Por Guillermo Cherashny.-

Todos recuerdan que a fines del año 2001 el riesgo país de la Argentina pasaba los 1.000 puntos básicos y poco tiempo después el país caía en default, pero el fondo monetario internacional nos dejó solos no aprobando un crédito de 3.000 millones de dólares. Ahora, después del segundo acuerdo con el FMI, están asegurados los pagos de los vencimientos hasta mitad del 2020, pero sin embargo el riesgo país viene subiendo hace días y ayer cerró en 782 puntos básicos y la causa de esta suba está opinada porque para la mayoría del mercado la suba es por el peligro de que Cristina gane las próximas elecciones; para otros, a partir del 28 de diciembre del 2017 y del 24 de abril del 2018, el gobierno perdió el rumbo económico y el FMI le prestó 57.000 millones de dólares para cubrir los vencimientos pero le exigió déficit fiscal 0 y emisión 0, lo que trajo una profunda recesión que nadie sabe cuándo terminará. Es cierto que los mercados internacionales reflejan una caída por el conflicto comercial de Trump con China, que está disminuyendo el crecimiento del país del extremo oriente y eso repercute en los mercados emergentes pero, como pasa últimamente, donde pega más fuerte es en la Argentina, por su extrema debilidad económica.

Otros analistas económicos sostienen que el gobierno debe dejar correr el dólar hasta que alcance su valor de equilibrio, que nadie sabe cuál es, y que baje las tasas de interés y que de ese modo el riesgo país bajará inmediatamente pero se corre el peligro de que la gente saque los depósitos en dólares de las entidades financieras provocando una crisis bancaria.

En conclusión, nadie parece tener la solución a la suba persistente del riesgo país, salvo que aparezca una tercera opción política que rompa la polarización, pero que hoy no se ve.

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