Por Carlos Fara.-

Fue la semana de Massa. Cuando muchos lo dan por perdido, el personaje sigue de acá para allá y no se diluye. Veamos algunos datos sobre dónde está la candidatura del hombre de Tigre:

  • Es el segundo en el ranking de imagen positiva apenas detrás de Scioli.
  • En un escenario de PASO, está empatado en el segundo lugar con Macri en 22 puntos, frente a los 26 de Scioli. Viene estancado durante el verano.
  • En escenarios de balotaje supera a Macri por 10 puntos y está en un escenario de un par de puntos por encima de Scioli.
  • El 21% no quiere que sea el próximo presidente frente al 30% de Scioli y el 42% de Macri.
  • El 36% cree que si él es presidente el país estará en una situación positiva, frente al 34% de Macri y el 47% de Scioli. La cuestión es que el 36% piensa que la situación será negativa si gana Macri vs. el 25% si asume Massa.

Analizando esta información, su situación es menos comprometida de lo que aparece en algunos análisis políticos (habitualmente faltos de rigor).

Lo cierto es que movió 2 piezas en una semana y ambas son dos buenos ladrillos en la construcción de su proyecto. Llenar un estadio para alguien que parece que se despide de la competencia nunca está de más. Y la asociación con un dirigente con experiencia, muy conocido y alabado en ciertos círculos de poder económico y político por su visión estratégica, no está mal. Mucho más si se considera que es la campaña con menos recursos de las 3 principales y ya no tiene gestión actual para alimentar su relato.

Sin embargo ¿esto resuelve los problemas políticos de Massa? En absoluto: hace falta mucho más que lo que logró la semana pasada. Los rumores de drenaje de dirigentes y apoyos en los distintos distritos siguen existiendo, así como la tendencia a pensar que el electorado finalmente se polarizará y “el camino del medio” puede quedar reducido a nada.

Seguramente muchos lectores a esta altura pensarán que hay algo raro en estos datos, que nadie conoce a alguien que vaya a votar por Massa. Cuando se pregunta a la gente por su interés en la política, el 13% dice estar muy interesado, el 31% algo interesado, el 30% poco y el 25% nada interesado. Entre los que están muy y algo interesados la ventaja es clara del gobernador bonaerense, mientras que en los que están poco y nada interesados crece mucho el voto a Massa. Esto significa que el de Tigre tendría un “voto silencioso”, que no se nota, pero que aparece sistemáticamente en los estudios. Algo parecido a lo que sucedía con Menem en aquella primaria del ´88 frente a Cafiero. (7 Miradas, editada por Luis Pico Estrada)

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