Por Guillermo Cherashny.-

Las diferencias entre los economistas del Gobierno, que no saben como impulsar un crecimiento genuino de la economía saliendo de este mero rebote económico del 2017, que sólo recupero lo perdido en el 2016, han alentado a Miguel Pichetto, líder del peronismo en el Senado, y Sergio Massa, el peronista mejor ubicado en la provincia de Buenos Aires, estrechar lazos con los dirigentes del interior, ya sea gobernadores, legisladores y dirigentes, a no resignarse a la reelección del presidente Macri porque, como dijimos, no encuentra un rumbo económico para salir de la herencia que le dejaron y en algunos aspectos sigue con algunos ítems que se asemejan a los populismos latinoamericanos.

En efecto, las diferencias entre Sturzenegger, al frente del BCRA, con Marcos Peña y Mario Quintana, y con Dujovne y Caputo de, Hacienda y Finanzas respectivamente, sino también los posibles tres aumentos de la tasa de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos pueden complicar el financiamiento, lo mismo que la tasa de interés del Tesoro americano, que el viernes pasado pasó a 2,50% debido a la reforma fiscal que Donald Trump logró del Congreso.

Esta doble amenaza a la economía argentina, a la cual el gobierno de Cambiemos no le encuentra solución y que tiene como principal problema la inflación, es hueso duro de roer para el Gobierno, así es que el 25% de inflación del 2017 es igual al dejó Kicillof en el 2015. Pero a favor del gobierno se puede decir que actualizó tarifas que están muy atrasadas, aunque también atrasó el poder adquisitivo de la población. Aparte la suba impresionante de la luz, no ha terminado con los cortes; es más, en este enero, donde la mayoría está de vacaciones, los cortes superaron a las épocas K.

En el activo del gobierno está la salida del cepo cambiario y el dólar libre, pero este último hasta cierto punto, porque la flotación no es libre, dado que depende del ingreso de capital por el endeudamiento del Gobierno, que es de 30.000 millones de dólares por año y también por las altas tasas de interés de las LEBACs, que son del 28%, ya que hasta ahora fracasó la idea del Gobierno de que las tasas bajaran al 23% y el dólar llegara a los 20 pesos.

Si el BCRA bajaba 500 puntos básicos el martes pasado y el próximo, es decir del 28 al 23%, no hay duda que el dólar se dispararía a los 25 pesos tranquilamente, con lo cual la meta extendida del 10 al 15% de inflación que desea el Gobierno superaría el 25% de este año. Encima vine la discusión por las paritarias, que el Gobierno quiere fijar en el 15% sin cláusula gatillo que ningún dirigente gremial se la va a firmar, por tanto los problemas económicos seguirán agravados.

El Gobierno sostiene que desde el 2011, los años impares la economía crece y los pares no y que éste 2018 se crecerá por segundo año consecutivo. Pero hay que tener en cuenta que el 2,8% de este año deja un arrastre del 1,5% y, como se espera el 2,5 o 3%, el crecimiento real seria del 1 o 1,5%, pero hay que agregar que en este 2018 sólo cinco países en el mundo no crecerán, a saber: Irak, Siria, Yemen, Libia y otro más, es decir que no se debe al éxito del plan económico sino que Estados Unidos, Europa, Asia y África crecen fuerte y por tanto hay crecimiento mundial.

Ante este panorama, en el peronismo resurgió la confianza pero hay un escollo, cual es el cristinismo, que obtuvo poco más del 20% en octubre, en tanto el peronismo no K y Massa obtuvieron un guarismo parecido. Pero mientras Pichetto y los gobernadores más Massa hacen oposición constructiva, el cristinismo hace oposición de bloqueo y, para unificar al peronismo, tendría que solucionarse en las PASO y parece que a ambos sectores los puede unir el espanto.

Share