Por Carlos Tórtora.-

El director de IP conversó con el economista Agustín Monteverde sobre el día después económico de la malograda sesión de la Cámara de Diputados. Estos son los principales conceptos del entrevistado:

  • Uno se pregunta después de lo ocurrido el jueves en Congreso para qué sirvió tanto gradualismo por parte del gobierno.
  • En verdad el gradualismo fiscal comenzó recién en 2017. En el primer año hubo gradualismo, pero al revés: el gasto aumentó mes tras mes; salvo en los tres últimos meses de Alfonso Prat Gay en el Ministerio de Economía, en los que se pasó a una política de shock.
  • Shock de gasto: fue un trimestre de auténtico festival de gasto público. Dujovne y los vicejefes de gabinete fueron los que hicieron un trabajo importante desacelerando el crecimiento del gasto.
  • La reforma previsional es importante en términos económicos pero tampoco se juega con ella la suerte del gobierno. El mayor impacto en los mercados, si se traba del todo la reforma, es que los agentes económicos podrían interpretar que el gobierno no tiene la capacidad de realizar reformas ni siquiera tan modestas como este paquete y que se lo ve acorralado.
  • Esto haría más notorio el hecho de que la política económica gira alrededor de tomar deuda en tanto aumenta el déficit de cuenta corriente, el atraso cambiario y el déficit cuasifiscal, que comportan el tríptico fatal del actual esquema económico.
  • Las presiones que se advierten en el gobierno contra Sturzenegger son también una señal muy negativa porque de algún modo él es el guardián de la estabilidad y significaría mazazo a la institucionalidad; hay recuerdos muy frescos del avance del Ejecutivo sobre el Banco Central.

Mantener la mentira populista

  • La dirigencia política en general -y en particular, el Gobierno- se tienen que hacer cargo del alevoso ocultamiento de la realidad fiscal y previsional. Es difícil defender las modificaciones propuestas en el proyecto de ley cuando nunca se reconoció que el sistema previsional esta quebrado y que es absolutamente inviable a mediano plazo. Para colmo, el mismo proyecto equiparó las jubilaciones auténticas a las truchas. El Gobierno ha mantenido la mentira populista de que este nivel obsceno de gasto es viable y que se puede vivir gastando más de lo que a uno le da el cuero.
  • Cambiar las LEBACs por LETES podría ser catastrófico porque estas ultimas no tienen el mismo efecto monetario que las primeras. Como las LETES no inmovilizan dinero, la transformación de LEBACs en LETES implicaría emitir un volumen exorbitante de dinero. Esta polémica con las LETES podría estar reflejando una preocupación del gobierno esta de por la perspectiva de las LEBACs. Pero pretender acabar con el formidable rojo cuasifiscal -una vertiginosa bola de nieve- cambiándolas por LETES es parecido al caso de una persona que, para no quedar paralizado, se corta las piernas.
  • Gasto excesivo, endeudamiento externo, altas tasas de interés y dólar atrasado caracterizaron la economía en los años 80 y 81. Esas mismas cuatro condiciones están presentes hoy. Sería bueno que aprendiéramos de nuestra experiencia.
  • Un factor que empieza a hacer ruido y lo veo activo en las redes sociales es la impresión de falta de austeridad que da el gobierno. Sueldos desorbitados de funcionarios de segundo orden o bolsas de Navidad para el personal de Casa Rosada son detalles insignificantes pero que horadan la imagen oficial y lo ponen en una posición desfavorable para pedir sacrificios a la gente, aplastada por impuestos y para-impuestos -como las multas cazabobos, diseñadas con exclusivo propósito recaudatorio- de todo tipo”.
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