre.

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