Por Hernán Andrés Kruse.-

Las encuestas siempre acaparan la atención en tiempos electorales. Auscultan el estado de la opinión pública en un momento determinado, brindando a los políticos una información de gran importancia sobre lo que piensa el votante de ellos, de sus propuestas, etc. Pero siempre es una foto, es decir, siempre refleja lo que piensa y siente el electorado en un momento preciso. Ello significa que si una encuesta dice hoy que el candidato A tiene una intención de voto del 40%, ello no significa que dentro de dos meses, por ejemplo, siga manteniendo ese porcentaje. Puede aumentarlo o bien disminuirlo, o puede conservarlo. En un país como la Argentina, donde es muy difícil saber qué sucederá dentro de las próximas setenta y dos horas, los resultados de cualquier encuesta son necesariamente relativos. Además, hay que tener siempre en consideración que no siempre las encuestas que se publican en los diarios son hechas con responsabilidad e idoneidad, sino que se trata de típicas operaciones políticas tendientes a manipular a la opinión pública.

En las últimas horas el gobierno nacional intentó de manera desvergonzada y obscena derrumbar la candidatura de José Luis Espert cooptando a Alberto Asseff, que decidió llevar su partido UNIR al macrismo dejando sin estructura política a Espert. El objetivo fue obligar al dirigente libertario a abandonar la carrera electoral porque si bien su intención de voto no es muy alta (algunas encuestas hablan de un 4%), sus votantes se cotizarán muchísimo en un eventual ballotage. ¿Por qué al Presidente lo preocupó tanto un economista que, pese a no tener experiencia política, decidió representar en esta contienda electoral a un sector del electorado que se siente atraído por las ideas libertarias? Por una simple y contundente razón: porque su intención de voto está bastante por debajo de la intención de voto de Alberto Fernández, su único y real competidor. Por eso llamó poderosamente la atención que al mismo tiempo que se producía este hecho vergonzoso los medios de comunicación publicaban una encuesta de Isonomía que desatacaba un notable repunte en la intención de voto de Macri, ubicándolo a escasos dos puntos por debajo de Alberto Fernández. Si el Presidente realmente estuviera casi empatado con Alberto Fernández, habiendo estado hace poco tiempo nueve puntos abajo (también según Isonomía), ello hablaría de un estancamiento de Fernández y un crecimiento vertiginoso de Macri. En ese caso ¿para qué preocuparse por los votos de Espert? Pero al decidir cooptar a Asseff, el oficialismo no ha hecho más que poner en evidencia que sigue lejos de Alberto Fernández. La última encuesta de Isonomía, por ende, no ha sido otra cosa que una operación política, salvo que haya cometido groseros errores metodológicos.

Mucho más serios son, qué duda cabe, los resultados de dos encuestadoras publicados este fin de semana en Página/12 y Clarín. Ambas son coincidentes: hasta el día de la fecha la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner supera a la fórmula Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto por unos diez puntos. Ello explica la desesperación que demostró el gobierno por sepultar la candidatura de Espert. La encuesta publicada en Página/12 es del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que conduce Roberto Bacman. Si la primera vuelta tuviera lugar el próximo domingo la fórmula Alberto Fernández- Cristina Kirchner obtendría el 43,7% mientras que la fórmula Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto obtendría el 32,3%. En un lejano tercer puesto se ubicaría la fórmula Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey con el 9,3%. José Luis Espert ocuparía el cuarto lugar con el 3,9% y Nicolás del Caño el quinto lugar con el 2,1%.

Por su parte, Clarín publicó una encuesta de Trespuntozero, una firma que trabaja con la especialista Shila Vilker, quien en su momento asesoró, entre otros, a Sergio Massa. He aquí sus porcentajes: en primer lugar figura la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner (42,0%), luego le sigue la fórmula Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto (33,4%). En un lejano tercer puesto se ubica la fórmula Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey (7,9%). Luego se ubican Juan José Gómez Centurión-Cynthia Hotton (2,5%) y José Luis Espert (2,5 %), ubicándose en el último lugar Nicolás del Caño (0,9%). A diferencia del CEOP, esta firma brindó porcentajes en una eventual segunda vuelta. La fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner obtendría el 47,4% de los votos mientras que la fórmula Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto obtendría el 38,6% de los sufragios.

Estos resultados invitan al optimismo porque demuestran que una victoria de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner es probable. Pero conviene ser cautos. Todavía falta mucho para las elecciones del 27 de octubre. Serán cuatro largos y complicados meses donde puede pasar cualquier cosa. El Presidente ha demostrado que es un hueso duro de roer cuando se trata de competencias electorales y seguramente venderá cara su derrota. Increíblemente, aún conserva una nada despreciable intención de voto lo que hace que las elecciones presidenciales sigan teniendo un final abierto. Pero también no admite duda alguna que hasta no hace mucho toda la clase política daba por descontada la reelección de Macri y hoy es una hipótesis que languidece con el paso de los días.

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