Por Guillermo Cherashny.-

Ayer a la mañana el presidente dio un discurso decepcionante, porque no reconoció el daño autoinflingido y le echó la culpa nuevamente a causas externas. En cambio el ministro Nicolás Dujovne sí reconoció errores propios y aportó la figura de la retenciones que propusiera Carlos Melconian para desarmar las bombas de LEBACs, LETEs y LELIQs. Pero no quedó claro que Dujovne y Caputo desactiven esa bomba de letras, porque estuvo ausente del discurso, aunque hizo eje en lograr en el 2019 un déficit fiscal 0, para lo cual calculó que las retenciones en pesos -y no en un10% como se esperaba- piensa recaudar 285.000 millones de pesos, cuestión que está en duda, ya que proyecta una caída del PBI del 2,4% para este año y una inflación del 42%.

Esta grave recesión hará bajar la recaudación impositiva, por lo cual los números no cerrarán pero alcanzarán para que el FMI le adelante los 12.000 millones de dólares del 2020 al 2019.

Hasta hace una semana, el equipo económico proyectaba una caída del PIB del 1% que ahora subió al 2,4% y ahora puede ser mayor, lo que redundaría en una baja de la recaudación.

Dejando de lado los números fiscales es un nuevo plan económico propuesto por los ministros que fracasaron y con mucho sabor a poco.

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