Por Guillermo Cherashny.-

Es real que la economía argentina tiene serias inconsistencias desde abril del 2018 y que se agravaron en el gobierno de Alberto Fernández hasta llegar a julio del 22, cuando todas las variables se dispararon y el gobierno tenía poco tiempo de vida y era inminente un llamado a elecciones anticipadas, porque la inflación llegó al 7,3% en julio y tendía a encaminarse a la híper cuando Sergio Massa asumió el ministerio de economía con colaboradores como Gabriel Rubinstein, Leo Madcur y Daniel Marx, quienes plantearon que el gasto público estaba desmadrado y que se sostenía con la emisión monetaria del BCRA e inmediatamente decidieron que no se financiará más el gasto con ese procedimiento. Y la primera medida que anunció el ministro fue terminar con esa política. Al mismo tiempo, restableció el mercado de pesos -que Guzmán perdió y por eso renunció-, que era la única fuente de financiamiento genuino que quedaba, excluyendo el externo y el BCRA.

Guzmán aumentó el gasto público el 14% por encima de la inflación y Massa lo bajó el 20% por debajo de la inflación para cumplir con la meta del 2,5% del déficit fiscal comprometido con el FMI. Y esa marcada baja del gasto es la causa de la estabilización de los dólares blue y financiero, que se habían disparado con Batakis, y también de la baja de la inflación al 4,9% de noviembre.

La mayoría de los economistas pasaron de la ortodoxia a la militancia contra la gestión económica y así fue como señalaban que se cortaría nuevamente el financiamiento en pesos y que la inflación anual será del 110% y el año que viene del 130% y para noviembre la estimaban en más del 6% mensual. Es que para que gastar en medir precios, si a ojito se acertaba con 6%, y lo mismo con el mercado de pesos, que esas altas tasas no podía durar mucho tiempo más.

Entre el miércoles y jueves, los economistas militantes se llevaron dos sorpresas, porque en la licitación de pesos se renovaban 400.000 millones y el tesoro obtuvo 770 mil millones de pesos, con lo cual no tendrá necesidad de emitir para pagos de fin de año, y la inflación se redujo al 49%, con lo cual estará abajo del 100%. El error de los economistas militantes fue no estimar que la drástica baja del gasto público genera la continuidad del mercado de pesos y la baja de la inflación todavía a nivel alto.

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