Por Guillermo Cherashny.-

El 1,4% de inflación de noviembre y el posible 2,8% de diciembre están demostrando que la rigidez monetaria del BCRA no da los efectos deseados y se suma la reforma impositiva y previsional se puede originar una suba del PBI menor a la de este año. En efecto, este 2017 estará en el 2,8% y por el arrastre se esperaba un 4% para el 2018, pero con estas reformas con sabor a poco es posible que el crecimiento baje el 1,5%, es decir, que con suerte se crecerá al 2,5%. Broda sostiene que la recuperación económica llegará hasta junio próximo y que los seis meses restantes no se crecerá ni caerá por el déficit fiscal, el atraso cambiario y el efecto recesivo de las reformas. Por más que Sturzenegger festejó el 1,4 y el 1,3% de la inflación núcleo, parecería que no piensa bajar las tasas de las LEBACs, pero hay insistentes rumores de una baja considerable de ese 29% para impulsar una pequeña suba del dólar para superar el retraso cambiario. Pero en el mercado desconfían de una jugada tan arriesgada y sostienen que no hay muñeca para hacerlo y que se puede escapar el dólar y por ende la inflación, que este año estará en el 24%, un dato que no esperaba ni el gobierno ni el mercado, de ahí que una suba del dólar se trasladará a precios en una época como el verano, donde normalmente se disparan los precios. Aparentemente se busca evitar una fuga de dólares para las vacaciones, pero mucha gente ya sacó los pasajes, aunque se puede evitar que en el exterior gasten muchos dólares en ropa, celulares, electrodomésticos y todo tipo de gastos. ¿Se animarán?

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