Por Guillermo Cherashny.-

Apenas asumió el cargo el presidente, Macri declaró que la inflación era lo más fácil de bajar en relación a terminar con la pobreza. Pero la inflación parece indomable para este gobierno, que se ufano de tener «el mejor equipo de los últimos 50 años». En efecto, en diciembre fue de casi el 25%, cuando esperaba el 17%, y ahora que modificó la pauta esperada es del 15%. Los aumentos que se desataron en diciembre y el 1 de febrero y la suba del dólar del orden del 13% de diciembre hasta fines de enero ya se trasladaron a los precios de los alimentos y a los productos de limpieza.

En tanto, recién ayer el gobierno pudo alejar el dólar de los 20 pesos al quedar en $ 19,70, después de varios días de ventas del Banco Nación, porque si no superaba ese número que para el gobierno seria muy complicado.

A la inflación, la suba del dólar y los aumentos hay que agregarle las medidas anunciadas el lunes para terminar con el nepotismo gubernamental, que no terminó de conformar, porque el ministro de trabajo sigue en su cargo y la baja de 1500 millones de pesos del gasto político no convence a la gente, porque está sufriendo aumentos de todo tipo.

El presidente espera con estas medidas recuperar la caída de imagen que tiene desde diciembre, que la consultora oficialista Elypsis le da 37% de imagen del gobierno y de 32% al presidente, la más baja en toda su gestión. Pero lo más grave de todas las encuestas es que la mayoría no tiene expectativas de mejorar en el futuro, que era el principal capital del gobierno, por el cual ganó las elecciones.

En esa caída de expectativas influyeron el recorte a los jubilados, los aumentos, el efecto Triaca, la inflación del 24,7% del 2017 y la esperada del 6% para el primer trimestre, por lo cual hará falta mucho más marketing para que se recupere la imagen presidencial.

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