El economista Jorge Ingaramo desglosa, en esta charla con Carlos Tórtora, los nuevos anuncios de política económica.

JI: Lo primero, el paquete de financiamiento, es bastante potente, digamos. Quiere decir que, si efectivamente hay 15.000 y 20.000 millones de dólares de ingresos, claramente el mecanismo de flotación sucia puede ir convergiendo hacia la baja, a un precio a la baja, el tipo de cambio. Segundo, el método es la flotación sucia, eso quiere decir que arrancaríamos de $ 14 más o menos, y eso ya hoy se había contado con $ 15 y cerró con $ 14 y monedas y el dólar bolsa cerró debajo de $ 14. Entonces me parece que es la referencia que hay que documentar pero, si el plan que se está anunciando es así tan potente como lo planteó el ministro, no cabe duda de que va ir a la baja.

CAT: ¿Qué datos tenemos para que sean tan potentes?

IG: Bueno, lo primero es el compromiso a las cerealeras. Hay 3000 millones en dos semanas; empresarios que van a tener refinanciaciones. El Banco Central va a tomar un préstamo, que se estima en 5.000 millones de dólares con garantía de los bonos que el Tesoro le va a emitir para cancelar los bonos que ahora el Banco Central tiene en su activo y que son indisponibles. Ahora el Tesoro les va a dar un bono disponible, o sea líquido, y eso lo va ofrecer como garantía para recibir un préstamo de 5.000 millones de dólares con los bancos. Después se separaron los stocks de los flujos en el sentido de Blejer, o sea, lo pasado es una cosa y el futuro es otra. El ministro dice que hay 5.000 millones de dólares de deuda comercial no liquidada. A eso se le ofrece un cronograma para que los importadores tengan acceso a esos dólares, o si no. un bono en dólares que no es compulsivo. O sea, si me ofrecen ese bono en dólares tendría una tasa de 15%, que es bastante más baja. Mi impresión es que han trabajado. Aparte del tema de dólar a futuro, sin violar contratos, supongo que eso va a quedar siempre con la lupa jurídica, porque siempre puede haber alguno que pueda intrigar. Pero me parece que es un paquetito que más o menos pinta que va a cerrar.

CAT: Hoy hay reacciones inmediatas del kirchnerismo, en cuanto a que esto ya significaría una devaluación importantísima.

JI: No, eso no se puede saber, porque incluso el ministro fue muy claro. Cuando le preguntaron cuál va ser el tipo de cambio mañana, él dijo: “vaya usted a saberlo… si yo lo supiera, se lo diría…” La flotación sucia tiene esa característica, o sea, usted no sabe cuál es el objetivo del Banco Central. No se sabe a qué precio va a comprar y qué precio se va a vender, así que no puede saber cuál es el tipo de cambio.

CAT: ¿Usted es partidario de la flotación sucia?

JI: Bueno, a mí no me gusta la situación sucia. Yo prefiero que me diga cuánto piensa él que va a valer el dólar, ahora y en el futuro. Bueno, tampoco se le pueden pedir peras al olmo… A mí me gusta más el tipo de cambio fijo. Creo que es una certidumbre; todo el mundo sabe lo que vale. Si voy a traer plata de bienes que voy a exportar en mayo, a mí me gustaría saber el cambio al cual la traigo y al tipo de cambio al cual saco la exportación en mayo. Eso me parece una cuestión, pero bueno, han optado por la flotación sucia, porque se ve que están todavía trabajando en este sentido. Lo demás es cuestión de que la guita aparezca, y que los compromisos se cumplan. Una política no se hace con discursos; se hace con compromisos concretos que se efectivicen en declaraciones concretas, de exportaciones o de presencia de exportaciones. Eso en la parte comercial, o si no con bonos, o sea, hay dos formas de arreglar este problema que es la deuda publica, la deuda comercial, que sería el caso de los bonos y la declaración concreta de exportaciones. Sobre eso espero que tengan todo atado…

CAT: ¿Cómo influye esto en la negociación con los holdouts?

JI: Bueno, el Secretario de Finanzas dijo en la conferencia de prensa que mañana no van a la audiencia con Daniel Pollack porque, en realidad el problema de los Bonar 24 es un problema de denuncia de los holdouts contra los bancos que participaron en la licitación, no con el Estado argentino. Supongo que la idea del Gobierno es primero manejar esta política cambiaria para que no se le vaya de madre y consolidarla bien, y después irán a negociar. Creo que eso ya se debería estar hablado. No sé si va a hacer falta un stay, si la política argentina y monetaria debuta bien, esto hace callar la tasa. Si eso funcionara, me imagino yo que la etapa de negociación con los fondos buitres quedara de aquí a quince días, digamos. No veo que sea una cosa tan urgente en este momento. Yo creo que, si yo fuera un buitre, también esperaría a ver cómo funciona el mercado de bonos, después de modificar esta política, porque me gustaría saber, si lo que me van a dar es un papelito o es algo que sirve para algo.

