Por Maxi Pérez (Agencia NOVA).-

La gobernadora logró dominar a sectores sindicales, políticos y económicos del ámbito bonaerense (Dibujo: NOVA).

El pacto fiscal que el gobierno nacional firmó con los gobernadores y que le permitirá a la provincia contar con por lo menos 100 mil millones de pesos extras en los próximos dos años a través de una actualización del Fondo de reparación histórica del conurbano se convirtió en el primer diploma que María Eugenia Vidal puede mostrar como exclusivo de su gestión y le pone el broche de oro a los éxitos de las últimas semanas.

Hasta ahora ni la obra pública, ni las purgas policiales, ni los anuncios de un ajuste en la política habían sido realmente novedosos, y aunque en Cambiemos digan lo contrario, no son medidas extraordinarias, sino que se ajustan al manual del comienzo de una nueva gestión que además no tiene compromisos con las instituciones preexistentes como la policía y los sindicatos, y que tampoco le tiembla el pulso a la hora de endeudar fuertemente a la provincia.

El triunfo electoral fue el punto de partida para que la administración bonaerense se consolidara como proyecto político, dejando en claro que la figura central al menos por ahora sigue siendo Vidal, y también que la mandataria, al menos por ahora, no muestra las aspiraciones presidenciales que generalmente generan roces y rupturas entre los gobiernos nacional y provincial.

Eso le da otra legitimidad a muchas decisiones como el pase a planta permanente de 15 mil trabajadores estatales precarizados, que tiene como contrapartida el congelamiento de las vacantes, topes paritarios a la baja y hasta cierto hostigamiento a los empleados en algunas áreas del Estado, a pesar de lo cual la balanza se inclina a favor de Vidal, como lo demostró la reunión que mantuvo con Susana Mariño de SOEME, Miguel Zubieta de Salud Pública, Jorge Baldovino de AERI, Pedro Fernández de APOC y Carlos Quintana de UPCN.

De la misma manera en la Legislatura, y en el marco de la negociación por el proyecto de presupuesto, el oficialismo desplegó una batería de acuerdos individuales con muchos de los diputados y senadores cuyos mandatos vencen el próximo 10 de diciembre, pero también con otros que continuaran en la cámara y que se encuentran sin rumbo por la falta de conducción del peronismo.

Tanto el presidente de la Cámara baja, Manuel Mosca, como el titular de la comisión de presupuesto, Marcelo Daletto, se lucieron en esa sesión, el primero porque logró ordenar un tratamiento exprés y con números que superaron ampliamente los dos tercios que hacían falta para aprobar el endeudamiento, y el segundo porque encontró la línea argumental necesaria para sostener el aumento del impuesto inmobiliario y atar la toma de deuda a las obras de forma más que directa, aún admitiendo que la mitad de los fondos que ingresen servirán para pagar vencimientos de capital, es decir que la provincia está ingresando en una bicicleta financiera negativa.

Ni siquiera el kirchnerismo logró mantener la unidad del bloque y todo fue ganancia para Vidal, que apenas unas horas después conseguía la conformación oficial del aumento de transferencias del Estado Nacional por la firma del pacto fiscal. La provincia, rendida a sus pies.

El PJ sigue sin ordenarse

El cierre de listas para la interna evidenció una vez más la crisis profunda que atraviesa el peronismo, y mientras todos los sectores pregonaban la unidad las negociaciones se trabaron en medio de la madrugada y luego de varios pedidos de prórroga para presentar las candidaturas.

Lo cierto es que finalmente Fernando Espinoza será candidato a su reelección y deberá enfrentar a Gustavo Menéndez, que a priori parece contar con el apoyo mayoritario de los intendentes peronistas, lo que dejaría en una posición de soledad al ex intendente matancero.

Inmediatamente después del cierre de listas comenzó un movimiento de pinzas que tiene como objetivo que Espinoza baje su candidatura para evitar el desgaste que significa una confrontación, en momentos en los cuales el gobierno nacional avanza con el paquete de reformas en el Congreso Nacional, pero parece que el diputado electo está dispuesto a resistir.

De todas maneras Walter Festa y Mario Ishii, los dos intendentes que iban a ser la apoyatura de Espinoza mantienen fluidos contactos con el sector de Menéndez y solo esperan la oferta de integración de las listas para sellar un acuerdo, por lo que es muy probable que al leer estas líneas el PJ solo tenga un candidato para disputar la interna.

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