Por Luis Alejandro Rizzi.-

Durante los últimos tiempos de la gestión K de Aerolíneas Argentinas, se impulsó la venta de billetes para vuelos internacionales a un tipo de cambio ficticio como fue el que estuvo vigente hasta el 10 de diciembre pasado.

El levantamiento del control de cambios, llamado “cepo cambiario” significó a la fecha una devaluación del peso del 60%. Esto significa matemáticamente lo que perderá Aerolíneas Argentinas por diferencia de cambio cuando los compradores de esos billetes realicen su viaje.

Si bien no tengo números oficiales, algunas fuentes me anticiparon que esas ventas se habrían hecho por un monto aproximado a los U$S 250 millones, reitero a una Tasa de Cambio de $ 9 y pico, suma que deberá afrontar la actual gestión a una Tasa de Cambio de $ 15,60. Alrededor de un mes y medio de facturación.

Esas ventas tienen un parecido con los seguros de cambio o venta de futuros que realizó el Banco Central durante la gestión “k”, para aparentar una supuesta paridad cambiaria que obviamente no existía. Como se sabe, se vendieron futuros a precios irrisorios que contemplaban a lo sumo una eventual devaluación de un 7 a 10%. Devaluación mediante, las diferencias de precio tuvieron un costo de alrededor de $ 60.000 millones hasta hoy, ya que aún quedan futuros que no se vendieron. Es lo que se llama déficit cuasi fiscal.

Esta nota viene a cuento como consecuencia de una consulta que me hizo un comprador de tres billetes para viajar a Barcelona en los próximos días y temía que le pudieran exigir antes de embarcar la diferencia de cambio, con lo cual me dijo, pediría la devolución del billete.

Desde ya no creo que la actual conducción de la empresa exija esas diferencias de cambio, pero va de suyo que tendría derecho para hacerlo.

La gente se apresuró a comprar esos billetes por dos razones, se vendían al tipo de cambio oficial y se financiaba en pesos hasta en doce cuotas.

Tenemos que suponer que la gente que hizo esas compras especulaba con la devaluación que fatalmente debería implementar el próximo gobierno, como ocurrió con la venta de futuros antes descripta.

Se podría argumentar que algunas empresas privadas hicieron lo mismo, pero acá cabe oponer dos argumentos. Esas ventas se hicieron con ciertos límites, se estudió el costo de financiamiento y otras variables, como el costo de combustible local e internacional y a su vez se tuvieron en cuenta diferentes porcentajes de devaluación. De todos modos, el eventual resultado negativo sería absorbido por los accionistas, no por los contribuyentes, como es el caso de Aerolíneas Argentinas.

Retomando el hilo, esas ventas podrían calificarse como viles, más teniendo en cuenta que por parte de Aerolíneas Argentinas se administran dineros públicos y se administró infielmente, dado que sus directivos debían saber que el tipo de cambio vigente sostenido por el Banco Central era ficticio.

En la campaña electoral el tema del atraso del tipo de cambio fue uno de los pocos que se planteó abiertamente, y es obvio que se sabía que la posibilidad de la devaluación de la moneda local era cierta y muy probable, ganare quien ganare.

En mi paso por la empresa en el año 1984 con una inflación promedio del 0,5/07 diario, tuvimos varios casos de gente que había comprado billetes para viajar al exterior y que eran pagados en pesos al tipo de cambio del día del pago.

Recuerdo un caso específico, porque se trataba de un próspero empresario radicado en Mendoza, que intentó devolver cuatro billetes para viajar a EEUU y pidió que se le devolvieran dólares, ya que el precio estaba nominado en esa moneda. Agrego que ese empresario era conocido personal e invocó mi nombre para acelerar la devolución.

Cuando advertí que el pago se había hecho en pesos, dispuse que se le devolvieran pesos en su valor nominal y que así se hiciera en casos similares.

Otra medida que habíamos tomado era que en los billetes que se emitieran para futuros viajes, cuando la fecha de emisión y pago con la del viaje superara los 30 días, el pago había que hacerlo con dólares billete.

Claro, en la época K era más complicado comprar dólares en el mercado único y libre de cambios, que no era ni único ni libre. Lo correcto hubiera sido hacer las ventas preavisando que en caso de variación del tipo de cambio se pagaría la diferencia, pero era obvio que el interés era vender a cualquier precio total “todos y todas” poníamos la diferencia.

Realmente, así como creo que el Banco Central debió pedir la nulidad de la venta de futuros porque fue una operación sin riesgo, y por tanto se podría haber opuesto la nulidad absoluta, lo mismo pienso con estas ventas de futuros instrumentadas en billetes de Aerolíneas Argentinas, cuya diferencia de cambio la deberemos asumir los contribuyentes.

Lo razonable hubiera sido exigir la diferencia de cambio o devolver el dinero percibido.

En fin, este caso es una simple y modesta prueba que la costosa y actual conducción de Aerolíneas Argentinas parecería que cambiaria lo necesario para que nada cambie… por lo menos es lo que ocurre hasta hoy, los primeros 90 días de gestión, ojo que faltan solo diez para los famosos cien. (Portal de América)

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