Por Carlos Marcelo Shäferstein.-

Hace unos años atrás, mientras comenzaba la última reestructuración del Ejército Argentino -que conlleva, como es de público y notorio- la rendición incondicional de las armas argentinas y la prisión indefinida para los cuadros que participaron en la guerra antisubversiva, y hasta en la guerra de Malvinas- aquellos generales que no fueron encarcelados tuvieron la repugnante tarea de desarmar y desarticular el potencial militar defensivo de la Fuerza desatendiendo el mantenimiento y reemplazo del armamento, blindados y aeronaves. También se entregaron al Poder Ejecutivo vergonzosamente -para ser enajenados- terrenos, instalaciones, cuarteles y hasta el histórico Club Militar, institución centenaria fundada, en 1880, por los expedicionarios al desierto en la guerra contra el indio, por la consolidación definitiva del territorio argentino, poco después de promulgada la Constitución Nacional, que el Ejército Nacional debía ser custodio.

Existieron tanto acciones como omisiones espantosas. Hubo verdaderos actos de pillaje -como la venta de no menos históricas obras de arte, cuadros vajilla, menaje y hasta las reliquias en exhibición en el Museo de Armas de la Nación. Las sucesivas autoridades del Círculo Militar durante el período infame del gobierno de los Kirchner tuvieron directa participación. Como ejecutores, cómplices o cómplices. La integridad de las «honorables comisiones directivas» de estos períodos, donde, además del raterismo, se cedieron las instalaciones para propósitos inconfesables y vergonzosos. v.gr. fiestas inmorales, desfiles de modelos de transvestidos y homosexuales, bacanales infectos todos ellos.

Siendo Oficial Jefe y socio de la Institución el suscripto se presentó ante esas «autoridades» que mancillaban nuestras más caras tradiciones y les espetó su indignación, razón por la cual oportunamente fue castigado por el supuesto delito de faltar el respeto a esos usurpadores.

Finalmente, a dos años de mi separación definitiva de la otrora honorable sociedad de Oficiales de la Nación, los diarios nos despiertan con la peor e infausta noticia de que el Círculo Militar ya no es más que una víctima más de la «democracia», ya que hoy pertenece a un emprendimiento extranjero bajo un fideicomiso que venderá sus alojamientos a cualquier civil, nacional o foráneo… que tenga el dinero para comprarlo en propiedad horizontal.

La Nación Digital, 19-09-2017

Palacio Paz XXI: Cuando la historia se fusiona con lo contemporáneo

Un emprendimiento que sorprende por la precisión con la que combina lo histórico con lo contemporáneo.

El Palacio Paz XXI es un emprendimiento único tanto por su locación, frente a la Plaza San Martín, uno de los puntos más exquisitos de Buenos Aires, como por su concepción, ya que combina lo contemporáneo con la historia, el pasado y el valor de la arquitectura original del palacio, generando así un desarrollo nuevo, moderno y elegante.

El emprendimiento, conformado por departamentos residenciales y oficinas, se ubica junto al actual Palacio Paz, sede del Círculo Militar y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, referente del «Beaux Arts» parisino que aún hoy asombra por su belleza y elegancia ornamental. Tendrá dos accesos: uno sobre la avenida Santa Fe y otro sobre la calle Esmeralda. De esta manera, los propietarios podrán utilizar el histórico portón de acceso por el que se ingresa actualmente al Círculo Militar, y compartir, además, el jardín interior del palacio, también de estilo francés.

Las unidades, de 45 a 145 metros cuadrados, son muy luminosas, con excelentes perspectivas hacia el Palacio y vistas abiertas hacia la propia Plaza San Martín, el edificio Kavanagh y la Torre de los Ingleses. Los propietarios e inquilinos del nuevo edificio tendrán acceso al nuevo sector de deportes del Círculo Militar que incluye, entre otros usos, una pileta cubierta climatizada de 25 mts de largo, gimnasio, salas para ejercicios y vestuarios. El emprendimiento cuenta, además, con cocheras subterráneas.

El diseño del proyecto fue todo un desafío para RED / Real Estate Developers, la compañía desarrolladora. Fernando Sánchez Zinny, socio de RED, explica, «teníamos una responsabilidad muy grande entre manos: intervenir el lugar sin perder la esencia, sin perder su valor original, en términos de arquitectura.» Para resolverlo, RED contrató al estudio de los arquitectos Richter-Dahl Rocha, con sede en Lausanne (Suiza) y Buenos Aires, con una destacada trayectoria internacional. La experiencia del estudio en la resolución de proyectos complejos de preservación fue fundamental al contemplarse la integración con un edificio no solo histórico, sino declarado Monumento Nacional. En palabras de Ignacio Dahl Rocha, «Palacio Paz XXI es un proyecto que tiene el coraje de ser un edificio contemporáneo que toma el palacio original y lo interviene para seguir hacia adelante, para entrar en el nuevo siglo con una propuesta tan integradora como valiente».

«Cuando abordamos el proyecto, lo hicimos teniendo en cuenta sus usos múltiples», afirma Marcelo Alexander, otro de los socios de RED Real Estate Developers, «hay quienes fuera del país, viven en el Gran Buenos Aires, o en el interior del país, que pueden verlo como un pied a terre en la ciudad, cerca de todo, con accesos cómodos y amenities. Otros lo ven como el edificio ideal para sus oficinas corporativas». Tal es el caso de las denominadas «family offices», «private bankers» y estudios de abogados, o simplemte las oficinas privadas de emprendedores. «Están quienes lo ven como inversión para alquilar», agrega Alexander, «tanto a turismo de alto nivel como a ejecutivos de empresas multinacionales.»

Palacio Paz XXI se convierte en una excelente alternativa para quienes visitan Buenos Aires por un plazo mayor a dos noches y prefieren la tranquilidad y el confort de un departamento. Asimismo, al estar a sólo tres cuadras de Catalinas y cinco del microcentro, es una excelente alternativa para ejecutivos que vienen a Buenos Aires por negocios y necesitan quedarse más de una semana.

RED / Real Estate Developers es una compañía que sabe de desafíos en desarrollos inmobiliarios, como lo evidencia el desarrollo de la Torre Bouchard Plaza, en el año 2004: un edificio que se levantó sobre las viejas oficinas de La Nación, sin suspender la operatoria de sus salas de redacción y ni de las bobinas utilizadas para la producción del diario. «Tenemos más de 25 años trabajando en el sector», sostiene Gustavo Llambías, socio de RED Real Estate Developers, «sabíamos que este emprendimiento, por su locación y su valor histórico, debía ser único e irrepetible, y en eso nos enfocamos, en ofrecer algo realmente único e irrepetible.»

Las obras de PALACIO PAZ XXI ya comenzaron, y se estima su finalización para diciembre de 2018. Se puede conocer más de este proyecto ingresando en palaciopazxxi.com.

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