CAT: Pero la flotación sucia es poco previsible…

JI: Ése es el gran dilema; ya le dije que para mí no es la mejor política cambiaria. Yo viví la experiencia de González Fraga. La seguí muy de cerca con Erman González y me pareció horrenda. Lo único que hizo la flotación sucia de González Fraga fue subir la tasa de interés y destruir la economía argentina, y después Menem, cuando se cansó de eso, llamo a Echegaray, y Echegaray fue a la flotación limpia y se acabó el problema. Y, por supuesto, nos comimos una flor de suba de precios y una devaluación fenomenal, cuestiones muy difíciles de manejar, porque imponen tasas altas, incertidumbre y eso cuesta para la economía. Una economía que no sabe cuál es precio a futuro del dólar es una economía que demanda una tasa exorbitante.

CAT: ¿Tenía alternativa el Gobierno?

JI: Sí, si es que tienen armado el paquete de 15.000 a 25.000 millones, tienen alternativas de directamente decir el cambio es $ 15.13 y se acabó el problema.

CAT: ¿Por qué no lo hizo?

IG: No tengo idea; supongo que es una cuestión filosófica.

CAT: ¿Filosófica a favor del mercado o filosófica de otro tipo?

IG: No, filosófica de la gran mayoría de la doctrina. Ésta siempre piensa que es mejor un tipo de cambio flotante. Bueno, el tipo de cambio flotante tiene ventajas y desventajas, y el tipo de cambio fijo también. Yo creo que en este momento, cuando hay que recomponer reservas, la recomendación siempre es déjennos flotar, pero lo que pasa es que eso sirve para recomponer reservas pero les puede llegar a armar un quilombo con los precios relativos inmanejables. Por eso no en vano pusieron el acuerdo de precios y salarios para enero, para ver si más o menos hay un tipo de cambio que indique una ruta, sea el número que sea, pero que sea más o menos predecible. De todos modos, una flotación sucia bien manejada converge a un tipo de cambio fijo y yo no sé qué piensan hacer ellos; eso es adivinación mía; yo lo hubiera hecho flotante dentro de una banda, pero hubiera anunciado la banda, en todo caso, y después lo hubiera llevado a una reducción de banda hasta un tipo de cambio fijo. Esto le sirve para fijar precios, fijar salarios, discutir paritarias, fijar la tasa de interés, con el tipo de cambio flotante, aunque sea flotación sucia, 38% es mucho o es poco. Con el 38% es una barbaridad, pero bueno, los economistas nunca nos vamos a poner de acuerdo, porque la mitad está de un lado y la mitad del otro. Pero este momento me parece que ameritaba más una flotación administrada con bandas fijas; digamos que si creés que va a llegar a $ 13.50 pongámosle el 13 o 14 y después lo llevás a 13.50 despacito.

CAT: ¿Y qué efecto puede tener esto sobre el turismo en el exterior, por ejemplo?

JI: Las tarjetas, después de mañana, van al tipo de cambio único. Va a haber un tipo de cambio mayorista y un tipo de cambio oficial único y se acabó el problema; el tipo que se vaya al exterior va tener que comerse la incertidumbre cambiaria.

CAT: ¿O sea, va a comprar sin saber bien cuánto va a pagar?

IG: Exactamente, va a pagar en pesos.

CAT: Eso, en una mente normal, racional, implicaría mucho cuidado…

IG: Claro.

CAT: Una especie de restricción al consumo.

IG: Todo este modelo apunta a una reducción del consumo. Si usted ajusta tarifas, usted pone el precio a los alimentos más alto, claramente que el consumo se le va a caer, le guste o no le guste, y la tasa va ser alta un buen tiempo, hasta que el modelo aterrice.

CAT: Y ahora ya estamos en los reclamos gremiales. Hasta se habla de pedir un 50% de aumento.

JI: Digamos si yo le tengo que decir la verdad, yo creo que es mejor que se conozca todo el plan, porque eso puede ser un pedacito del plan. Ahora falta saber cuál va ser el precio del gasoil, cuál va a ser el precio de las tarifas públicas. Faltan muchas cosas. Por ejemplo, cómo se va hacer con el déficit fiscal.

CAT: Bueno, ésta es la parte que no parece tener mucho apuro, ¿no? Porque eso es lo que podría provocar las mayores reacciones sectoriales.

IG: No, las tarifas públicas ajustadas no les van a gustar a nadie. Lo que hizo, por ejemplo, Emilio Monzó hoy en la Cámara de Diputados.

CAT: ¿A qué se refiere?

JI: Y bueno, que mandó 2500 tipos a casa. Lo que pasa es que reducir los gastos públicos no es lo mismo que aumentarlos. Aumentarlos es fácil; reducirlos es un poquito difícil. Por ejemplo, Aranguren dijo que iba a haber ajustes de tarifas. Por eso digo que el tipo de cambio es como un sistema. Digamos que no se puede jugar ajedrez haciendo sólo movimientos con el caballo. Hay que mirar todo el movimiento de las piezas que se mueven en distintas formas. Yo le estoy hablando del levantamiento del cepo, que creo que han demorado un poco, pero lo están haciendo razonablemente bien. Yo lo hubiera hecho de otra manera pero no voy a criticarlo por eso. Ahora la verdad es que, si hubiera un plan integral que si supiera cómo se van a ajustar la tarifas, cómo van hacer para reducir el gasto público, cómo van a financiar el déficit de fin de año, sería más interesante y mucho más consistente.

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