Por Guillermo Cherashny.-

Macri, en un reportaje a la cadena americana Bloomberg, se jugó al todo o nada diciendo que, si pierde las elecciones es un fracaso, aunque no aclaró qué es perder. En efecto, no hay duda de que a nivel nacional Cambiemos ganará las elecciones, ya que a lo largo y ancho del país tiene una representación del 30% del electorado y ni el PJ, ni el FPV ni UNA pueden obtener ese guarismo. En cambio, sí habló de la provincia de Buenos Aires. Hoy la está perdiendo pero puede mejorar, así que no quedó en claro cuando quiere decir «perder las elecciones». En segundo lugar, dijo que no hay plan B en política económica; quiere decir que seguirá con su plan A, que en febrero sufrió una caída del consumo del 5,7%, mucho mayor que en diciembre y enero, y el dato de marzo no se conoce.

El BCRA, en su consulta al mercado que llama REM -relevamiento de economistas del mercado- señaló una caída en relación al anterior, ya que no creen en que la economía crecerá el 3,5% sino sólo el 2,8%, casi igual a la recesión del año pasado, es decir que el rebote será estadístico y no se sentirá mientras el consumo siga para abajo. En segundo término, el mercado dice que la inflación será del 21,3%, lejos de la pauta del BCRA entre el 12 y el 17%, de ahí que sea muy riesgoso plebiscitar una gestión después que el gobierno recuperara el animo con la marcha del #1A y que se cambiara la postura zen por un actitud confrontativa agrandando la grieta. Plebiscitar una gestión o a una persona es muy complicado, a tal punto que le fue mal al general De Gaulle en Francia en 1968 y perdió. Si ganar es obtener el 30% de los votos y ganar por poco la provincia de Buenos Aires es un triunfo, se conforma con poco, porque después de las elecciones tiene un atraso cambiario a punto de explotar, despidos que no se hacen hasta después de octubre, nuevos aumentos de tarifas y bajar el déficit fiscal.

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