Por Guillermo Sandler.-

I. PROPUESTAS Y ESPIRITU DE ESTA PROPUESTA.

Estamos a pocos días de una elección en la que participarán tres candidatos, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Ing. Mauricio Macri, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Scioli y el ex Intendente de la Ciudad de Tigre, Dr. Massa. Ninguno de los tres candidatos cuenta con los votos suficientes y posiblemente deba llegarse a una segunda vuelta a los efectos de definir quién ha de ocupar el sillón de Rivadavia. La sola presencia de estos candidatos significa que tanto a nivel político como a nivel de representación en ambas Cámaras deberá contarse con un amplio consenso.

En segundo lugar, las decisiones que viene tomando la actual Presidente de la República están dirigidas no a facilitar la gestión del próximo Presidente, sino más bien a crear las condiciones para una crisis económica, social y política. Hechos como la existencia de un 8% del déficit fiscal o más, un déficit cuasi fiscal a través del BCRA, la emisión monetaria que llega al 40% anual, sin reservas, designaciones en el sector público a los efectos de ocupar espacios de poder, legislación que dificulte la gestión del nuevo gobierno, intención de remover a jueces y fiscales con el propósito de perturbar el normal funcionamiento del estado de derecho, todo esto más otros actos que han llevado en estos 12 años caracterizados por el despilfarro, la corrupción y tirar manteca al techo indefectiblemente desembocará en una crisis. Nos guste o no, la Argentina está en un estado como aquel individuo que se tomara una botella de whisky y que deberá observar reposo, dieta y atención médica.

Los hechos económicos y sociales comentados ocurridos desde entonces, con más las complicaciones internacionales que se han presentado, no ha convencido que puede ser de interés general insistir en hacer conocer una humilde propuesta. La situación económico-social ha llegado a un punto crítico, pues presenta un sin número de problemas que, en su conjunto, semejan al problema de la cuadratura del círculo. A la inflación amenaza seguir la hiperinflación; a la recesión, la desocupación y huelgas de trabajadores; a la toma de fábricas, quiebras de empresas; a la inseguridad física y jurídica, un temor creciente; al hundimiento del mercado inmobiliario, la caída de los ingresos. Al mal humor social que todo esto genera, se le ha sumado el incurrir el país en virtual desacato ante el juez a quien voluntariamente se sometiera para sentenciar en el pleito con motivo de su deuda externa, levantando una enorme valla entre nosotros y el mundo.

Las propuestas que hacemos a quienes bregan por asumir el futuro gobierno no son de derecha ni de izquierda. Son simplemente razonables. Semejantes a las que ejecutan otros países latinoamericanos, europeos y asiáticos a los que se suele citar como ejemplos a imitar.

No es el momento para proceder como si se debatiera en una asamblea estudiantil. Está en juego el bienestar de nuestra población y el de nuestros hijos como también el destino de nuestro país como Nación.

Este dato sugiere a las claras que el próximo Presidente deberá gobernar con la ayuda de otros partidos políticos. Además, la renovación del Congreso Nacional será parcial. Quien sea electo Presidente no tendrá mayoría parlamentaria, por eso la importancia de los acuerdos previos.

Esta razón práctica es suficiente para que los hombres y fuerzas que apoyen a los candidatos a la Presidencia de la Nación, más allá de los esfuerzos que realicen para constituirse y organizarse detrás del que han preferido, tengan en cuenta la complicada tarea, excepcional e ineludible, que se les presentará al asumir el gobierno en caso de triunfar. El gobierno que resulte electo so pena de hundir al país en otra crisis más grave, tendrá que contar con anticipación del apoyo de otros grupos sociales y partidos. Salvo que se actúe como proponemos, el futuro será incierto desde el punto de vista económico, social e institucional.

