Por Fabián Medina.-

Desde hace más de un año, el oficialismo nacional viene hablando y comprometiéndose a sacar una reforma tributaria. En un principio, iba a ser remitida durante 2017 y a principios de este año, en la Asamblea Legislativa de comienzo de sesiones, informaron que la mencionada reforma sería mandada al Congreso de la Nación en 2018. Ante los rumores que cierta parte de la oposición hiciera suyo el tema en mayo comenzó a reunirse como por obra de magia la Comisión Bicameral para tratar el tema, aunque pareciera ser que en el Poder Ejecutivo Nacional no saben o toman a todos los argentinos y expertos en el tema por idiotas. Eso es como consecuencia de una reforma impositiva que en su interior no posee ninguna modificación al IVA y al cheque, muy pocas a Ganancias y en cambio hace mucho hincapié en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos.

Decimos que toma de “idiotas” a todos puesto que Ingresos Brutos es un impuesto de carácter provincial/jurisdiccional y no puede ser tratado por el Congreso Nacional sino por las distintas Legislaturas provinciales.

Tampoco se incluye en la reforma el tema de la modificación de la Ley de Coparticipación Federal de Impuestos que es un subsistema derivado de la misma reforma y no se encuentra cumplimentada desde 1994 que se dispuso que tenía que realizarse en un plazo máximo de 2 años (1996).

En cuanto a la realización de una reforma estructural del sistema impositivo, debe llevarse a cabo tomando en cuenta algunos factores:

Cambiar el sistema regresivo por uno progresivo que sea soportado por el Impuesto a las Ganancias/Réditos y no sobre el IVA, retenciones y cheques.

Entender que cuando hablamos de reforma tributaria desde el Congreso Nacional solo pueden hacerlo con impuestos nacionales y no con provinciales/municipales

Parece que no sabrían que existen pactos fiscales que deben ser cumplidos por las provincias puesto que el estado nacional ya cumplió con su parte.

Por todo ello, es que debemos entender que la gente necesita una reforma del sistema impositivo que se haga en serio y no sólo para la tribuna con el fin de decir estamos reformando el sistema, caso contrario solo estamos terminando de construir un nuevo relato y eso no lo queremos ninguno de los que habitamos este gran país.

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