Por Agustín Monteverde.-

El economista Agustín Monteverde le explica a Carlos Tórtora por qué hay que apurar la negociación con los holdouts.

CAT: Desde que se fue Cristina para acá, ¿cómo ves la situación de Macri para empezar a negociar con los holdouts?

AM: En lo que va de gobierno, ya hubo novedades positivas. Es indudable que se está avanzando. Por lo menos así son los anuncios sobre el tema tarifario; se ha procedido a un sinceramiento parcial del mercado cambiario, lo cual van a ser todos avances y positivos. Resta ver todavía un plan macroeconómico integral. Sin lugar a dudas, el gobierno está trabajando en torno a eso. Es indudable que todos están algo ansiosos por que se produzca un anuncio. Pero entre tanto, el paso del tiempo sigue carcomiendo la economía y las expectativas positivas, que son el gran activo que tiene este gobierno a su favor y hay que evitar que se desgaste.

CAT: De cara al tema Griesa, ¿vos ves condiciones para una negociación inmediata exitosa?

AM: Bueno, con respecto al tema de Estados Unidos, está claro que tanto el juzgado como el Special Master y los holdouts son conocedores de que hay una vocación preferencial y han mostrado cierta preocupación por el cambio de abogados de la República Argentina, cierta molestia por la conversación con los bancos y por eso precisamente de las complejidades de la situación y las complejidades legales que hay.

CAT: ¿Vos creés que la situación minoritaria del gobierno en el Congreso va a gravitar mucho en este tema?

AM: Vos podés preguntarte si tratar de negociar a cara de perro para lograr alguna mejora, que podrá ser de 1000, 2000 ó 3000 millones de pesos. ¿Hasta qué punto tiene sentido una negociación pura? Porque para perder, puede significar mucho más. Porque no se trata solamente de hacerse de divisas, de fortalecer la fragilísima situación en que sigue estando el Banco Central. Con una tasa mucho menor que la de hoy se fortalecería la posición de reservas que tiene el Banco Central, que todavía sigue siendo muy frágil y, por otro lado, mejorar la calificación crediticia. De esta forma, dilatando, también estamos perdiendo, al no poder mejorar la calificación crediticia, que es algo que lograríamos si saliéramos de esta situación medio fea. Y estamos perdiendo la oportunidad de financiarnos a tasas muchísimo más bajas que las que estamos pagando hoy y, además, que el sector privado también pueda financiarse a una tasa muchísimo más baja.

CAT: ¿Pensás que la alianza con Massa, que prospera hoy, es suficiente como eje para garantizar a la mayoría del Congreso o creés que acá puede haber un movimiento de disconformidad con el Gobierno, radicales, etc., que complique la cosa?

AM: Yo creo que el Gobierno está en condiciones de lograr un acuerdo lo suficientemente amplio como para que el Congreso derogue las cuatro leyes que requiere el acuerdo con los acreedores y poder avanzar en ese sentido. No creo que el Gobierno esté complicado en ese aspecto y creo que las cosas van más allá del acuerdo con Massa. Creo que hay sectores, incluso del peronismo no massista, que también pueden llegar a sumar su voto para aprobar un acuerdo con los acreedores.

CAT: ¿Qué otro factor de riesgo tiene la negociación más allá de la demora?

AM: La cuestión es que, si el tribunal advierte que la Argentina dilata los tiempos de alguna forma que no sea útil para llegar a un acuerdo. Por supuesto que esto podría producir alguna novedad negativa o muy negativa de parte de los jueces. Pero eso no lo creo, porque la vocación negociadora está claramente explicitada. En ese sentido no veo riesgo. Para mí éste es un caso en el que se tiene que arreglar el acuerdo lo más rápido posible e ir reconociendo el valor nominal del reclamo y, a cambio de eso, pagándolo con bonos a plazos muy largos. Creo que las posibilidades están dadas para acordar, y que no tiene el mayor sentido buscar oponerse cuando el tribunal ya falló. O sea, ya de por sí la tienen en contra. En segundo lugar, lo que uno puede hacer es relativamente muy poco con respecto a los costos monetarios concretos que se podrían tener y que ya de por sí pueden superar la ventaja que podría llegar a tener una negociación. Mientras tanto, el tiempo transcurre y sigue cargándose la cuenta de intereses. Pero aparte de eso, todos los sobrecostos, que significan que cada semana que pasa es una semana menos que tenemos para poder financiarlo a tasa mucho más baja. Y ahí sí que la diferencia puede ser mucho mayor. Y a su vez es la diferencia entre tener un acceso al financiamiento y no tenerlo, lo cual es ya una diferencia cualitativa. Así que solamente la posición continental, nacionalista, es lo que puede llevar a activar una posición que, por mucho que se pueda mejorar, es poco en relación a los sobrecostos que significa. Yo creo que es conveniente que el Gobierno explicite lo antes posible, que no se demore en comunicar un plan macroeconómico integral, con eje en la reducción del gasto.

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