Los compromisos “de palabra” antes de las elecciones se han practicado una y otra vez. La historia argentina en su etapa de decadencia abunda en promesas y compromisos no cumplidos. Contra lo que se cree esto ha ocurrido porque lo prometido era algo de imposible cumplimiento o se carecía de la fuerza política o de convicción personal necesaria para hacerlo cumplir. La mayoría de los fracasos gubernamentales que dominan desde nuestro pasado siglo hasta hoy se debieron a que los actores que asumieron el poder desconocían la “verdadera realidad” o peor aun porque el “remedio” calculado para sanar no era tal sino más bien un veneno que agravó el mal.

Los principales actores políticos de hoy, en vísperas de las próximas elecciones generales, deben tomar conciencia de la gravedad del momento que atraviesa la Argentina y de lo que cada uno debe hacer. No solo para competir sino -además- para diseñar un Programa Mínimo de Emergencia, a cumplir sea quien fuere el que resultare electo para ejercer la Presidencia de la Nación. Nadie ha de ser obligado a renegar o cambiar de sus ideales. Pero todos están obligados a conocer la verdadera realidad y a actuar en consecuencia para poner fin a la larga decadencia que nos aflige y colocar nuevamente a la Argentina entre las más importantes naciones del mundo.

El procedimiento que proponemos no es novedoso. Es algo semejante seguido en Alemania cuando sus partidos, todos, tuvieron que recurrir a la denominada “Gran Coalición”; o en España, cuando para ingresar en el próspero mundo europeo todos los dirigentes celebraron el Pacto de la Moncloa. Nosotros mismos hemos llegamos a ser lo que fuimos a principios del siglo XX a partir de un acuerdo celebrado décadas antes: el Acuerdo de San Nicolás.

Un esfuerzo para un “acuerdo reconstituyente” no es fácil. Por empezar demanda dejar de lado mucho de los propios programas. Los que cada uno, cada grupo o partido tiene para sí. Esto exigió el acuerdo en Alemania cuando acordaron amigos y adversarios. Dada la gravedad de la situación no hay lugar para el detalle que distingue o la ligera frivolidad que divide. Estamos en medio de una tremenda crisis, una más en la cadena de otras muchas anteriores. Historia que tiene carácter de “crisis crónica”, lo cual es un absurdo, pero no lo es si en lugar de “crisis” hablamos de “fallas en el orden constituido”, cuyas raíces datan de muchas décadas atrás y puede agravarse siempre más.

Hay que actuar sobre la base de una doble mirada. Una dirigida a nobles ideas, pero debemos dar primacía a la Verdad. La otra mirada ha de aplicarse sin prejuicios a la realidad “real”. Esta realidad es la que -sin culpar a nadie- debemos modificar con prudencia, pero firmeza. Llevar a cabo lo que se propone en este documento es indispensable para que el pueblo sienta anímica y espiritualmente que la democracia no es un acto ritual sino su gran herramienta política para recuperar la paz entre todos, el bienestar para cada uno y el porvenir para nuestros descendientes.

Hecha esta breve introducción presentaré una guía de propuestas sobre las que es necesario conciliar.

II. MEDIDAS PARA UN MEJOR ORDEN SOCIAL

Conformar un Gabinete Nacional con figuras de reconocida trayectoria moral y de sobrada solvencia individual para cada una de las áreas que hagan falta, sin que bandería política alguna sea obstáculo. Charles De Gaulle en Francia nombró al que una vez fuese comunista André Malraux Ministro de Cultura. No interesa la ideología personal sino la condición humana y la capacidad profesional.

Nombrar un Jefe de Gabinete de Ministros de verdad. La reforma de 1994 ha sido negada por los subsiguientes presidentes. Hicieron fungir como “gran Ministro” a personas en otros cargos. Esto no debe repetirse. El que sea designado Jefe de Gabinete de Ministros ha de poseer solvencia política, autoridad administrativa y capacidad profesional, como para que los candidatos no electos le guarden natural respeto.

Designar un Ministro de Economía con prestigio nacional e internacional. Su principal tarea es establecer y hacer cumplir las reglas de juego para que se den: a) una economía social ordenada por mercados en libre concurrencia y b) una economía pública disciplinada y transparente, consistente con la anterior. Para constituir ambas economías necesitamos un Estado que asegure las siguientes importantes tareas:

Propulsar la competencia en la producción y el consumo orientados por un orden de mercado libre de privilegios, oligopolios y monopolios.

