Por Guillermo Cherashny.-

Hace dos o tres semanas escribimos sobre versiones que nos llegaron a varios periodistas en el sentido de que en la Jefatura de Gabinete y Luis Caputo, el ministro de finanzas, querían obligar a Sturzenegger a bajar las tasas para que el dólar subiera a 20 pesos y así superar el retraso cambiario. El problema es que el retraso cambiario es mayor, porque el tipo de cambio de equilibrio está en los $ 24 y, además, en el país hay antecedentes de devaluar sin plan, como pasó con Capitanich-Kicillof en el 2014, es decir que no se mejorará la competitividad de la economía, porque este aumento del precio del dólar se trasladará seguramente a los precios de enero e implicará un inminente aumento de la nafta y el gas oil y la desactualización sobre el reciente aumento de tarifas y el demorado ajuste del boleto de colectivos y trenes, que debería estar al doble, o sea, $ 12.

Al igual que la reforma previsional, esta minidevaluación no se anunció en la campaña electoral, por lo cual Macri nuevamente esconde las cartas en una campaña electoral pero Menem también lo hizo y por un tiempo le fue muy bien, aunque Macri arrancó con déficit gemelos que no puede solucionar. Como daño colateral, está claro que se perdió la independencia del BCRA, que tanto pontificaban el presidente y Federico Sturzenegger, haciéndole daño a la política económica en general.

La conclusión final es que Mario Quintana, el subjefe de gabinete, es ahora el ministro de economía de hecho y el presidente del BCRA, casi una figura decorativa.

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