Por Fabián Medina.-

Como tema prioritario en nuestro país se está comenzando a discutir el Presupuesto 2017 que llego al Congreso girado desde el Poder Ejecutivo como debe ser. En el presupuesto existen como es lógico en este tipo de herramientas de gestión muchas estimaciones las cuales pasamos a detallar las principales: 1) inflación anual del 17%; 2) dólar estadounidense a $18 a fines de diciembre de 2017; 3) crecimiento del PBI +3.5%.

Si desgranamos cada uno de ellos particular, podemos ver:

La inflación anual del 17% sería imposible con un promedio del 1.5% mensual y agregándole a eso cerca del 5% de incremento por las tarifas de servicios públicos y además no debemos olvidarnos que existen las paritarias salariales, las cuales se van a encontrar n el orden del 25 al 28%

Poseyendo en la actualidad un dólar estadounidense de $15.40 y sea tal vez un poco más alto en diciembre el valor de $18 a diciembre de 2017 no sería ilógico, siguiendo la perspectiva nacional de la actual administración de anclar el tipo de cambio como medida para que no se les escapen aún más las variables económicas. Y teniendo en cuenta que el Banco central de la República Argentina trata de frenar el avance inflacionario “secando” la calle de los pesos excedentes generados por el kirchnerismo mediante la emisión indiscriminada. Las consecuencias de esta política es la caída del consumo que a hoy fue del 15% en los salarios generales y del 22% en nuestros jubilados y esperando al año que viene una caída aunque más leve.

Todo esto enumerado en el párrafo anterior equivale a una recesión prolongada en el tiempo que posee como pagadores del esfuerzo en la economía a los sectores más pobres de la gente.

El crecimiento del 3.5% como advierte el presupuesto no sería probable, porque los datos que estamos previendo son casi los mismos que tuvimos en el año 2015 y según la actual administración los números establecidos por el NDEC ( de hoy) son correctos en cuanto al 2.2% de crecimiento; y si la situación es casi similar con la agravante de que caería el consumo interno el crecimiento no debería ser mayor al 1.8% aunque incluso podría encontrarse en el orden del 1%.

Con todas estas estimaciones podemos decir que lo que poseemos hoy en la economía no es más que un tibio efecto rebote y que cuando el consumo pueda mejorar aunque sea un poco se trasladará a precios y con ello a inflación.

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