Pocas veces en plena campaña electoral hubo tantos reposicionamientos de la dirigencia peronista bonaerense, aun cuando se supone que en esta etapa nadie se mueve de su casillero. El intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, tal vez convencido de que se acerca el eclipse de CFK, empezó en la última quincena a tender puentes para salirse de la isla de los intendentes ultra K que encabezan Patricio Mussi (Berazategui) y Mario Secco (Ensenada). Este esfuerzo lo lleva a dialogar con dos allegados a Sergio Massa, Armando Bertoloto y la diputada nacional Mónica Litza. También conversa con el operador randazzista Hugo Doval. Los intentos de Ferraresi de pasarse al difuso panperonismo lo irían dejando más cerca del kirchnerismo blando, encarnado por el lomense Martín Insaurralde.

Cada uno con lo suyo

Claro que Unidad Ciudadana no es el único hervidero político en Avellaneda. El concejal Daniel García, que se alejó del PRO luego de haber sido su fundador en el distrito siendo también amigo de Jorge Macri, se despachó con una fuerte denuncia por corrupción que rozaría políticamente a la candidata a segunda senadora nacional Gladys González, esposa del presidente de la Cámara de Diputados de Buenos Aires Manuel Mosca). García (Bloque Podemos) mostró documentación que prueba el pago de sobreprecios por parte de la gobernación bonaerense a la empresa C.O.V.Y.C. S.A., cuyo titular es Daniel Osvaldo Yacob, padre del candidato a diputado provincial macrista Lucas Yacob.

Según la documentación presentada por García, mientras para tareas de Mantenimiento y Pavimentación, la Municipalidad de Avellaneda abonó $ 1582 por metro cuadrado de pavimento de hormigón con cordón integral, el gobierno provincial le pagó $ 2.197 a C.O.V.Y.C. S.A. por la misma tarea, con un sobreprecio del 39 por ciento.

Por trabajos de bacheo en hormigón, el municipio le pagó a la empresa $ 2259 por metro cuadrado, mientras que el gobierno de Vidal le abonó $ 3278,83, lo que significa un sobreprecio del 45%.

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