Establecer un orden monetario que gracias a la estabilidad de la unidad monetaria haga posible el cálculo económico en la economía social y en la economía pública.

Poner en existencia instituciones (leyes, organización y personas honestas y capaces a cargo) para llevar adelante un ordenamiento legal territorial que asegure la constante igualdad de oportunidades para acceder a la tierra, su uso racional y calcular la renta del suelo anual para solventar el gasto público.

Actualizar las condiciones materiales y la capacidad del personal para que se materialice una Justicia nacional expedita.

Ordenar las instituciones para ejecutar una política social oportuna y dinámica para ayudar a quienes no tienen satisfechas sus mínimas necesidades y en vista a establecer un sistema moderno que evite ser usada como recurso de no trabajar.

Cese del default crónico Argentina debe enviar a los organismos financieros internacionales a representantes con trayectoria profesional reconocida para comunicar que ha resuelto poner su casa en orden, a cuyo efecto propondrá negociar sus obligaciones pendientes. Para terminar con el default crónico son necesarias las políticas descriptas en el Párrafo 3. Sobre esta base negociar hasta acordar con los holdouts y los juicios promovidos a fin de normalizar la situación con todos sus acreedores.

Reorganizar un Ministerio de Hacienda asignándole atribuciones y responsabilidades de excepción para reestructurar el estado de las finanzas argentinas (Nación, Provincias y Municipios). El problema en este campo pasa esencialmente por la administración de la cosa pública, cuyo principal objetivo es poner fin al crónico déficit fiscal.

Reformas sustantivas: Son objetivos principales lograr superávit fiscal en el Presupuesto nacional mediante dos reformas principales: a) de las estructuras causantes del gasto y b) del sistema tributario (nivel nacional, provincial y municipal). Debe actuarse con prudencia pero con singular firmeza y continuidad para que el gasto y los recursos públicos (nacional, provincial y municipal) respondan a criterios económicos: poner fin al despilfarro público.

Pacto político. Se requiere una revolución contra una tendencia de muchas décadas, por lo tanto es imprescindible celebrar un pacto entre todos los actores políticos y sociales para que el programa se sostenga más allá de los relevos de gobernantes.

Reducción en la cantidad de empleados públicos. Nación, provincias y municipios deben reducir gran parte de los casi 4.000.000 de cargos actualmente existentes. Un plantel de 2.000.000 (el existente al inicio de la década pasada) son mucho más que suficientes, según un estudio de FIEL. Para que la reducción de personal no provoque conflictos se planificará para a) su reinserción en el mercado laboral productivo y b) se implementará una política de seguro social.

Plan de Ordenamiento Fiscal Argentino 2015-2019. Es necesario elaborar una reforma del Presupuesto Nacional como Programa de Gobierno, para lograr los siguientes objetivos:

1. Eliminar, suprimir o transferir Organismos Descentralizados de la Administración Nacional a las provincias y municipios en razón de su carácter local o regional.

2. Eliminar subsidios del Tesoro Nacional asignados para cubrir déficits operativos de organismos descentralizados, provincias, municipios u organizaciones del sector privado.

3. Suprimir todos los cupos fiscales y subsidios al Sector Privado, Pensiones no Contributivas, que no encuentren justificación parte de auditorias externas contratadas al respecto.

4. Establecer un Único Escalafón del Servicio Público (en reemplazo del actual Escalafón del Empleado Público) en materia de estabilidad en la función, incremento salarial por antigüedad u otros regímenes laborales especiales como pasantías, becas, contratos, etc.

5. Establecer becas mensuales y otorgar créditos por el sistema bancario para quienes cursen estudios en universidades nacionales y que careciendo de todo otro ingreso que sus padres no estén en condiciones de pagar sus estudios. Los beneficiarios deberán reintegrar el beneficio a partir del comienzo de su ejercicio profesional.

