Por Domingo Cavallo.-

La orientación general de la propuesta es buena, pero tengo tres propuestas constructivas:

1.-El impuesto a las transacciones financieras (llamado vulgarmente, impuesto al cheque) debería ser tomado como pago a cuenta del IVA, porque de esa forma ayuda a disminuir los costos y aumentar la competitividad. Tomarlo como pago a cuenta de ganancias no produce el mismo efecto, porque es precisamente cuando no se producen ganancias que la reducción de costos se torna más relevante.

2.-El gradualismo en la reducción de las tasas y en la aplicación de las deducciones es razonable como señal de prudencia. Pero el Ejecutivo debería pedir al Congreso que le dé atribuciones para adelantar el momento de las reducciones y deducciones si el avance de la recaudación lo permite.

3.-No debería eliminarse la posibilidad de deducir del IVA la proporción de los aportes patronales según la localización del empleo. Es importante mantener el máximo incentivo posible a la creación de empleo formal, en especial en las zonas más subdesarrolladas del país.

Por supuesto, la reforma más importante es la que el Gobierno Nacional pueda lograr negociando con las provincias la reducción de ingresos brutos, en especial en las etapas intermedias de producción, así como la eliminación del impuesto a los sellos.

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