Por Roberto Fernández Blanco.-

Para no reiterar el concepto moneda y su razón de ser en el intercambio pacífico y armonioso de bienes y servicios, hago referencia a mi anterior análisis https://www.informadorpublico.com/economia/moneda-inflacion-liberalismo-y-autoritarismo y a su conclusión, esto es: “….de las acciones espontáneas de libre interacción se desprende claramente que la moneda no es riqueza en sí misma pues no sirve para comerla ni usarla como vestimenta”.

Fue introducida como unidad referente de riqueza, un voucher o comprobante que representa los bienes o servicios aportados por quienes participan en el intercambio de los mismos en tanto no se altere su condición con inflación monetaria.

Produzco tomates, los proveo contra vouchers (dinero) y con ese dinero, en la medida de mi aporte, adquiero otros bienes por intercambio, melones, ropa, zapatos, etc.

Salario Básico Universal

Por lo tanto, entregar un “salario básico universal” (hermoso y engañoso título), sin contraprestación de riqueza equivalente, significa incautar riqueza (despojar arbitrariamente, empobrecer) a quienes producen para entregársela a terceros sin contraprestación alguna.

O sea, de los tomates que producimos, un improvisado tiranuelo, psicópata y perverso manipulador, torpemente designado (votado), tolerado y mantenido por nosotros los proveedores de riqueza, nos despoja de una parte de nuestro producido para regalar los tomates que nos quita a quienes nada aportan en compensación, y así exhibirse como el maravilloso benefactor social en busca de un fácil y espurio reconocimiento, expoliando a los que realizan el trabajo productivo, provocando desabastecimiento y un empobrecimiento generalizado.

Este destructivo mecanismo se ejecuta aumentando arbitrariamente los impuestos a niveles confiscatorios y/o emitiendo moneda (falsa moneda en el sentido de no corresponderse con incremento de riqueza) con las consecuencias inflacionarias y el deterioro harto conocido sobre la dinámica productiva y sobre el bienestar social.

El objetivo de estos personajes es crear una creciente manada social pauperizada dependiente del despotismo político para perpetuarse en el poder, esa obsesiva pretensión de quienes son portadores de trastornos narcisistas cargados de incontenibles resentimientos, rencores, frustraciones, de naturaleza productiva impotente y lumpen mental de fracasados.

Son nidos mafiosos de diferentes caretas que viven como larvas parásitas del pueblo productor expoliando a quienes generan riqueza, desde los emprendedores hasta el más raso de los obreros.

Políticos mendaces recitadores de falsas promesas, sindicalistas enriquecidos con aportes forzados y la creciente marabunta de movimientos piqueteros manipulando la trata de pobres, todos ellos realizando -con estas disfrazadas y retorcidas formas de explotación- la delictiva y corrupta apropiación de riqueza ajena, incapaces de lograrla produciéndola honestamente.

La Argentina se enfrenta a una inminente, perentoria e ineludible disyuntiva terminal donde su camino se bifurca.

O se entrega a la destructividad e involución del socialismo/marxismo, que hace estragos en Latinoamérica, o se decide por el revolucionario camino del liberal capitalismo que se inició en el siglo XIX y llevó a los países que lo adoptaron al nivel de riqueza que hoy ostentan.

Share