Por Guillermo Cherashny.-

El documento final que deja el gobierno de Mauricio Macri a través de un informe de Marcos Peña es un compendio de mentiras, ya que deja un país con problemas más graves que los que recibió en diciembre del 2015 y entre los 8 puntos que describe el informe, Peña dice que las tarifas están cerca del precio de lo que cuesta en la realidad. Ésta es una mentira total, ya que en estos cuatro años se produjo una transferencia de ingresos en favor de las empresas energéticas que son de propiedad de amigos del presidente o de su familia en perjuicio de la mayoría de la población. Pero decimos que es la herencia más grave desde la vuelta de la democracia porque no queda ninguna caja para que el país salga adelante. En efecto, Alfonsín le dejó a Menem la posibilidad de la privatización de las empresas públicas y la posibilidad del endeudamiento externo si se lograba la renegociación de la deuda externa. De la Rúa recibió de Menem 35.000 millones de dólares de reservas internacionales que dilapidó con el mantenimiento obcecado de la convertibilidad, pero Duhalde, al asumir, tuvo la posibilidad con el campo de sacar adelante al país con el tipo de cambio competitivo y la entrada al mercado argentino de países como China e India en la compra de la soja. A su vez, Macri recibió de Cristina la posibilidad del endeudamiento externo, que le permitió, pese a desastrosa política económica, tener dos años de calma cambiaria hasta que agotó el endeudamiento y la economía por graves horrores. Como señala Federico Sturzenegger, comenzó una corrida cambiaria a partir de abril del 2018 que aún no terminó y que produjo una inflación de más del 50% anual, pobreza desconocida en el país, desempleo y un endeudamiento, y sin ninguna posibilidad de acudir a una caja que tuvieron los otros gobiernos de la democracia. Así las cosas, Alberto Fernández recibe un país con la peor herencia desde la vuelta de la democracia.

Share