6. Determinación técnica de orden prioritario de los Programas de cada Jurisdicción o Entidad, analizando cada Programa a nivel de Inciso, Partida principal y Partida parcial y reduciendo su nivel de gasto a 0 %, 25%, 50%, 75% o 100% de acuerdo a su importancia e incidencia social y económica.

7. Eliminar Erogaciones y Contribuciones Figurativas del Presupuesto nacional, elaborando un presupuesto coherente y racional, de modo que no superen el 1% del gasto (en la Década de los 90 llegaron al 25% del gasto y en la actualmente a un 18%/20%, lo que implica una incorrecta planificación).

8. Someter a técnicas de análisis de costos a todos los programas y proyectos que permanezcan en el Presupuesto Nacional.

9. Reformar la Ley 24.156 de Administración Nacional y Sistemas del Control del Sector Público Nacional para hacerla aplicable a todas las jurisdicciones subnacionales y municipales, modificando el sistema de control, castigando la falta de eficiencia, eficacia y deshonestidad en el uso de la cosa pública.

10. Crear una Oficina Federal de Estadística (OFdeE) en sustitución del actual INDEC para llevar conjuntamente con el IGN la reforma del ordenamiento territorial con el expreso objeto de coordinar las Direcciones de Catastro y las Oficinas Provinciales de Estadística para la valorización del territorio nacional. La OFdeE dependerá del Ministerio de Hacienda a crearse.

11. Establecer a nivel municipal las alícuotas impositivas sobre el valor real de mercado de los inmuebles. Se entenderá por inmueble a los efectos de su valuación únicamente al espacio físico: el suelo u otro recurso natural. En ningún caso se gravarán las mejoras o edificaciones sobre el terreno La obligación de pagar lo que corresponda por el valor del terreno recaerá sobre el propietario, quien tenga la posesión o la tenencia.

Con el establecimiento del canon quedarán suprimidos todos aquellos impuestos municipales bajo distintos nombres y justificaciones (tasas, derechos o contribuciones,). Asimismo, los que se aplican de modo adicional a los impuestos nacionales al cobrar los servicios de gas, luz, agua, etc. Solo permanecerán las tasas municipales que representen un pago al Municipio por verdaderas y efectivas prestaciones que éste brinde a los beneficiarios.

12. Eliminar todo impuesto sobre los Ingresos brutos y de sellos en el orden provincial, puesto que las provincias han de surtirse con lo producido del impuesto o canon inmobiliario rural-urbano, calculado sobre el valor real de los predios, determinados en catastros actualizados y con alícuotas razonables. Igual al esquema comentado en el ítem anterior.

Las provincias deben también participar en el IVA y el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas. Coparticiparán con la Nación en la recaudación y control, quedando la distribución definitiva a cargo del Gobierno Central, quien considerará de modo especial el producto bruto generado por cada jurisdicción. El pago municipal y provincial que se aplique sobre el valor real de los inmuebles podrá acreditarse como pago a cuenta del impuesto a la renta de las personas físicas

13. En el plano nacional se debe generalizar el Impuesto a la Renta para las Personas Físicas, gravándose todo tipo de ingreso, cualquiera fuera su naturaleza, sea en relación de dependencia o no, directivos, honorarios, etc, eliminando toda clase de exenciones personales. Se debe universalizar el IVA para todo consumo con una alícuota uniforme, sin devolución alguna, no como sucede actualmente que existen alícuotas diferenciales del 10,5%, 21%, 27%. Las únicas excepciones al IVA deben ser aquellos insumos que afectan a la salud y la educación.

14. Deben eliminarse los Impuestos a los Bienes Personales, el Monotributo, la Ganancia Mínima Presunta, las Retenciones a las exportaciones e importaciones y los Créditos y Débitos bancarios. Los tres primeros por su escasa significación recaudatoria (no llegan a 0,5% del PBI), los demás por afectar las acciones económicas y patrimoniales de los individuos.

