Por Alexis Di Capo.-

De acuerdo a las proyecciones que permiten las PASO -que se profundizarían el próximo 22- la polarización electoral está arrastrando, como era lógico, a la composición de la legislatura bonaerense, modificando el equilibrio actual. Cambiemos quedaría en primera minoría con 38 diputados y disputa el quórum propio en el Senado con 22 escaños. El kirchnerismo continúa como segunda minoría y “1País”, de Sergio Massa, pone en riesgo su rol de intermediador legislativo con el oficialismo. Florencio Randazzo dejó de ser un actor político en el Palacio Legislativo.

Hasta ahora, el pacto Vidal-Massa le garantizaba la mayoría al oficialismo para los proyectos fundamentales. Pero a partir de diciembre, Cambiemos quedaría en una situación contradictoria: habría aumentado sus bancas pero la caída de Massa -todavía no determinable con exactitud- lo privaría de su principal aliado legislativo.

Un nuevo equilibrio

Así las cosas, sin bloques significativos, la realidad impone que Cambiemos y Unidad Ciudadana tengan que negociar diariamente. De más está decir que el kirchnerismo, que tiene pretensiones de ganar la gobernación en el 2019, no debería aparecer saboteando la gobernabilidad provincial. CFK se propone dirigir personalmente a las bancadas provinciales, la fuerza política más sólida que le queda junto con el bloque de senadores nacionales. Con este marco, una posibilidad que la ex presidente estudiaría es negociar directamente con Vidal la gobernabilidad provincial, dejando en claro que la interlocutora es ella y nadie más. Accediendo el cristinismo a acordar con la gobernadora las leyes fundamentales se podría consolidar como una oposición responsable y no salvaje.

Share