Por Carlos Lazzarini.-

Un puñado de intendentes de la Provincia logró salvar la ropa en las últimas elecciones. Lograron que CFK se impusiera y ellos estuvieran dos o tres puntos por encima de la candidata a senadora. Igual, mucho menos de lo esperado.

El objetivo era que no se desangrara su poder local y eludir complicaciones en el deliberante. Ellos en la Provincia, y algunos gobernadores a lo largo del país, intentarán reagruparse para dibujar una oposición todavía aturdida. Pichetto y Monzó son hoy terminales naturales de un desfiladero desordenado de dirigentes que buscan un rumbo. En tanto, algunos se suman a la discusión por el sello partidario, sin demasiado atractivo.

Sin pausa, el equipo de la gobernadora Vidal ya discute con los legisladores provinciales los puntos salientes del presupuesto para el año próximo. Rige la idea que irradia Nación: control del gasto. Quitar del proyecto el Fondo de Infraestructura Municipal va en ese sentido y puso en alerta a los intendentes. También la intención de imponerles un régimen de responsabilidad fiscal. Lo que Macri quiere para las provincias llega a los municipios de la provincia y provoca la que queja de los alcaldes, por ahora manifiesta a través de sus representantes en la Legislatura. El argumento del reclamo? Cierto atropello a las autonomías municipales. “No es compulsivo sino por adhesión” esgrimen desde el Ejecutivo. Claro que nadie arriesga las posibles consecuencias para quienes no se muestren alineados con la propuesta. Como trasfondo, también se resiste una fuerte embestida de la gobernadora para achicar la “caja” de la siempre emblemática legislatura provincial. Habrá, como en el Congreso de la Nación, un fuerte recorte que la oposición intentará resistir.

El propio oficialismo tiene, puertas adentro, cuestiones para resolver en los próximos días. No está clara la renovación de autoridades en la cámara baja provincial. Carrió y los radicales van por lo suyo. Saben que es el momento. Mientras los movimientos de los dos dirigentes son notorios a nivel nacional, resultan más sigilosos pero no menos importantes en territorio provincial. Lilita pelea la presidencia de Diputados. Quiere allí a la titular de la CC bonaerense, la diputada electa Maricel Etchecoin. Los radicales no se quedan atrás y van por la vicepresidencia que ya no estará en manos del massismo y por eso son los últimos días en el cargo de unos de los asesores de Sergio Massa en cuestiones penales, el diputado Ramiro Gutiérrez.

El paraguas debajo del cual se llevan adelante estas negociaciones es el de un oficialismo claramente fortalecido y envalentonado por el resultado electoral, que en la Legislatura provincial deja a Vidal casi sin necesidad de acordar con nadie para llevar adelante sus proyectos y, como contracara, una oposición no solo debilitada por el número de representantes que tendrá a partir del 10 de diciembre sino por su atomización, falta de liderazgos, y desconcierto general. Este escenario lleva a que cada legislador negocie casi a título personal.

Todas las expresiones con alguna identificación con el peronismo miran de reojo si finalmente las elecciones por los cargos partidarios se realizarán en diciembre o serán postergados para marzo de 2018 como algunos anuncian.

Si se cumpliera con la idea de hacer las elecciones el 17 de diciembre, como fue convocado oficialmente, en dos semanas deberían estar presentadas las listas. Y más allá de las fechas se repasan los nombres de los anotados, en los lugares provinciales pero también en cada distrito. No hay atisbos de renovación, pero el control del sello es importante en tanto luego vendrán definiciones en torno a la conformación de frentes electorales, y como se utilizará esa herramienta electoral. El matencero Espinoza, uno de los armadores y principales animadores de Unidad Ciudadana quiere extender su mandato. Lo desafían el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, y el de Lomas, Martín Insaurralde, aunque éste lo hace a través de su colega de Esteban Echeverría, Fernando Gray. Unificación o no. El futuro de Unidad Ciudadana, del frente de Sergio Massa y Margarita Stolbizer, el grupo de Florencio Randazzo, y el reagrupamiento que puede ir generándose en torno a los gobernadores. CFK, distante.

Nadie se queda quieto, pero eso no implica que los movimientos sean estratégicos o al menos coordinados. Al menos, hasta que pase el temblor. (7 Miradas, editada por Luis Pico Estrada)

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