III. INVESTIGACIONES DE CAMPO

Corresponde hacer saber que para proponer parte de las reformas que anteceden nos hemos basado, desde el punto de vista de la realidad argentina, en estudios e Investigaciones realizados en la Universidad de Belgrano y la Facultad de Ciencias Económicas (UBA) para la CABA y en los Partidos de Pehuajó, Vicente López, Tres de Febrero, Esteban Echeverría y Los Toldos de la Provincia de Buenos Aires, Provincia de Río Negro.

Se ha calculado que con la aplicación de una alícuota del 1 al 2% sobre el valor venal del suelo solamente, excluyendo las mejoras, se obtendrían recursos para financiar los actuales gastos de cada una de esas ciudades y de los partidos investigados.. Simultáneamente deberá eliminarse todas las tasas, derechos, aportes nacionales y provinciales que reciben las provincias, las que deben procurarse sus propias formas de financiamiento. No existen provincias pobres, sino sólo provincias mal administradas.

Estas reformas originarían un desarrollo y crecimiento local inimaginable, los que servirían de leading case para promover y hacer amigables las reformas propuestas en este trabajo. Como bien dijera el Prof. Dr. Ernst Dürr, el bienestar de los países depende de la política económica y de la productividad de sus habitantes. No hay otra forma de crecimiento o desarrollo.

CONSIDERACIONES FINALES

A fin monitorear la Reforma y los Programas y Proyectos que se vayan diseñando de acuerdo al Plan de Ordenamiento Fiscal Argentino 2015-2019 es necesario constituir un Grupo de Trabajo ad honorem formado por juristas de prestigio nacional, expertos en Presupuesto público, Finanzas públicas, Finanzas internacionales y Tributación, que no formen parte del Estado.

La realización de las reformas propuestas asegurará la estabilidad monetaria, solucionarán el crónico problema del déficit y endeudamiento públicos, alentará el crecimiento económico por la mayor inversión privada de los argentinos, que aportarán sus ahorros atesorados en los “colchones” o en depósitos del exterior. Lo propuesto es también indispensable para abrir las puertas a la inversión del capital extranjero, el cese de la emigración argentina y el reinicio de la inmigración del exterior para seguir cumpliendo el mandato constitucional de poblar nuestro vacío territorio y cumplir con las ideas de Juan B. Alberdi “Gobernar es poblar”, es decir integrar el país desde el punto de vista poblacional terminando con el caudillismo y el feudalismo provincial.

Este programa demandará sacrificio y honestidad. Se requiere dirigentes políticos a la altura del mundo globalizado que les toca actuar y modificar ideas obsoletas provenientes de autores totalmente superados en el mundo civilizado. El sacrificio y la honestidad no deben ser declamadas, sino real y efectiva, pues es la base para una política económica y social que ejecutada con eficiencia, productividad y racionalidad incrementará el bienestar general.

PROPÓSITOS DE ESTE DOCUMENTO

“No pocos pensarán que lo propuesto en una mera expresión de buenas intenciones personales sin la menor posibilidad de cumplirse en la Argentina actual. Es difícil impedir ese pensamiento. Muchas de las ideas que se proponen no están “a la carta” de los slogans con que se endulza al pueblo y que ha llevado a la decadencia que se desliza en un plano inclinado desde principios de la década del ‘30.

Para animar voluntades e impulsar a la acción quizá se necesite el estallido de otra “crisis” como las que hemos sufrido muchas veces como en marzo de 1975 o en julio de 1989 o en diciembre del 2001 ¿en 2016? Se puede asegurar que ante esos estallidos el Parlamento Nacional, la sociedad toda y sus estamentos demandarán -una vez más- algo que los sacará del cataclismo. ¿Vamos a esperar-decía entonces-esa nueva catástrofe social con cabezas vacías de soluciones, minada la voluntad para ofrecer de una vez por todas un “plan” que ponga fin a la secuela de “crisis decenales” que van hundiendo cada vez más al país?”

Las elecciones en ciernes son una extraordinaria oportunidad, la que solo la DEMOCRACIA otorga. La ciudadanía, cuando llegue el momento de votar, al otorgar a algunos dirigentes políticos la tarea de gobernar, les suministrará con su voto la energía que necesitan para hacerlo en bien del pueblo y la República.

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