Por Sebastián Dumont.-

“Sabés por qué los intendentes son mejores administradores, porque saben y tienen que decir que no”. La frase se la dijo a este periodista un intendente experimentado de la provincia de Buenos Aires hace mucho tiempo. El refresco de la misma en nuestra memoria regresó tras leer que días atrás, el presidente Mauricio Macri reunió a jefes comunales de Cambiemos en Olivos junto a María Eugenia Vidal y les dijo algo similar recordando sus viejas disputas con Diego Maradona cuando presidía Boca Junior. Saber decir que no en el momento adecuado es clave, pero en política no es la respuesta más habitual. La introducción a esta nota refiere a uno de los puntos que agitó nuevamente el rol de los intendentes en el manejo de los recursos en función de la provincia de Buenos Aires tras la tragedia sucedida la semana pasada en Moreno cuando una explosión se llevó la vida de dos trabajadores de la educación. El debate está sobre la mesa. ¿Cuál es la cadena de responsabilidades?

Hay una mirada de los intendentes, de todos los colores políticos, que viene de hace mucho tiempo. Ellos saben que cada vez tienen mayores responsabilidades ante sus vecinos, pero no los recursos y la responsabilidad directa para poder resolver todos esos problemas. Pero lo tienen que hacer de todas maneras. No les queda otra ya que sus despachos son los más cercanos para recepcionar la queja de sus propios vecinos.

Con el tema de los recursos de la educación se da también esta situación. Igual que la inseguridad. La responsabilidad sobre las escuelas, la infraestructura y los comedores escolares es de la provincia de Buenos Aires vía los consejos escolares, pero los intendentes no están ajenos a esa mirada. De allí que en los últimos años se haya profundizado la descentralización de recursos que manejan los jefes comunales. Existe el fondo educativo que administran los municipios y que este año se ha determinado que del total de lo que recibe cada comuna, el 50 por ciento debe estar destinado a obras de infraestructura. Léase arreglos de edificios hasta aulas nuevas. Cómo se gasta lo define el jefe comunal y ello suele discutirse con las autoridades de los consejos escolares que son electos y muchas veces responden políticamente al intendente. En otras no. Como en el caso de Moreno.

En otro punto donde el gobierno de María Eugenia Vidal ha decidido descentralizar recursos es en el manejo del dinero para los comedores escolares. Se trata del denominado SAE, (Servicio Alimentario Escolar). En varias municipalidades se firmaron convenios para que esa plata que paga la provincia lo administre el jefe comunal. Surgió a partir de muchas denuncias donde se “inflaban” los presupuestos para pagar por chicos que no iban a comer. Y de allí obtener ganancias siderales. Hasta hace unos años atrás los consejeros escolares no tenían sueldo, pero muchos vivían como millonarios. Es así. Aunque duela. Ahora, son los intendentes los que tienen que dar explicaciones si los comedores no funcionan o lo hacen mal. También tendrían que darlas si explota otra escuela. En definitiva ellos también manejan mucho dinero para infraestructura. En ello, no hay reproches para la actitud del gobierno de Vidal. Ante mayores responsabilidades, mayores recursos.

Claro que las miradas cambian según la perspectivas y las tensiones políticas. Según la información, en números redondos, los municipios reciben más de 100 millones de pesos anuales del fondo educativo nacional que la gobernadora Vidal por resolución exigió que, como mínimo, el 50 por ciento sea destinado a infraestructura escolar. En general, se quejan varios consejeros, los municipios lo utilizan para atender las demandas de vacantes construyendo nuevas aulas, pero no resolviendo los problemas actuales de infraestructura como servicios de luz, agua, gas y filtraciones en los techos.

En este punto hay un colapso total que no es de ahora. Lleva muchos años de falta de inversión. Por ello los consejos escolares se encuentran desbordados  porque solo cuentan con el fondo compensador, que es un dinero que la provincia envía por la coparticipación y que oscila los 300 mil pesos mensuales por distrito del conurbano. Con ello se deben afrontar la compra de agua potable que no tienen el servicio -son muchas- artículos de limpieza y problemas de infraestructura que suceden a diario. Son muchos los que opinan que fue una mala decisión de la provincia de eliminar la unidad ejecutora provincial que era la que abordaba los problemas de los edificios escolares y ahora deja sin posibilidad a los concejos escolares de tener que “mendigar” a los municipios para que los ayuden con los problemas edilicios.

Moreno, un caso particular

Todo lo descrito antes es para todas las comunas. En el caso de Moreno se suma la particularidad que el consejo escolar está intervenido por Cambiemos. El intendente es Walter Festa de Unidad Ciudadana y las escuelas las maneja el oficialismo provincial a través de Sebastián Nasif que fue puesto allí por la intervención. Los consejeros en ejercicio no pueden entrar ni participar en ninguna decisión. Como es la cadena de responsabilidades políticas e institucionales. El interventor es un hombre de Aníbal Asseff, referente de Cambiemos en Moreno. A su vez, los consejos escolares dependen de Marcelo Di Maio, hombre cercano a Daniel Salvador que tiene muchos cuestionamientos y un caso para seguir de cerca en emisión de cheques sin fondo. A su vez, el área de infraestructura estuvo a cargo de Mateo Nicholson quien pidió licencia tras la difusión de un audio donde habría pedido acomodar presupuestos “inflados” para arreglar las cocinas de las escuelas. Todos ellos están bajo la órbita de Sanchez Zinny, el Director de Cultura y Educación Bonaerense. Como se ve, María Eugenia Vidal hace un enorme esfuerzo para plantear que los políticos no son todo lo mismo. Muchos de sus funcionarios no la ayudan demasiado.

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